¿Judíos en Santander?

El presente artículo forma parte de una tesis de doctorado de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes que «…muestra que Colombia fue más importante de lo que se pensaba en el momento de la población del continente americano y que los grupos fundadores de América son cuatro y no cinco como se había pensado recientemente…» titulada «¿Por dónde llegamos los colombianos?» escrita por Víctor Solano Franco cuyas dos primeras partes son «¿Por dónde llegamos los colombianos?» y «Colombia, cruce de caminos de América» y que finaliza con un Glosario.

Además de estudiar los haplogrupos con la técnica de la secuenciación, Torres quiso aplicarla para desmenuzar la genética de las poblaciones de Santander y Norte de Santander.

En su tesis, estudió la composición genética de 82 santandereanos y 35 nortesantandereanos, mediante el análisis de las variaciones específicas del ADN mitocondrial y del cromosoma Y, con el fin de definir el origen de estos linajes (ascendencia de una casta o una generación) paternos y maternos. De igual manera el estudio pretendía obtener información sobre las antiguas poblaciones que vivían en esta zona del país.

Respecto al primero (ADN mitocondrial), los resultados se compararon con muestras de poblaciones europeas, africanas, y amerindias, principalmente de la familia lingüística chibcha, provenientes de bancos de datos. Los resultados del análisis de los marcadores mitocondriales demuestran que para las poblaciones de Santander existe 92,9 por ciento de contribución amerindia. Es decir, en el proceso de mestizaje las mujeres nativas de Santander fueron el mayor porcentaje de madres, mientras que tan solo 2,35 por ciento eran africanas y solo 4,71 por ciento, europeas. Unos porcentajes similares arrojaron las pruebas en Norte de Santander.

Entre tanto, al analizar las muestras del cromosoma Y, los marcadores de este muestran que hay una alta contribución principalmente de linajes europeos en ambas poblaciones: 77,1 por ciento en Norte de Santander y 86,6 por ciento en Santander, seguido del linaje africano 14,3 por ciento y 7,3 por ciento respectivamente, y una muy pequeña contribución de linajes amerindios 8,6 por ciento y 6,1 por ciento, respectivamente.

Esto refuerza la idea de que durante la conquista y la colonización de América, hace más de 500 años, los indígenas hombres desaparecieron rápidamente debido a su sometimiento a trabajos forzados y a una eliminación casi sistemática. De esta forma, las mujeres nativas quedaron prácticamente ‘a disposición’ de los europeos y, en menor medida, de los africanos.

Sin embargo, viene aquí una de las primeras ‘sorpresas’. Dentro de los linajes dominantes europeos encontrados en las muestras de los Santanderes, aparecieron marcadores genéticos judíos, difícilmente asociados a esta parte del país y que en cambio sí habían sido evidenciados en investigaciones anteriores que daban fe de su ingreso en Antioquia. Los judíos en el poblamiento de los Santanderes tienen una muy alta incidencia, tanto que, como lo descubrió Torres, es mayor que en Antioquia.

Una explicación podría ser el que muchos judíos ingresaron a América desdeñando su condición religiosa y cultural, haciéndose pasar por españoles raizales; a ellos se les llamó ‘judíos marranos’. Pero aquí no paran las sorpresas, dentro de estos linajes judíos en Santander apareció el marcador Cohen, que corresponde al apellido quizá más ancestral de la historia judía junto a Ezquenazi. Así mismo, dentro de los linajes africanos aparecieron rastros genéticos de los bantúes, familia tribal del Congo y Angola a la que se le adjudican también las más profundas raíces ancestrales en el África.

Así, esta parte de la investigación de Torres deja al descubierto un inquietante conjunto de incógnitas históricas que desde otras disciplinas podría estudiarse. En su opinión, lo hecho en los Santanderes debería hacerse también en otras regiones del país. Ello contribuiría a conocer con mayor profundidad nuestros orígenes.

Fuente: USAL

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