«La Vida en Haketia, para que no se pierda» de y por Solly Levy

La Vida en Haketía no es sólo el lenguaje vernacular judeo-español de Marruecos. Representa, además, toda una socio-cultura con su humor, su canto, sus tradiciones y costumbres familiares, religiosas y comunitarias.

Este panorama, engastado en una trama narrativa pseudo-autobiográfica, nostálgica, cómica y reivindicativa, se dibuja claramente en 5 discos compactos que registró Solly Levy y que constituyen un patrimonio sonoro que define una identidad colectiva.

Para unos será la revelación de un mundo desconocido y para otros, la confirmación, la reafirmación de los distintos aspectos de una lengua y una cultura que ya conocen.

La vida en haketía, para que no se pierda. De y por Solly Levy. Dedicado a su memoria.

Los audios (podcast)

Los podcast están disponibles en Spotify:

También en Youtube.

Palabras del Autor

Escribe el Dr. Moisés Garzón, poeta, periodista, ensayista, fundador y director durante más de 30 años de la revista venezolana Maguén-Escudo:

“Las lenguas, como sabemos, son organismos vivos que nacen progresivamente, se transforman y, en algunos casos, mueren definitivamente. ¿Cuál es el destino de la haketía? ¿Es posible salvarla, como deseamos algunos?” (5)

Y más adelante agrega: “Aunque haya sido más tarde suplantada por otra [lengua], aunque haya permanecido menos desarrollada y menos dominante; aunque en el caso, raro, en que quedase totalmente olvidada por algunos, esta lengua ejerció una función probablemente inalterable, sobre los esquemas mentales de los judíos del norte marroquí.

Desde este punto de vista la haketía seguirá siendo, pase lo que pase, una característica inalienable de este grupo humano, marcando su sistema de valores, basado ante y sobre todo en la dignidad, la modestia, la bondad y la consideración al prójimo, la espiritualidad, la moralidad y un muy arraigado concepto del deber y de lo correcto, aunado esto a una fresca espontaneidad, un variado colorido en los decires y un especial sentido del humor.”

Al igual que el Yiddish (idioma vernáculo de los judíos de Centro-Europa) – el cual cuenta con medios de lo más potentes para sobrevivir – las demás judeolenguas, como por ejemplo el judeoárabe y muchas lenguas y hablas regionales del mundo, están desapareciendo pero, entre todas ellas, la más frágil es tal vez la haketía. Por las razones que hemos expuesto anteriormente, decir que está en vía de extinción es un eufemismo.

Pero esta situación de precariedad no se debería considerar como un estado permanente. Hoy parece que en el horizonte van apareciendo cada vez más lucecitas, semejantes a los candiles de aceite que, en las juderías del Marruecos hispano judío, encendían en sus casas nuestras abuelas.

No nos referimos aquí a la excelente revista fundada en 1979 y dirigida desde entonces por Moshé Shaúl, Aki Yerushalayim, en la que han reservado un pequeño espacio que se llama El kantoniko de la hakitia, el rinconcito de la haketía, el cual ni siquiera aparece en todos los números. En cambio, la revista Los Muestros de Bruselas no vaciló repetidas veces en aceptar contribuciones en haketía y su director-fundador, Moïse Rahmani, sigue, hasta hoy en día, haciendo frecuentes llamadas a los autores haketiescos para que publiquen sus escritos ya sea en la propia revista o en la página web (6).

Cabe también subrayar la importancia de eventos de gra envergadura como el Mes de la Cultura Judeo-Marroquí Buenos Aires en 2005, organizado por el CIDICSef (Centro de investigación y de difusión de la cultura sefardí), o de organismos tales como el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas (CESC). En ambos centros se unen fraternalmente sefardíes de todos los horizontes, con un genuino deseo de acercamiento y de conocimiento mutuo. También se debe mencionar el interés despertado entre judíos y no judío. por los programas Tiempo de Sefarad y Tiempo de Sefarad en haketía, transmitidos durante más de cuatro años por Radio Sefarad, Madrid. Pero el evento que merece calificarse como histórico sin duda alguna, el encuentro Los Hispano-Judíos es, de Marruecos y sus Diásporas, organizado por Casa Sefarad-Israel, con la colaboración de la Federación de Comunidades Judías de España, del 15 al 17 de noviembre de 2010 en Madrid, Segovia y Sevilla.

