Solía pasar largas temporadas en Larache en cazza de mis tías. Me gustaba ir a mercar churros para el ftor (desayuno). Primero entraba a la papelería Damián a mercar unos cromos para mi y una novela de Corin Tellado pa mi prima; mamá las llamaba-: “histoires a l’eau de rose, historias de agua de rosa, de lo que suspiraba mi prima. Discués me iba a una churrería que estaba detrás del bar Matías de la caleĵa Chinguiti, ueno no era ninguna baqqala (tienda) máz bien una churrería ambulante en un rincón de una caleĵa, al final de esa caleĵa estaban los almacenes Martinez; ahí laboraba un primo enmuestro.
La señora churrera era una muĵer gorda con unas tetas cade que, y eran para mi como un techo, yo era un tapito de cortita y no cudía ver su cara. Ella siempre vestía de preto (negro) con un delantal grande marrón. Cuando me veía se areía y me llamaba – petite brebis frisée- obejita rizada, por la cantidad de bucles que tenía. Me contó que vivió unos años en Marsella durante la guerra civil; su marido estuvo en el frente popular y mandó a la muĵer y hiĵos a salvo en Francia, saha (pero) los mal.logrados (canallas) de los franquistas le fusilaron.
A mi me gustaba ver todo el proceso del hazer los churros. En frente de ella había una hoguera con una sartén redonda bien grande llena de azzeite cayente. Me quedaba wuakfeada (de pie) cabe el carrito, ‘aĵbeada (sorprendida) de ver como maneĵaba la churrera dándole ueltas como un tornillo, y salía la masa luwándose (retorciéndose) como si fuera un guzzano, directamente en la sartén. Había que gablearlo (vigilarlo) para que la braza no sea muy cayente y quemé el azzeite. Cuando la masa estaba bien ĥamreada (dorada) sacaba ese churro el «redondel» como lo llamaban, de la sartén y le ponía sobre papel para empapar l’azzeite; lo cortaba en cashitos (pedazos) como unos 10cm o máz los empolvaba con azucuar. Me los ponía en papel absorbente y volvía a cazza. El golor (olor) era tan endiamantado (bueno) que no cudía resistir la tentación de gostar uno y otro en el camino; cuando llegaba a caza, mi tía me miraba de reoĵo con una sonrizita.
Todos estaban sentados en la mezza asperando el ftor (desayuno), el tipad (tetera) de té verde con hierbawuena estaba aprontado (preparado) sobre la mezza con los bazzitos dorados de vidrio, ponía los churros en un plato grande y tamién (también) biscochitos.
A mi me gustaba de vez en cuando (cuando) chocolate espeso, lo hazzia con kashitos (pedazos) de chocolate que ponía a derretir y un poco de leche.
El día que venian convidados (invitados), tita los serbía en la sala; la sala era muy bonita; tenía cuertas de vidrio caladas, en las paredes colgaban gobelinos auténticos, en los rincones habían jarrones grandes de porcelana china y contra una pared había un bufete de madera muy fina con cuertas de cristal de colores, una maravilla; le tenia repleto de cristalería y más haĵitas (cositas) endiamantadas, la mezza grande era tamién de madera muy fina. En esos tiempos de yahasra mi tio tenia muchos chavos (dinero).
Tita traía la senilla (bandeja) redonda de plata que la mercó su marido en un viaje de negocios a Fez; ahí ponia el tipad de plata y los basitos de té del bufet. Tamién traía dulces de muchas clases y letuario. las pascuas (menos el pesaj) ponia fiĵuelas, maronchinos, mazapanes, cabahzales. Se pasaban la tarde hadreando, melgheándose (bromeando) y arriendose y ¡ a immá! qadeso makleaban (comían) esas muĵeres, parecía que tenían flaqueza (hambre). Yo no entraba ahi, nada más saludaba, me daban bezzos como ventozzas, siempre me limpiaba la cara.
La sala era para comer el Sabad, pascuas y bizita, las cuertas quedaban aferroĵadas (cerradas) los otros días de la semana.
Al medio día, en la semana me mandaba al bakalito del Susi Brahim que hazía esquina con la caleĵa Daisuri, a mercar lo menester para los bocadillos; cuando él me ve veía entrar :dizía halaquila la francezita.
– ¿Que se le sirve hoy guapa?
– Una peseta de azzeitunas y otra de atún- contestaba-
De allí pasaba a la panadería Alarios que estaba ĵusto al cruzar a mercar panecitos.
Discués de uen ttiempo m’ acostumbri a mercar por peceta todo; mozotros en l’arba mercabamos por kilo, litro, cashas.
Arriba del sussi vivía Don Aurelio el muziko con su familia, todos los hiĵos eran muzikos. En el mizmo foqi (piso) vivía la familia de Aiash del periodista del “Chivato de Larache”, una de las hiĵas era amiga mía; abasho vivía la famia de Mercedes Lezerovich y por otra entrada mi tía Simha Ovadia hermana de mi auelo paterno. Era una cazza endiamantada; a la entrada habían cuatro scaleras, el pasillo era largo y ancho todo de azulejos . Me gustaba sentarme en las escaleras, hazia mucho frezco.
Tia Clara vivía en las cazzas de Mose Assayag; en esas cazzas moraban unas cuantas famias ĵudias como los de Oziel, que stan awera en Andorra, Señora Preciada y famias españolas como los Montecatines que tenían una pastelería frente al Cine Ideal. Había un ambiente de hermandad. Al fondo de esa caleĵa staba el molina de harina.
En frente de las cazzas había un terreno vazío, todo arena, mozotros los niños ĵuwuabamos en el. El verano se ponía ahí el circo español. ¡ Como moz farĵeabamos (alegrabamos) !,con payasos, los trapecistas se colgaban al aire, que spanto. Un tio que tenia un cine, mos traia entradas debalde.
Un verano cuando avolti a Larache encontri que habían fraguado un comedor para lo pobres, en el mizmo luwar donde ponían la carpa del circo. Señora Strella Amselem una gran mizbotera era la que bushco los chabos, preparo todo, ḥatta se ponía delantal y mekneaba (servía) la comida. Recibían acuda (ayuda) financiera y productos alimentarios del Joint Americano, una organizacion ĵudía de benevolencia.
Señora Strella quería mucho a bapa que era muy amigo de sus hĵos Abraham el farmaceutico y Amran el doctor; ella es la que empusho a auelito a mandar a bapa a estudiar a Madrid; bapa y Abraham ambezzaros (estudiaron) juntos en la universidad en Madrid.
Ua eso voz contaré.
Merche DemBar
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hermosa historia. Gracias!
FABULAS DE SEFARAD
Hola Mercedes, el sector de comentario no es el lugar para mandar material a eSefarad.com
Si queres que publiquemos algo por favor envialo a esefarad@esefarad.com y decinos de donde lo tomaste o si lo escribiste vos o hiciste la traducción.
He guardado el texto completo que escrbiste en el comentario, pero lo he quitado de aqui.
Saludos cordiales
Liliana
eSefarad.com