
El proceso histórico de Colonia del Sacramento, es un rompecabezas con miles de piezas, en el que, quien desea armarlo y desarrollarlo, encuentra cientos de textos, nacionales y extranjeros en bibliotecas de todo el mundo. Millones de documentos, también en archivos históricos tanto de América como de Europa. Algunas decenas de planos y mapas antiguos, además de, al menos en mi caso, un par sólo de imágenes externas, de su poderosa muralla colonial portuguesa. Unos grabados no muy pretenciosos de 1763 aproximadamente.
El resto son vistas parciales e interpretaciones de viajeros como Malaespina en su viaje alrededor del mundo a mitad del siglo XVIII.
No hay, no hay una imagen concreta, definitiva o real de la misma.
Igual es con su historia.
Como todo en la vida, la mayoría de estos textos son parciales. Subjetivos en cuanto a espacio temporal, opiniones y puntos de vista. No se habla de la Capital de un país.
No interesa mostrar el verdadero impulso de génesis e influencia civilizadora de una ciudad contraria a la cultura vencedora posteriori.
Colonia del Sacramento indiscutiblemente internacionalizó el Río de la Plata.
Y se repite, insistentemente, en la gran mayoría de los textos conocidos, una sucesión de relatos y detalles diplomáticos o bélicos, cuando es el comercio lo que motivó los mayores encuentros y diferencias entre potencias implicadas.
Después de buscar, leer y tratar de comprender durante años a la gran cantidad de autores fundamentales, tanto nacionales como extranjeros, que escribieron la historia de Colonia del Sacramento, llegué a darme cuenta, de que era eso que me faltaba, para completar el rompecabezas tan bien presentado.
¿Por qué no sabían, no podían o simplemente no querían mostrar esta realidad?
Una realidad totalmente diferente, mucho más grandiosa e importante a la difundida hasta ahora.
ESA pieza, la tenía permanentemente delante de mí y no lograba verla. Se encontraba oculta en un porcentaje altísimo de los textos y documentos analizados.
Al ser recurrente, pero siempre nombrada o puesta al pasar, por supuesto, como con culpa o queriendo evitar nombrarla, la discutimos con especialistas amigos por meses. Con otros por años.
Y en todos los casos llegamos a la misma conclusión: Las fuerzas actuantes o partícipes eran más de las que originalmente se creía. Y en algunos casos particulares, eran mucho más importantes las revelaciones que encontramos, que el visto y no escrito hasta ahora.
La presencia de judíos sefaraditas portugueses, holandeses, flamencos y hasta franceses era abrumadora.
Demasiado notoria para continuar oculta por más tiempo.
A esto se sumaron entrevistas, reportajes, paseos guiados, charlas de café, llamadas, intercambio de correos electrónicos con investigadores e historiadores entre los que destacamos a Eduardo Bueno y Fabricio Prado de Brasil, Natalio Botana, Omar Antonio Dalmasso y Marcos Aguiño de Argentina, Fernando Assunçao, Juan Antonio Varese, Adolfo Kunsch, Rolf Nussbaun y Diego Blixen de Uruguay, destacando a mis GRANDES AMIGOS, colaboradores incansables Omar González Frau, Jorge Fernández, Rubén Collado, los tres argentinos, amantes de Colonia del Sacramento sin olvidarme de muchos otros imposibles de nombrar que directa o indirectamente orientaron en la búsqueda.
Una vez situada esta clave, comprendí totalmente que no era sólo una la que faltaba, eran varias. Tantas como los puntos de vista desde donde se la observe a Colonia del Sacramento.
Y no me desanimó.
Todo lo contrario, me dio mucha más fuerza y ??alegría.
Quizás (algo más que seguro), muchas personas seguirán buscando e investigando pistas en este universo de bibliotecas, archivos y colecciones privadas.