Además, hoy en día, los mensajes electrónicos escritos en haketía se hacen cada vez más frecuentes. Existen varios foros de discusión y portales en el Internet donde los participantes se expresan a menudo en haketía, por ejemplo Maroc-Amitié tiene un apartado importante dedicado a la cultura y al idioma de los Judeoespañoles de Marruecos. Los foros Judios de Marruecos y Sefarade también utilizan con frecuencia nuestro lenguaje vernacular. El portal más reciente es el que fundó Alicia Sisso Raz en Nueva York en 2010, Voces de Jaquetía (sic), www.vocesdehaquetia.com, cuyo mensaje de acogida reproducimos aquí:

Venido-ueno y Bienvenidos a
Voces de Jaquetía,

El portal para explorar y presentar el vernáculo
judeoespañol del norte de Marruecos, y la historia y
cultura de los judíos marroquíes.

Entre todas estas manifestaciones tan alentadoras, dos más son dignas de mención, porque verdaderamente emocionaron y colmaron de esperanza a muchos amantes de la haketía. Se trata de dos fábulas de La Fontaine traducidas en haketía e interpretadas magistralmente en YouTube por Aarón, 10 años (acababa de cumplirlos cuando se realizó el DVD), nieto de Rebbí Baruj Garzón. Hay que leer las reacciones y los comentarios sobre estas dos recitaciones. Alabanzas enternecidas, escritas mal que bien en haketía por hombres y mujeres a quienes Aarón parece haber dado un nuevo influjo de energía y entusiasmo. Eso sí que se llama una misvá (hebr., buena acción, en este contexto).

Al mismo tiempo, se están imprimiendo cada vez más textos sobre o, menos frecuentemente, en haketía. En 2008, por ejemplo, Hebraica Ediciones, Madrid, publicó El Libro de Selomó, segunda obra haketiesca del autor de estas líneas, y en 2010 el Diccionario Básico Jaquetía-Español de Jacobo Israel (op. cit.) a partir de la obra de José Benolíel (vide supra).

Otro ejemplo de singular importancia fue la publicación Jerusalén, en 2009, de La palabra en su ora es oro, un libro escrito por Tamar Alexander, directora del Centro Gaon de la Universidad Ben Gurion, y su colega y colaborador Jacob Bentolila, que reúne un repertorio completo de refranes en haketía.

En 2010 Luisa Lucy Benarroch Nahón publicó en Israel un sabroso compendio de cuentos infantiles escritos en haketía titulado Konsejas de la niñés.

Se debe interpretar este nuevo interés como una alentadora señal de vida. Nuestro dialecto no “se está muriendo de risa”, como alguien ha dicho últimamente. Al contrario, existe entre muchos de nosotros una voluntad clara de no hacerlo desaparecer.

La obra que tienen Ustedes entre manos es una prueba más de esta voluntad colectiva. El subtítulo lo expresa claramente: Para que no se pierda.

El proyecto surgió a partir de una iniciativa personal. A fines del verano de 2010, uno de los patrocinadores de esta obra, David Bergel, Tangerino de pro, se dirigió al abajo firmante, amigo suyo de la infancia tangerina, lanzándole el desafío de utilizar El Libro de Selomó y las entregas radiodifundidas por Radio Sefarad en sus programas: Tiempo de Sefarad y Tiempo de Sefarad en haketía para crear una colección de 5 CD cuyo verdadero protagonista sería justamente la haketía. Una vez aceptado el desafío, David Bergel describió la propuesta a otro amigo de infancia, también Tangerino: el veterano y prestigioso publicista Stanley Bendelac, quien inmediatamente y con profundo entusiasmo aceptó ser copatrocinador del proyecto.

