Proyecciones y mesas redondas recuperan en octubre la memoria de los judíos españoles en la primera actividad del nuevo centro cultural
REGINA SOTORRÍO
El filme ‘Maravillas’ de Manuel Gutiérrez Aragón inaugurará dos días de proyecciones y mesas redondas. Como la titulada ‘Los sefardíes de Málaga, los grandes desconocidos’, un asunto que abordarán el director de cine junto con Paloma Díaz-Mas, profesora de investigación del CSIC y catedrática de Literatura en la Universidad del País Vasco; y María José Cano Pérez, catedrática de Estudios Semíticos en la Universidad de Granada y experta en Ibn Gabirol.
A la mañana siguiente se analizará la realidad de ‘El judeoespañol, la lengua como patria’. Para ello, se prevé contar con Moisés Orfali, catedrático de Historia en Israel y uno de los firmantes del acuerdo con la RAE para poner en pie una academia nacional del ladino en Israel. Le acompañarán Karen Gerson, escritora y coordinadora del Centro Sefardí de Estambul, y Ramón Magdalena, catedrático de la Universidad de Barcelona y especialista en lengua sefardí. ‘El legado en la ciencia y el pensamiento. La encrucijada entre Oriente y Occidente’ cerrará los encuentros resaltando la herencia judía y la mezcla de culturas que generó la diáspora. Hablará Esther Benbassa, senadora en Francia y especialista en el pueblo judío; la escritora Éliette Abëcassis y el autor israelí Abraham B. Yehoshúa, con obra publicada en España. Para acabar con buen sabor de boca, el chef Samuel Perea, presidente de la ONG Cocina por la Paz, ofrecerá una degustación de cocina sefardí y desvelará su influencia en los platos malagueños.
«Es una oportunidad histórica para dar a entender los valores que aportaron los judíos sefarditas en España», apostilla Isaac Benzaquen, de la comisión ejecutiva de la Federación de Comunidades Judías de España, patrocinadora del ciclo. Como señala la historiadora y profesora de la UMA Lorena Roldán, la menor conservación de restos ha llevado a la «errónea deducción» de que no había una importante presencia judía: «No es así, las características geográficas y económicas de Málaga la convertían en un lugar muy atractivo para la minoría judía». Y aún lo es. La de Málaga, como indica Bentata, es «una judería activa» con una comunidad de 800 miembros que pronto verá en pie su museo.
Fuente: diariosur.es