¿Por qué en ESE momento (1680) decidieron fundar la ciudad? En 1668 Portugal abandona la tutela española después de casi 70 años bajo dominio de Felipe II, III y IV. Una pista importante la encontré leyendo y analizando a Mario Javier Saban, en “Los Marranos y la economía del Río de la Plata” del año 1993. Los sefaraditas portugueses abandonan Buenos Aires ante la presencia de la Inquisición en la ciudad casualmente en 1679. Quien impulsó la idea de fundación? Pocos años antes en Europa, los Países Bajos, se independizan de España. Los “holandeses” invaden Brasil y coincide su retirada o expulsión con estas independencias europeas, tanto la de Portugal como la de Holanda, ambas de España. Es casual que el fundador de Colonia del Sacramento y alguno de los continuadores más importantes fueran Caballeros del Hábito de Cristo? Títulos otorgados por el Príncipe Regente y luego siendo Rey portugués valientes luchadores de la independencia lusa. Recordar el nexo con los antiguos Templarios refugiados en Portugal después de las persecuciones en toda Europa por la Iglesia Católica. ¿Cómo llegó a ser un verdadero dolor de cabeza para los dos Imperios más importantes del planeta en la época? Portugal aliado con Inglaterra y Holanda enfrentado a España y su alternando aliado francés.
Cada uno con sus intereses políticos, militares y económicos.
En el caso de Portugal desarrollando toda la astucia e inteligencia diplomática, aferrándose incondicionalmente a Inglaterra y permitiendo que los holandeses con su Compañía de Indias Occidentales, creada, financiada y dirigida por sefaraditas portugueses, comercien tan a su gusto como si las colonias fueran propias.
Para España, tozudamente buscando riquezas metálicas (oro y plata) americanas, intentando imponer un monopolio comercial que redundara en tributos para la Corona, prohibiendo a las comarcas intercambiar productos e inútilmente procurando evitar el contrabando, con el agravante de que en todo momento debía defender militar y acordar diplomáticamente la defensa de su Imperio amenazado.
En las narices hispanas y donde más le dolía, en el Río de la Plata, entrada y salida al Océano Atlántico, Portugal seducir a los gobernantes, comerciantes, militares y religiosos de Buenos Aires y sus socios de provincias cercanas con riquezas inmensas, imposibles de conseguir si se ajustaban a las leyes españolas.
El comercio establecido en Colonia del Sacramento, lo que se pretende presentar como de contrabando menor, durante 80 o 90 años fue financiado no sólo desde Lisboa o Porto, también se asociaron grandes capitales en Ámsterdam, Londres y París, los que al su vez estaban relacionados con grandes compañías en la costa africana, Goa en India, Calcuta y hasta Nagasaki en Japón.
Una de las claves fundamentales para la comprensión de la historia de Colonia del Sacramento me la entregó el Prof. Raúl Rossello en 1999. Gracias.
Había visualizar la dinámica de los hechos históricos desde 1492 sin olvidar, (todo lo contrario) a los actores intencionadamente de orden secundario en la GRAN puesta en escena. En Gran Historia.
Eran verdaderamente los portugueses quienes deseaban, planificaban y terminaron desarrollando la nueva factoría?
Si los factores básicos del descubrimiento, conquista y colonización europea en nuestro continente fueron primariamente de orden económico, de expansión territorial imperial y por último un carácter religioso; ¿Por qué debería cambiar en nuestro caso? O había otros factores quizá más importantes para los europeos que eso?
Siempre nos han referido a la Colonia del Sacramento como una ciudad “portuguesa”. Y es cierto.
Pero hay un valor añadido muy importante e imposible de desestimar. ¿Quiénes eran estos portugueses?
Judíos de España, Portugal y Holanda con vínculos en Francia, Inglaterra, Italia, Turquía y norte de África que manteniendo sus lazos familiares y económicos desarrollan sus negocios en la zona.
En la continua investigación histórica hemos descubierto que decenas de ellos, y es desde el inicio mismo de la nueva colonia, su origen, su cultura, sus intereses económicos, están relacionados directamente y muy fuertemente con la comunidad judía portuguesa – holandesa emigrada (expulsada) de España en 1492 y de Portugal pocos años después (1497) con bases en Ámsterdam, pero igualmente con Amberes, Flandes, Avignon, Londres, Venecia, la costa mediterránea marroquí y muchos otros puntos africanos o asiáticos dedicados al comercio.