Como dijimos, el verdadero protagonista de esta obra es la propia haketía, a través del narrador, claro está, pero del mismo modo que, según la bien conocida afirmación de Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia”, la haketía no es sólo una lengua, o habla, o dialecto (llamésela como se quiera), sino también un conjunto de vivencias, toda una cultura con su humor, su canto, sus tradiciones y costumbres familiares, religiosas y comunitarias, etc. Y este panorama, engastado en una trama narrativa pseudo-autobiográfica, se dibuja claramente en nuestros 5 CD que constituyen una verdadera tarjeta de identidad colectiva.

Esperemos que esta colección ayude a los hispanohablantes de todas las latitudes y de todos los orígenes a hacerse una idea de lo que fue y es la comunidad hispano-judía de Marruecos. Para unos será la revelación de un mundo desconocido y para otros, la confirmación, la reafirmación de los distintos aspectos de una lengua y una cultura que ya conocen.

Con amor y gratitud, dedico esta obra a la memoria de mis padres Clara y Alberto Levy, de mi tía Sol Frija y de mi tío-padrino Abraham Nahón.

Solly Levy
Toronto, abril de 2011

(5) Conferencia pronunciada en el Acto de Presentación del Diccionario de Haquetía (op at) del Prof. Dr. Isaac Benharroch Benmergui (q.c.pd, el 5 de Diciembre de 2004, en el Auditorio Elias Benaim Pilo, de la Asociación Israelita de Venezuela. 

(6) http://sefarad.org/judeoespagnol/index.php?safa=fr
ndr; La revista Los Muestros no se publica más y su director Moise Rahmani (zl) ha fallecido. Esta dirección de web indicada aparece en el original de LVEH pero al momento de crearse esta web esa dirección no está en funcionamiento.

Licenciado en lengua y literatura hispánicas por la Universidad de Burdeos y Master por la Universidad de Montreal, Solly es uno de los mejores expertos en haketía a nivel mundial.

Fue Fundador y Director Artístico de la Coral Sefardí Kinor ‘y de Montreal y miembro fundador de Gerineldo, el más conocido de los grupos especializados en la investigación e interpretación del repertorio musical judeo-español de Marruecos.

Es autor y director de 4 comedias en haketía publicadas en 1992, bajo el título Yahasráescenas haketiescas. Es también autor de la segunda obra literaria jamás publicada en haketía, El libro de Selomó.

Premio de la Asociación de Hispanistas Canadienses
Premio del Centro Cultural Sefardí de Montreal
Premio del XI° Festival Sefardí de Montreal
Premio de la Comunidad Sefardí del Quebec.

Como buen Tangerino es totalmente trilingüe en español, francés e inglés, y ha sido profesor de francés, español y artes dramáticas.

Esther Cohen de Aflalo, nació en Tánger en 1918, donde vivió gran parte de su vida. Reside en Madrid desde 1962.

Domina y habla la haketía.

Es autora de varias obras escritas como Lo que yo sé, manual de haketía y de varias publicaciones orales tales como Recetas de la cocina Sefardí de Marruecos; un conjunto de 12 cassettes en que relata, en algunas, sus experiencias vividas en Marruecos; en otras, interpreta sketches creados por ella, también en el idioma judeo-español de Marruecos, junto a su hermano Mozy Cohen.

Todos los que se interesan por la haketía reconocen el valor de la obra de Esther Cohen de Aflalo, verdadera pionera que supo utilizar nuestro dialecto como materia prima de creación literaria.

Producción, sonido, diseño, traducción y acompañamiento musical

 

Traducción al inglés:
Tamar Ilana Cohen

Además de su preparación académica en inglés, francés, español y portugués, Tamar es una joven cantante, bailarina de flamenco e instrumentista que se produce con regularidad en teatros, universidades y festivales junto a su madre, la famosa etnomusicóloga, instrumentista e intérprete Dr. Judith Cohen.

