El 9 de septiembre de 1943, una fuerza alemana desembarcó en la isla de Zakinthos (Zakynthos) y ordenó al alcalde griego Lukas Carrer que les proporcionara una lista de judíos locales para su deportación a campos de exterminio.
El alcalde Carrer consultó con el líder de la iglesia local, el metropolitano Dimitrios Chrysostomos, para obtener ayuda.
Siguiendo las instrucciones de su arzobispo, Chrysostomos se ofreció como voluntario para negociar con los alemanes y simultáneamente le dijo a Carrer que quemara la lista de los 275 judíos de la isla.
Chrysostomos se acercó al comandante alemán y le imploró que no deportara a los judíos. Argumentó que los judíos eran ciudadanos griegos, no habían hecho daño a sus vecinos y no merecían ser castigados con la deportación. No obstante, el comandante alemán insistió en recibir la lista de todos los judíos locales.
En lugar de compilar la lista, Chrysostomos tomó un trozo de papel, escribió su propio nombre en él y se lo entregó: «Aquí está la lista de judíos que necesita», dijo.
El Alcalde fue a la calle a advertir a los judíos del peligro inminente, instándolos a esconderse en la montaña.
La mayoría de los judíos de la isla sobrevivieron al Holocausto.
En 1948, en reconocimiento al rescate de la comunidad durante el Holocausto, la comunidad judía donó vitreaux para las ventanas de la Iglesia de San Dionisos de la isla.
El 1 de enero de 1978, Yad Vashem reconoció a Dimitrios Chrysostomos como Justo entre las Naciones.
Obtenga más información sobre esta historia en exposición en línea de Yad Vashem «Soy el guardián de mi hermano: Un tributo a los justos de las naciones«.
La exposición presenta historias adicionales de personas justas que corrieron un gran riesgo para rescatar a judíos durante el Holocausto.