Basado en los miles de documentos, hoy imposible de ocultar o ignorar, del comercio CABEZA Y DESDE EL Río de la Plata de finales del siglo XVI, todo el siglo XVII y S. XVIII es donde encontré las pistas.
No es difícil imaginar lo rica y fabulosa que debe haber sido Colonia del Sacramento fundamentalmente en el S. XVIII.
El mejor ejemplo se demuestra cuando al cumplir sus primeros 70 años (1680 a 1750), se la pretende cambiar, precisamente en 1750, por todo el territorio de los siete pueblos de las Misiones Jesuíticas Orientales.
A esta fecha, una Bula Papal, una Instrucción Real, dos Tratados de Paz, un Armisticio, un Pacto de Garantía Real y varios acuerdos comerciales internacionales involucran directamente a la que se pretende presentar como una villa intrusa portuguesa en territorios españoles y “cueva” o “nido” de contrabandistas lusos, ingleses y holandeses.
En 1678, la Bula Romanus Pontifex de Inocencio XI, las instrucciones con 36 art. del Sr. Pedro regente de Portugal el Sr. Manoel Lobo para la fundación de la ciudad, Tratado Provisional de Lisboa de 1681, Tratado de Alianza y Garantía entre Portugal y Francia en 1696, Tratado de Alfonsa (1701) de Pablo, Comercio y Amistad firmado por Felipe V nuevo monarca Borbón. En 1703, presionado Portugal para Inglaterra firma la Gran Alianza con Holanda, Austria, Prusia, Hannover, el Sacro Imperio y firma con Inglaterra el Tratado de Metheum.
Durante la guerra de Sucesión de la Corona de España, la Reina Ana de Inglaterra firma el Pacto de Garantía Real de 1712, compromiso de entrega a Portugal de Colonia. Cuando finaliza la guerra por La Paz de Utrecht, con los acuerdos de Utrecht, Rastadt y Baden de 1713 y 1715 la misma es devuelta a los lusos. En 1737 se firma el Armisticio de Paz de París, poniendo fin a un puesto militar de dos años en la ciudadela. El 12 de enero de 1750 se firma el Tratado de Permuta en Madrid.
Si a esto le sumamos que son varias las ciudades que le deben a Colonia del Sacramento los motivos de sus respectivas fundaciones.
Laguna, Viamão, Río Grande de San Pedro do Sul en Brasil.
Montevideo, Rosario, Real de San Carlos, San Carlos de Maldonado y Salto en Uruguay más la fortaleza de Santa Teresa y fortín de San Miguel en el este del país.
Y lo que no podemos olvidar, el desarrollo en todos los órdenes, económico, político y militar de Buenos Aires, que son consecuencia indiscutible del empuje e influencia de la disputada ciudadela.
Todo ello en sus primeros 70 años de vida. En los años sucesivos a 1750-1851 aproximadamente, el devenir histórico de nuestra ciudad es un continuo ir y venir entre posesiones u ocupaciones portuguesas, españolas, inglesas, argentinas, brasileñas y hasta la famosa de José Garibaldi.
La Península Ibérica, patria del sefaradismo floreciente en la Edad Media, se transformó en tierra de crecientes persecuciones antijudías o antisemitas desde finales del siglo XIV. En España, las persecuciones contra los judíos resultaron en conversiones masivas y consecuentemente en la formación de una importante comunidad de conversos, blanco casi exclusivo de la Inquisición instaurada por los Reyes Católicos en 1478.
En Portugal, donde hasta entonces no habían pasado persecuciones contra los judíos, la llegada de miles de ellos españoles hizo que el rey D. Manuel decretara la famosa conversión forzada, en 1496, al igual que lo había hecho Fernando de Aragón e Isabel de Castilla años antes. A su sucesor, el rey D. Juan II, le correspondió la instauración del Santo Oficio, en 1536.