Diseño:
Alexia Aflalo

Diplomada por el Istituto Europeo di Design en Madrid, y por la Bezalel Academy of Arts and Design en Jerusalén, Alexia es una joven diseñadora gráfica con gran talento. Ha trabajado para agencias de publicidad en Tel Aviv y Nueva York. Es Diseñadora Freelance, residente en Tel Aviv. Habla español, francés, inglés, italiano y hebreo.

Producción y sonido:
Joe Ebidia

Bachiller en Educación (B. Ed.) por la Universidad McGill de Montreal; Joe paralelamente se especializó desde hace años en producción sonora, grabación y edición.

Colaboración en el acompañamiento musical: Jack Evenhaim

Jack es el fundador y director de los estudios de grabación Lahit Barosh de Montreal.

Distribuidora: Certeza Riopiedras

Los patrocinadores desean expresar su gratitud a las siguientes personas y entidades:

  • Centro Sefarad-Israel
  • Radio Sefarad
  • Conjunto Gerineldo y sus componentes:
    • Dirección artística e investigación literaria, Dra. Oro Anahory Librowicz, Fundadora del conjunto
    • Investigación etnomusicológica, canto y acompañamiento instrumental, Dra. Judith Cohen
    • Violinista: Charles Edry
    • Solistas: Kelly Amar y Solly Levy
  • Rebbi Moshé Nahón, Rabino de la Comunidad Sefardí de Laval, Provincia de Quebec, Canadá.
  • Salomón Oziel y a sus hermanos por autorizar la utilización del CD grabado por su padre el paitán, compositor y violinista Samuel Oziel, z’l” (q.e.p.d.).
  • Jacobo Israel Garzón, ex-Presidente de La Federación de Comunidades Judías de España por su apoyo y consejos para llevar a cabo este proyecto.

Además de financiar este proyecto, ambos patrocinadores decidieron crear una beca para el estudio de la haketía y hacerlo en recuerdo de sus padres respectivos Salomón (Momy) Bergel y Simiña Sequerra, y Meir Bendelac y Reina Toledano, así como en memoria de su íntimo amigo común Alan Benasuli.

Los audios (podcast)

Los podcast están disponibles en Spotify:

También en Youtube.

Haketía, tarjeta de identidad: Orígenes de la Haketía

Al presentar esta colección de 5 CD, nos parece indispensable, para beneficio de los no iniciados, esbozar un rápido retrato de la haketía, dialecto cuyos orígenes probables se remontan hasta un período anterior a la expulsión de los judíos de España en 1492. Es ésta la opinión del primer verdadero investigador de la haketía, José Benoliel (vide infra), filólogo y políglota tangerino (1888-1937) que dominaba el español tanto como el francés, el portugués, el hebreo y el árabe. María Antonia Bel Bravo, doctora en historia y licenciada en filología semítica, y Alegría Bendelac, verdadera autoridad en lo que se refiere a la haketía, sin olvidar al profesor Isaac Benharroch (q.e.p.d.), consideran también que este dialecto empezó a desarrollarse mucho antes que los Megorashim, (hebr., los expulsados), se establecieran en territorio marroquí.

El mismo término haketía provendría, según Benoliel et ali, del verbo árabe haqa que significa “contar”, “hacer un relato con gracia, con humor”. Otros lingüistas afirman que la haketía no es sino el idioma del hakito (diminutivo del nombre propio Isaac), arquetipo del judío de escaso nivel económico y educativo, radicado en el norte de Marruecos. Esta incertidumbre etimológica es debida a la falta de documentos lingüísticos completos y aprobados por todos los interesados. A diferencia del ladino (vide infra), en haketía, a pesar de ser un dialecto de más de 5 siglos de existencia, aún no se han establecido normas ortográficas puesto que, hasta recientemente, sólo era un instrumento de comunicación oral. Por lo tanto, cada escribiente se ve obligado a crear su propio código grafo-fonético.

