eSefarad Noticias del Mundo Sefaradi
La historia del pueblo judío fluye entre el colapso del sistema feudal en Europa occidental, el cisma en la Iglesia Católica Romana, el surgimiento de culturas nacionales diferenciadas dentro del mundo cristiano y la transformación ocurrida a raíz de los cambios revolucionarios en la ciencia, avances técnicos etc., Todos estos índices marcan el comienzo de una nueva era.
La historia de la segunda mitad del siglo XVI es la historia de cómo Ámsterdam recogió del imperio en disolución de los Habsburgo, las mentes más preclaras que irían redefiniendo el nuevo marco de buen funcionamiento de la economía-mundo, lo que a la postre también influiría en que Inglaterra y Francia emergieran como estados fuertes.
A partir de 1550, con el mercantilismo se desarrolla la razón de Estado, siendo así que ministros y reyes consideraron prioritario el desarrollo del comercio y las manufacturas, viendo en los judíos sefardíes elementos dinamizadores de la economía. Los comerciantes sefardíes permitían intercambios entre un territorio musulmán y uno católico; entre uno calvinista, Holanda, y otro católico, Portugal. Entre uno anglicano y España, o entere uno luterano, Hamburgo y Portugal.
El puerto de Amberes se beneficiaba de la baja presión fiscal sobre su comercio exterior, este espíritu anti proteccionista y cosmopolita se reflejaba en el frontispicio de la Bolsa de Amberes –Adusum mercantorum cuiusque gentis ac linguae = Para el uso de los mercaderes de todas las naciones y lenguas-. La solvencia de la Republica era tal que podía endeudarse con los tipos de interés más bajos de toda Europa.
En la mitología fundacional del nacionalismo holandés, los calvinistas habían concebido a las Provincias unidas como la Nueva Zion , equiparando su guerra contra los españoles con la lucha del pueblo hebreo contra los filisteos y amalecitas. Aun en esta atmosfera, los sefardíes tendrían sus problemas , como cuando Diego Mendes converso portugués establecido en Amberes en 1532 , fue acusado de judaizar por el Consejo de Amberes junto a quince de sus asociados, librándose finalmente por la presión del rey ingles Enrique VII, que empleaba a Mendes como agente financiero. Mendes se mudaría a Ámsterdam, después de desembolsar el rey ingles una cuantiosa fianza.
Precisamente La aventura equinoccial de los sefardíes se asentará en las obsesiones místicas de Mensasseh ben Israel, al ser esta la razón que le llevará a interceder ante Cromwell para la vuelta de los judíos a Inglaterra.
El mercantilismo surge a mediados del siglo XIV por 4 factores:
- Los pensadores dejan de vincular la economía y la moral religiosa.
- Consolidación del concepto de Estado.
- La época de los descubrimientos. En la época de la expansión europea es evidente que la colonización de América y partes de Asia por las potencias europeas sienta las bases del capitalismo global.
- El empuje de una nueva clase social emergente: los comerciantes.
Los judíos habían creado redes internacionales de negocio basadas en la familia ; judíos y cristianos nuevos mantenían inquebrantables lazos de identidad que propiciaban el entrecambio de productos de los imperios portugués y español en Latinoamérica, en el Caribe , en la India y en las Indias Orientales .Las grandes casas comerciales monopolizadas por cristianos nuevos de Lisboa y Sevilla , enviaban a sus factores a Angola y Cabo Verde, cambiando mercancías por esclavos que enviaban luego a México y a Cartagena de Indias.
Otros agentes desde los Países Bajos, Francia, Italia y resto de Europa, movían estas mercancías llegando a convertirse en expertos en transferencias de grandes sumas de dinero.
En suma, los conversos conocían los mecanismos financieros del comercio internacional. España necesitaba préstamos, adelantos asegurados por hipotecas sobre futuros ingresos, eficacia en la recaudación de impuestos, facilidades para asentar cuantiosas cantidades en plazas del extranjero, además de asegurarse a través de la figura del asentista del abastecimiento regular de material, provisiones y alimentos para sus tropas desplazadas.
Hasta mediados del siglo XVII los “despachados” de las propias comunidades judías de Europa, los pobres al servicio del resto, eran encaminados hacia los territorios del Imperio otomano; luego se comenzó a preferir “ultra mar”, siendo su destino los nuevos centros judeo-españoles establecidos en las colonias holandesas e inglesas de Centro América y la zona del Caribe.
Estos grupos llevan consigo el germen de las nuevas ideas aprendidas de las personas más emprendedoras de sus comunidades de origen, ideas que prosperaban en base a estrechas redes de familia y negocio. La religión era un asunto privado. América: una tierra de oportunidades sin el estigma o la amenaza de la persecución.
