El trabajo arqueológico podría revelar nuevos restos del barrio judío, como la sinagoga, de cuya ubicación no hay todavía pistas

Las excavaciones que se realizan en Vilafranca en busca del Call.
Vilafranca del Penedès está desenterrando, en el jardín de una casa particular junto al museo Vinseum, su antigua judería. El derribo en septiembre del edificio de Cal Pa i Figues del Vinseum, que incluirá trabajos arqueológicos, podría poner al descubierto nuevos restos de la trama urbana del barrio judío. Por ahora, sin embargo, no han aflorado indicios sobre la ubicación de una sinagoga. Los actuales trabajos de prospección arqueológica, impulsados por el historiador Pep Bosch y el archivero Josep M. Masachs, se efectúan tras una primera fase ejecutada durante el pasado mes de diciembre, financiada por el Ayuntamiento local, cuando se localizaron restos de la judería de la edad media. El Ayuntamiento estudiará que los restos puedan ser visitados en el futuro.
Los restos encontrados en esta última fase, particularmente un silo, restos de cerámica y una alineación de edificaciones, permiten fechar la judería en el siglo XIII, época de los reyes Jaime I y Pedro el Grande. El Call se abandonó en el siglo XVII y las edificaciones fueron derribadas para extraer la piedra, que se podría haber utilizado para la construcción de la Capella dels Dolors, iglesia que es el único exponente de la arquitectura religiosa del siglo XVIII que se mantiene actualmente en la ciudad, o para reforzar la muralla durante la guerra de los Segadors. El espacio fue abandonado y enterrado. La comunidad judía local fue una de las más importantes de Catalunya, según se afirma desde el Arxiu Comarcal del Alt Penedès. La población judía pudo ser de entre 150 y 200 personas. En 1327 se concedió permiso para rehacer y ensanchar la sinagoga. Los últimos judíos de Vilafranca se fueron o se convirtieron al cristianismo a finales del siglo XV.
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