Las sucesivas olas de persecución, sean contra los judíos, sea contra los conversos o cristianos nuevos, hizo de la huida una opción cada vez más elegida por individuos o familias enteras que se mantenían fieles a su religión tradicional o al menos intentaban escapar de la Inquisición. Rutas de fuga fueron, entonces, estructuradas hacia dos grandes ejes geográficos: el mundo mediterráneo y el norte europeo.
En el Mediterráneo, vale mencionar el lento, pero firme, surgimiento de comunidades judías en Marruecos, en el Imperio Otomano o en Italia, en ciudades como en Livorno o Venecia. En el norte europeo, micro comunidades sefardíes se estructuraron en Francia, donde el judaísmo era también prohibido públicamente, pero tolerado, en la práctica, como en Burdeos, o permitido legalmente, como Aviñón. Estudios de caso de los documentos inquisitoriales permiten seguir de cerca la migración de conversos portugueses a través de España, con escala en Medina de Río Seco, hacia el sur de Francia, donde volvían al judaísmo de sus ancestros. Las ciudades y pueblos franceses a menudo eran lugares de paso para Antuérpia, que se volvió importante centro de los sefardíes emigrados en el siglo XVI, y por Amsterdam y Hamburgo en el siglo siguiente. Es seguro que las rutas de huida de los sefardíes en Europa siguieron la lógica de la expansión del capital mercantil, como nos indican diversos historiadores, desde Fernand Braudel.
El 4 de agosto de 1578 se libró la batalla de Alcazarquivir, cerca de Fez, en el norte de África.
Es conocida también como la batalla de los Tres Reyes, porque murieron Sebastián de Portugal y los Sultanes Muley al-Mutawajil y Abd el-Malij.
No quedó familia portuguesa que no tuviera un muerto en Alcazarquivir. También pelearon y murieron españoles, alemanes y franceses.
Sebastián, con 24 años, había cruzado el estrecho de Gibraltar con 16.000 hombres de lo más selecto del ejército y nobleza de Portugal, para auxiliar Mutawajil en sus pretensiones al trono de Marruecos contra Malij y proteger los sefaraditas portugueses que se negaron a la conversión forzada de 1497 en Lisboa y habían emigrado a Marruecos después de las persecuciones y matanza de 1506.
Mutawajil pretendía quedarse con una parte del reino magrebí y Abd el-Malij había prometido matar a todos los judíos de Marruecos si ganaba la lucha.
En disipar los polvos y callar los gritos y sonidos de la batalla, los judíos de Marruecos todavía celebran su buena estrella.
Pero la consecuencia más interesante de la batalla de Alcazarquivir fue la unión de los reinos de España y Portugal. Felipe II, que era tío de Sebastián y nieto de Manuel II de Portugal, aprovechó el trono vacante y sin herederos para reclamar sus derechos y mandó a Lisboa al Duque de Alba con tropas suficientes para asegurarse la sucesión .
Fue así que, desde 1580 hasta 1640, España y Portugal fueron un solo reino, como le gusta a Saramago.
Y América también fue una sola porque se borró durante estos años la línea del Tratado de Tordesillas.
Todo era Iberia, desde los Pirineos a Lisboa y desde Oregón a Tierra del Fuego. Hasta el Amazonas y el País de la Canela, la indomable Nueva Andalucía, que Francisco de Orellana intentó conquistar primero desde Quito y luego desde el Atlántico.
Fuente: Pueblo y Sociedad Noticias 2/11/2011
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qué buena lección de historia!!!!
muchas gracias…..
diana
Hola quisiera recibir la newsletter. ..
Con todo gusto, a partir del próximo viernes.
Estoy empezando a estudiar la historia de Colonia y sospechaba que los comerciantes portugueses eran basicamente . judios sefarditas, pero las lecturas en esta web despejaron todas mis dudas. Me gustaria acceder a estudios documentados, alguún libro esencial que explique la compleja relacion entre Buenos Aires y Colonia. Gracias