El nombre de Chelly Wilson resulta desconocido para la mayor parte de los espectadores, pero esta femme fatale consiguió hacerse un hueco relevante en la sociedad estadounidense en una época en la que el machismo era la norma imperante. En los años 60, la griega llegó a poseer hasta seis salas de cine X en la ciudad de Nueva York, después de huir como judía de un Holocausto en el que casi toda su familia fue asesinada.
La reina del porno (Queen of the Deuce), el nuevo documental de Filmin, aborda la historia de esta mujer pionera, en cuyas memorias prevalece la búsqueda de la libertad, la ayuda a los más desfavorecidos y su buen hacer en los negocios, por encima de las dudosas relaciones con la mafia y las críticas que la señalan como antítesis del feminismo.
«Menos por el hecho de que ella era una judía que celebraba la Navidad en un cine porno, no hay nada más raro en su vida», señalan de manera jocosa en el metraje los nietos Wilson, quien era procedente de la población sefardí en la ciudad griega de Tesalónica.
El documental dirigido por Valerie Kontakos, la documentalista que trabajó como taquillera en uno de los cines de Wilson, aborda la historia de una superviviente que luchó con uñas y dientes, pero cuya imagen dividió a los que la rodearon hasta el punto de que muchos conocidos no han querido participar en este proyecto.
De víctima del Holocausto a empresaria del cine porno
Casada en un matrimonio concertado con un hombre que aborrecía («cada beso me hacía vomitar»), una Chelly divorciada huía al inicio de la Segunda Guerra Mundial a EE UU. Dejaba tras de sí a sus dos hijos: uno terminaba alistado en el ejército israelí después de que todos murieran en Auschwitz; la otra tendría que ocultarse con una familia cristiana ante la invasión nazi.
Señalada en el filme por su allegados como una mujer cautivadora, con mucho temperamento, malhablada, inteligente, fumadora empedernida y una visión de negocio increíble, Chelly pronto se hizo con seis salas de cine de Nueva York: los cines Cameo, Adonis, Venus, Lido West, Lido Est y Eros (el local gay sobre cuyas escaleras empinadas se encontraba su hogar).
Sus inicios en el cine porno
Su carácter sociable provocó que se hiciera amiga de productores y distribuidores de cine, comenzando a proyectar diversas películas en sus salas. Pero, el dinero no empezó a entrar hasta que no estrenó allí películas para adultos, con el lanzamiento en sus salas de títulos como Flesh and Lace (Joseph W. Sarno, 1965), que actualmente podría emitirse en cualquier sesión vespertina de la televisión.
Sus buenos negocios lograron que estabilizara su vida. Un momento en el que concibió a su tercera hija y se trajo a los mayores a Estados Unidos. La ciudad de Nueva York se convertiría en un verdadero hogar para la griega, que se acostumbraría a ser la dueña del cotarro con numerosos hombres bajo sus órdenes y un poder inusitado para una fémina en esa época.
El éxito de los cines X en Nueva York
La calle 42, la cuna de los cines eróticos, continuó durante años arrastrando a una legión fiel de espectadores morbosos, en la búsqueda de una libertad arrebatada. Así, Chelly se dio cuenta de que el negocio aumentaba y con ello creó la compañía Chelee Films, con la que produjo títulos como Scarf of Mist Thigh of Satin (Bufanda de niebla-Muslo de Satín). Una escuela de actores, músicos y artistas venidos a menos, que aceptaban fingir sexo ante la cámara para poder ganarse la vida.
A finales de los años 60, Wilson también distribuyó el título de pornoterror Scare their pants off!, dándose cuenta que las escenas eróticas eran cada vez más explícitas. De esta forma, la mandamás comenzó a dar el salto del porno softcore al hardcore, un término acuñado en 1969 para el cine que mostraba sin tapujos toda clase de prácticas sexuales. Así nació también su nueva productora: Variety Films.
De igual forma, Chelly fue una de las primeras estadounidenses en importar películas homosexuales en Nueva York, mientras continuaba produciendo y distribuyendo cine erótico para todos los públicos. «Fue una fruta prohibida durante muchos años y en ese momento estaba disponible. La gente solo quería verlo», señala en el documental uno de sus colaboradores habituales.
El safismo y el cine porno
La sexualidad de Wilson siempre fue puesta en entredicho desde su propia juventud. Hasta sus propios familiares nunca supieron cuándo se encontraban ante una amante o una examente, entre toda la que gente que abarrotaba su hogar a diario. Y es que la propia Chelly confesaba, en una serie de entrevistas, que de joven era denominada como «Salomón Serero, porque era un marimacho».
Pese a su matrimonio con Rex, quien conocía perfectamente su orientación sexual, Chelly siempre vivió fuera del armario y con un cariño inusitado hacia su marido hasta el último día. Mientras tanto, su amor por la cantante Noni Kantaraki provocó que abriera el célebre restaurante Mykonos, donde conoció a actrices de la talla de Shirley MacLaine. Un lugar cuyo diseño corrió a cuenta de Vasilis Fotopoulos, el ganador del Oscar a la mejor dirección artística por Zorba, el griego.
Chelly se alejó progresivamente del negocio del cine porno, dejando a su hija Bondi al mando. Sin embargo, las cosas se pusieron cada vez más complicadas para la compañía Variety Films, en una época en la que se relacionaba el porno con la prostitución y las drogas. Bondi llegó a ser detenida por la distribución de la película Illusions of a Lady, un título acusado de material obsceno y conspiración contra EE UU.
La heredera de este imperio logró librarse por los pelos de la cárcel. Finalmente, las griegas dejaron de producir porno en los años 80 y se vieron obligadas a cerrar las salas en los 90, debido a la llegada a la alcaldía de Nueva York de Rudy Giuliani, quien limpió las calles de toda actividad que consideraba inmoral.
Así terminaba el legado de Chelly Wilson, quien continuaría disfrutando de su buen nombre y su riqueza hasta el último día, trasladando su amor por el cine y los negocios a uno de sus nietos, quien a día de hoy intenta labrarse una carrera como cineasta.
Fuente: 20minutos | 26.05.2023