El mismo glotónimo, o vocablo que designa el dialecto, plantea singulares problemas a los estudiosos. Coexisten múltiples grafias no todas atestiguadas ni académicamente documentadas-y la elección de una u otra depende del escribiente: haketía, haquetía, hakitía, haquitía, jaquitía, jaketía, jaquetía, haketiya, jaketiya, haquetiya, haketilla, yaketía, y yaquetía. No existe otro dialecto en el mundo cuyo glotónimo pueda escribirse de trece distintas maneras. Muchas de estas versiones merecen un análisis detallado al que, por falta de espacio, debemos renunciar. Vamos a limitarnos simplemente a una somera explicación de la grafia que hemos escogido, haketía.

La “h” (en negrita): En el sistema de transcripción que adoptamos aquí, la hache en negrita corresponde a la ח, la het hebrea que se pronuncia aproximadamente como la “j” española, pero con la parte más profunda de la laringe.

La “k”: La utilizamos para transcribir la consonante oclusiva sorda [k] pero sólo en palabras de origen árabe o hebraico. Ej.: halkeado (ár., exhausto), el kahal (hebr., el conjunto de los congregantes), ukán (ár., solamente). En cambio en ladino se utiliza la “k” cualquiera que sea el origen de la palabra: komer, kaza, kumadre (comadre), etc.

Funcionamiento del dialecto
De manera general, puede decirse que la haketía funciona como el español contemporáneo en lo que se refiere a la sintaxis. La conjugación sigue más o menos la del castellano de fines de la Edad Media pero, a veces, las formas verbales modernas se imponen y reemplazan los arcaísmos.

En los diccionarios de haketía se estudia de manera exhaustiva y sistemática la conjugación haketiesca. Aquí sólo presentaremos someramente tres ejemplos de pretéritos:

hablar: habli, hablates, habló, hablimos, hablatis, hablaron.
traer: trushi, tan frecuente como trashi o traji.
decir: dizir o dizer: dishi, dishites, disho, dishimos, dishitis, disheron (que coexiste con dijieron).
Es también de notar la tendencia a la epéntesis de una “y” en la desinencia de la primera persona del indicativo presente de los verbos, cualesquiera que sean: “tengo”>”tengoy”, “digo”>”digoy”, “hablo”>”habloy”.

Este fenómeno es frecuente pero no constante y no se sabe a ciencia cierta si proviene o no de la influencia del “soy”, “voy”, “doy” y “estoy”.

Otro rasgo característico de nuestro dialecto es la hispanización de vocablos extranjeros, fenómeno corriente en muchos idiomas. Ej., en Hispanoamérica: chequear (comprobar, del inglés check); en la provincia de Quebec, Canada: le burnout (el agotamiento, del inglés estadounidense burnout); en Italia: fare business in Italia (hacer negocio en Italia).

Lo mismo ocurre con la haketía. Por ejemplo, se utiliza tal cual el sustantivo árabe mel’oq (1) (malvado, canalla), se le antepone un articulo castellano y se le pluraliza o feminiza con desinencias castellanas: un mel’oq, el mel’oq, la mel’oqa, los mel’oqes; una shkara (un saco, una espuerta), cuatro shkaras, un baggal (un tendero), los baqqales, los bakalitos.

También abundan los vocablos hebraicos integrados en el léxico de la haketía: un hajam, un sabio estudioso de la Torá; un hajamito, un erudito de pacotilla; un ‘aní, un pobre; muncha ‘aniyyut, mucha pobreza; un ma’asé, un cuento, un asunto.

Muchos verbos provienen directamente del árabe dialectal y fueron hispanizados con la adjunción de una desinencia española: ‘adlear (arreglar, de ‘addel), kemlear (acabar, de kemmel), ‘aitear (llamar, de ‘ait), etc.

Estos numerosos préstamos y su integración en el capital lingüístico que se vino transmitiendo de generación en generación, con incesantes fluctuaciones que reflejaban las fluctuaciones históricas locales, nacionales o universales, hacen de la haketía un tesoro inestimable para el verdadero investigador científico, el que sabe evitar los juicios de valor.

A los elementos específicos, vienen a añadirse rasgos también sui generis que aseguran la transmisión oral, es decir los elementos prosódicos y melódicos de la cadena hablada – o sea el esquema entonativo – y también el alfabeto gestual.

