Un secreto medieval fundado por un rey navarro: así es el pueblo «más infravalorado» de España

Biel, en la comarca aragonesa de Cinco VillasTURISMO CINCO VILLAS
Biel, en la comarca aragonesa de Cinco Villas | TURISMO CINCO VILLAS

 

Con castillo medieval, judería e historia navarra, sigue siendo un tesoro olvidado en las Cinco Villas

En pleno corazón de la comarca de las Cinco Villas, en Zaragoza, se alza Biel, un pueblo que parece haber quedado suspendido en el tiempo. Con apenas 170 habitantes, guarda una riqueza patrimonial que rivaliza con algunos de los destinos turísticos más visitados del país, pero que, paradójicamente, aún no ha recibido el reconocimiento que merece.
La historia de Biel está íntimamente ligada a la del Reino de Navarra. Fue Sancho III el Mayor, monarca navarro del siglo XI, quien impulsó su consolidación como bastión estratégico. La villa fue clave en el proceso de expansión y repoblación tras la Reconquista, y pronto pasó a tener importancia política y militar.
El gran protagonista del perfil urbano es su Torre, una fortaleza defensiva que domina el paisaje desde lo alto de un cerro. Aunque se ha restaurado en varias ocasiones, conserva una estructura robusta y misteriosa, testigo de siglos de enfrentamientos entre reinos cristianos y musulmanes.
Junto a él, se encuentra la iglesia parroquial, con elementos arquitectónicos únicos en la región, y un núcleo urbano lleno de calles empedradas que parecen susurrar historias de épocas pasadas.
UNA JUDERÍA OLVIDADA
Uno de los rincones más desconocidos pero de mayor valor histórico es su antigua judería, vestigio de la presencia sefardí en la Edad Media. En el siglo XIV, más de la mitad de la población de la villa era hebrea. Sus calles se organizaban a los pies del castillo, en torno a las calles Caudevilla y Barrio Verde, perfectamente delimitada con portales. Tras su expulsión en 1492, fueron muchos los judíos que optaron por el bautismo y quedarse en la villa, sin embargo, algunos partieron hacia Navarra. Además de a la agricultura y artesanías, los judíos de la localidad se dedicaron al préstamo, siendo bien conocidos por esta razón en toda la comarca y en la Jacetania, así como a la curtiduría de pieles. Esta profesión, la de peleteros, que quedó arraigada en el municipio, daría lugar más tarde al sobrenombre con que se conoce a los habitantes de Biel, los «pelaires».
NATURALEZA, SILENCIO Y AUTENTICIDAD
Rodeado de bosques y montañas, Biel también es un paraíso para los amantes del senderismo y el turismo de naturaleza. Al encontrarse fuera de las grandes rutas turísticas, ofrece una tranquilidad absoluta y una autenticidad difícil de encontrar en otros lugares más masificados.
No obstante, ese a su patrimonio histórico, su importancia en la historia de Navarra y Aragón, y su entorno natural privilegiado, Biel ha permanecido fuera del radar del turismo de masas. No cuenta con grandes campañas promocionales ni infraestructuras hoteleras llamativas, lo que ha contribuido a mantenerlo, según la revista Viajar, como «uno de los pueblos más infravalorados de España». Sin embargo, esta falta de reconocimiento también es su gran valor: quien lo visita, descubre un tesoro casi intacto.

Fuente: Diario de Navarra | 09/06/2025

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