El semillero de ideas liberales producidas en el seno de las propias comunidades judías que tiene origen en las vicisitudes históricas vividas, encuentra su mejor expresión en la expresión “nuevo mundo”.Los valores de la modernidad no exigían en ese contexto que el judío se convirtiese para absorber las nuevas ideas y valores.
Los judíos en entornos históricos adversos desarrollaron pautas de aprendizaje económicos fundamentales toda vez que fueron actores a través de las traducciones de la compilación y análisis del conocimiento y difusión de numerosas instituciones, técnicas y conocimientos.
La ingente labor del grupo de traductores judíos ya había dado nuevos bríos al pensamiento europeo en el siglo XII. Ideas aristotélicas y neoplatónicas, vestidas en el ropaje árabe, pasaron a las escuelas filosóficas y teológicas occidentales. Sobrevino una visión mucho más amplia en el campo científico, y de esta época arrancará el renacimiento que ha de perdurar durante siglos en Europa, diseminando las aportaciones de los autores árabes traducidos en el siglo XII, gracias a la posterior aparición de la imprenta.
Conviene recordar que la ciencia económica surgió de la filosofía moral. Para el judío la economía como el sufrimiento humano no es un destino, sino un desafío a resolver. Existe una notable afinidad entre la economía de mercado y la ética judía. Cuando el comercio no era una ocupación respetable los judíos ya habían pasado del ejercicio de una actividad comercial itinerante a una modalidad mercantil estable.
En la temprana Edad Moderna , la comunidad “amstoledana”(judíos expulsados oriundos de Toledo y la Península que terminan afincándose en Los Países Bajos ) anticipó muchos de los cambios de la mentalidad y de los dilemas existenciales de la Ilustración , que en el mundo judío se concretaría en la Haskalá (educación), el judaísmo reformado que propugnaría Moses Medelsohn (1729-1786) para hacer que la tradición judía se transformará en universalista, racionalista y cosmopolita.
La comunidad sefardí de Ámsterdam casi nunca sancionó regulaciones económicas, rehuyéndolas instintivamente al considerar que la vida económica estaba fuera de los límites del contenido judaico. Entre los sefardíes holandeses no hubo ningún intento similar a los rabinos y moralistas ashkenazíes de encontrar soluciones halájicas a los problemas económicos surgidos como fruto de la expansión del comercio judío en la era mercantilista.
Spinoza y Acosta son pioneros en sumarse a un movimiento de pensadores del ámbito de la religión, la política y la ciencia que no se dirige únicamente al pueblo judío sino a un público independiente de su creencia religiosa. Sería Joseh de la Vega, un judío español, quién en Amberes escribiría un libro clave en español » Confusión de Confusiones » , un Tratado sobre la Bolsa, las burbujas especulativas, la manipulación y los fraudes de los mercados de capitales etc.
Los sefardíes, contagiados de la crisis escéptica de los siglos XVI y XVII, serian los primeros judíos modernos en anunciar el comienzo de la modernidad en el judaísmo europeo.
En España Las universidades acogieron en su seno a un buen número de conversos. Sobre todo para servirse de sus conocimientos del hebreo. El estudio del hebreo en las universidades españolas del siglo XVI, sobre todo en Alcalá, es además de un hecho conocido, un episodio de la conexión entre humanismo y judaísmo. En esta función de conexión entre judaísmo y humanismo a través de la lengua hebrea juegan un papel fundamental grandes humanistas, y otros menos conocidos, que son judíos conversos. En la sistematización y adaptación progresiva de la educación a los tiempos en el seno de las comunidades judías, puede encontrarse el origen de una mentalidad humanista.
Antes que el liberalismo de EEUU o la Revolución francesa, de la mano de conversos de la talla de Tomás de Vitoria, la Escuela de Salamanca desarrollo una ciencia económica ( el arbitrismo) y reformuló el concepto de Derecho natural. La conclusión obvia es que, si todos los hombres comparten la misma naturaleza, también comparten los mismos derechos como el de igualdad o de libertad.
Esta “fabrica de ideas salmantina “supuso la colonización cultural sobre la Península Ibérica, las Indias y parte de Europa; libros y personas fueron conformando un “moderno sistema mundial” de la cultura equiparable al “moderno sistema mundial” económico que designó Wallerstein.
La Escuela de Salamanca supuso un renfoque científico de la economía a través de la teoría cuantitativa del dinero (relación de este con los precios). Evidentemente muchos de estos Doctores eran jesuitas, pero su condición de conversos sobre todo en la época de la temprana Escuela de Salamanca, acerca a comprender que muchos de sus postulados encuentran precedente y acomodo en el sistema tradicional de pensamiento y enseñanza judía y la conceptualización de una visión del mundo específica.
José Ignacio Carmona Sánchez Escritor
Medalla de las 4 Sinagogas
Socio de honor y Embajador Cultural de la Asociación Sefardí Americana ( EEUU y España) Presidente de Tarbut Sefarad Polán ( Toledo)