Por ejemplo cuando se quiere ilustrar la interjección ¡¡Guo!! (exclamación que expresa horror, lamento), se levantan ambas manos hacia la cara y se bajan rápidamente. El análisis de los elementos acabamos de enumerar podría servir de base que a un estudio lingüístico fundado – única y paradójicamente – sobre lo no-textual. Evidentemente, dicho estudio debería ser filmado e incluir partituras musicales.

Terminología: ladino, judeoespañol, djudezmo(2) y haketía
Antes de proseguir, es necesario aclarar el problema terminológico. El ladino, idioma hablado y escrito por los sefardíes de Turquía, Grecia y algunos países balcánicos, añade a su base castellana frecuentes préstamos de vocablos provenientes del turco, del griego, del italiano, del búlgaro, del portugués, del hebreo y del francés. En cuanto a la haketía, tal como se hablaba aún hacia los años 50, cuando empezó una de las más importantes olas de emigración de los judíos de Marruecos, tiene por componentes. principales, por orden decreciente de importancia, el español contemporáneo, el árabe dialectal marroquí, el hebreo clásico y el castellano medieval. En lo que se refiere a la influencia del árabe, es de notar el excelente estudio publicado por el profesor Mohamed Madkouri El Maatawi de la Universidad Autónoma de Madrid, diciembre de 2004, bajo el título “Los arabismos en el judeo-hispano marroquí (hakitía) (sic)“. Reproducimos a continuación unas líneas de la introducción de dicho estudio:

“La diáspora, iniciada en 1492, lleva a la comunidad judía peninsular a repartirse a lo largo y ancho del Mare Nostrum. Parte de ella se marcha hacia el Oriente (principalmente a Turquía) y otros emigran al Magreb. Habida cuent de las circunstancias que rodean la expulsión, la población sólo pudo llevarse consigo principalmente bienes espirituales, esto es, su religión, el folklore, la literatura popular y la lengua. Una vez en estos países entra en contacto con la población autóctona, judía y musulmana. Este trabajo versa precisamente sobre aquella lengua mantenida por los judíos como señal de identidad frente a nuevas realidades sociales, pero que una vez roto el cordón umbilical con su lengua madre, el español, y con el paso del tiempo, ha de recorrer caminos distintos en oriente u occidente. Uno de esos caminos es el judeoespañol en el Magreb donde voy a centrar mi estudio. No obstante, si bien existen trabajos interesantes sobre el ladino, pocos son los que se han dedicado exclusivamente al estudio de la Hakitía. Ésta es la lengua de uso común entre los migoraĉim³, judíos emigrados a Marruecos, que existió como lengua hablada, cada vez más minoritaria, hasta bien entrado el siglo XX. La mayoría de los trabajos existentes hasta ahora sólo hablan del tema de la Hakitía o bien como sucedáneo del ladino, o bien lo abordan desde el punto de vista antropológico, siendo las aproximaciones más interesantes aquéllas interesadas romancero, por el el cancionero y el folklore. Por ello, el propósito de mi trabajo es analizar, desde el punto de vista lingüístico, la influencia en la Hakitía de la lengua dominante en el contexto social en el que se han movido los migoraćim, esto es, el árabe dialectal marroquí hablado tanto por la población musulmana como por los toĉabim4, los judíos autóctonos.”

En cuanto al glotónimo ladino, siempre fue algo problemático, pero únicamente entre académicos. El profesor Haïm Vidal Sephiha, fundador y titular durante varios años de la única cátedra de judeoespañol de Francia, profesor emérito de la Sorbona, autor de 7 libros y de más de 400 artículos sobre el judeoespañol, siempre se esforzó por explicar que el ladino es la lengua judeoespañola escrita en letras hebraicas, ya sea con el alfabeto Rashi, o en solitreo, o con el alfabeto hebreo de letras cuadradas.

Según este erudito, el ladino es una lengua exclusivamente escrita, el judeoespañol “calco” reservado a la traducción calcada palabra por palabra de textos bíblicos, talmúdicos, litúrgicos y paralitúrgicos. Por lo tanto decir que alguien “habla” ladino es para Haïm Vidal Sephiha una aberración escandalosa. El ladino no se habla, se habla el djudezmo o el espanyol. Pero vox populi vox Dei. Por la voluntad del pueblo, hoy en día, sobre todo en Israel, el vocablo ladino indica cualquier forma de judeoespañol de los países balcánicos y peribalcánicos.

Es más, existe un organismo oficial cuya misión es la defensa, la difusión y la ilustración del ladino. Se trata de La Autoridad Nasionala del Ladino, presidida por nadie menos que Yitzhak Navón, quinto presidente del Estado de Israel, de 1978 a 1983.

Moshé Shaúl, fundador y director de la revista Akí Yerushalayim y también del programa judeoespañol de la radio nacional israelí, es el vice-presidente de la Autoridad Nasionala desde su creación en 1997.

Lengua escrita, lengua oral
La haketía es, como dijimos, una lengua de comunicación oral, mientras que el ladino se escribe y se publica desde hace siglos, generando hasta hoy en día obras literarias, periódicos, revistas, etc. Según Michael Molho, erudito y rabino de Salónica en la post-guerra, la literatura en ladino consta de 5000 a 6000 obras que incluyen centenares de obras teatrales, novelas, poesía, traducciones, adaptaciones de obras europeas, sin contar los 300 títulos de una prensa que floreció desde 1832, año en que se publicó el primer periódico judeoespañol en Istambul, hasta el principio de la Shoá. El Dr. Eliezer Papo, escritor judeoespañol y vice director del Centro Moshe David Gaon de Kultura Djudeo espanyola en la Universidad Ben Gurion del Neguev, publicó en 1999 su primera novela en ladino, La Meguila de Saray (Saray es Sarayevo) y sigue publicando obras en el mismo idioma.

Basta con navegar un poco por Internet para darse cuenta de la vitalidad del ladino y de los loables esfuerzos hechos para preservarlo, enseñarlo e ilustrarlo; esfuerzos que casi podrían compararse con los que los Ashkenazim hacen por la supervivencia del Yiddish. Los paladines campeones de la causa del ladino hasta llegaron a imponer una ortografia de tipo esperantista cuya característica esencial es el empleo frecuente de la letra “K” la cual, sea dicho entre paréntesis, es la consonante menos empleada en español: kaza, kerer, komer, etc.

Mientras tanto, la haketía seguía y sigue flotando en el aire oral, sin normalización gráfica vulgarizada de ninguna indole. Vulgarizada porque no hay que olvidar el trabajo de Jacob Hassán (q.e.p.d.) director del Departamento de Estudios Hebraicos y Sefardíes, Instituto de Filologia, Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid, quien propone una grafia normalizada para toda suerte de judeoespañol, basada en el alfabeto fonético internacional.

Debemos inclinarnos ante la evidencia. Es una perogrullada decir que cuando una lengua no dispone de un capital, de un corpus de textos escritos, no hay que extrañarse de la precariedad de su existencia. Los intelectuales judíos del norte de Marruecos nunca escribieron en haketía porque, a pesar de la Expulsión, siempre se sintieron culturalmente puesto que lo estaban geográficamente-próximos a la España de su tiempo. Por eso siempre escribieron en el español de su tiempo. Además la colonización española vino a reforzar estos lazos culturales, así como el deseo de expresarse en el mejor y más puro castellano posible, la lengua más culta más actual, la de la intelligentsia española.

La haketía fue por lo tanto condenada a la oralidad. Y esto trajo consecuencias. Puede decirse que fue la hija malquerida del español. No sólo por todo el vasto mundo, sino también en sus propios territorios, en Tánger, Tetuán, Alcazarquivir, de Melilla, Ceuta, Larache, Arcila y Gibraltar. Siempre fue considerada como la lengua de la cocina, la lengua de la afectividad, nunca de la intelectualidad. (Prueba de ello es que esta introducción a La Vida en Haketía, el autor no se atrevió a escribirla en su lengua materna. En cambio, un intelectual ladinófono no hubiera vacilado un segundo en escribir un texto de este tipo en ladino). La haketía es una lengua para reír y llorar, bendecir, insultar, maldecir, una lengua considerada por muchos como “de baja categoría”. La “gente bien” de la antigua zona española de Marruecos nunca permitió a los niños hablar en ese dialecto. En cambio, hoy se despierta, entre los baby-boomers oriundos de esa región, algo como una añoranza, un piadoso interés por la lengua de sus abuelas.

Idéntica situación – a fortiori, desde luego – en el universo judeoespañol sometido a la hegemonía del ladino.

En estas comunidades, la haketía, en el mejor de los casos, era hasta hace muy poco tiempo considerada como una parienta pobre, un bárbaro idiolecto que no merecía interés alguno. Rara vez se la mencionaba en los congresos, seminarios, coloquios, sitios Web, programas radiofónicos o televisuales dedicados al judeoespañol.

(1) El apóstrofo transcribe la consonante hebraica AYIN, que es una laríngea sonora. La "q" transcribe la consonante árabe QAF (vide supra la palabra árabe haqa), oclusiva velar sorda, algo como una K pronunciada en la glotis. Delante de U, UE, UI, se pronuncia como en castellano.
(2) La j en itálicas se pronuncia como la jota francesa, por ejemplo en "joli". En el presente sistema transcriptivo fonético, la "z" en ladino o en haketía se pro nuncia como en francés zone.
(3) Megorashim, hebr., expulsados. Proviene del sustantivo guerush, expulsion.
(4) + Toshabim

Acerca de esta version de La Vida en Haketia

La digitalización de la obra La Vida en Haketía ha sido una valiosa contribución del Centro Cultural Sefarad de Argentina y el Centro Sefarad-Israel de España.

Agradecemos a quien fuera compañera de Solly Levy por muchos años Madelaine y a sus hijos Claire y ¿? el haber facilitado los derechos para poder hacer realidad este sueño de llegar a un amplio público esta maravillosa obra.

Centro Sefarad-Israel

El Centro Sefarad-Israel es una institución de naturaleza pública y netamente española que profundiza en el estudio del legado de la cultura judía, y fomenta un mayor conocimiento de la misma en el seno de la sociedad española a través de la organización de diferentes actividades culturales y divulgativas. Además impulsa el desarrollo de los vínculos de amistad y de cooperación entre la sociedad española y el mundo judío.

Centro Sefarad-Israel fue fundado en 2006 por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y de Cooperación; la Comunidad Autónoma de Madrid, y el Ayuntamiento de Madrid.

Centro Cultural Sefarad

El Centro Cultural Sefarad es una institución civil sin fines de lucro que tiene como objetivo la promoción de la cultura judeo-española difundiendo la historia, costumbres, noticias, eventos, actividades y publicando artículos de temática sefaradí.

Realiza actividades presenciales y virtuales en pos del cumplimiento de estos objetivos a través de su portal eSefarad.com, canal de TV, programa de radio Magacín Sefaradí.

Realiza cursos de ladino y organiza los ciclos Raíces de Sefarad de temática sefaradí y Enkontros de Alhad junto a otras instituciones generando una videoteca única en el canal de YouTube.com/eSefarad.

Idea y realización:
Marcelo Benveniste Aljadeff

Dirigente de larga trayectoria comunitaria, precursor en el desarrollo de comunicaciones de actividades y contenidos comunitarios. Es presidente de Centro Cultural Sefarad.

Comunicación/RRII:
Israel Doncel Martín

Israel Doncel Martín es el jefe de Comunicación y Relaciones Institucionales de Centro Sefarad-Israel, una institución pública cuyo propósito es servir de puente entre España y el mundo judío.

Producción original:
Esther Bendahan Cohen

Esther Bendahan es filóloga, escritora y columnista española nacida en Tetuán. Es la directora de Cultura del Centro Sefarad-Israel de España.

Check Also

El Embajador de Israel visitó el Centro Sefardí en Loja

En su visita a Loja, el embajador de Israel, Tzach Sarid, conoció las instalaciones de …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.