Un patriota turco sefardí

 

Un patriota turco sefardí y la historia del Mediterráneo post-otomano

Varios libros publicados en los últimos años exploran la experiencia de los judíos de Oriente Medio y del norte de África en el período tardío o post-otomano. Estoy pensando en particular en obras académicas o literarias dedicadas a la vida y la migración de familias o de una comunidad judía entera en la primera mitad del siglo XX. Tal es el caso de Sarah Abrevaya SteinFamily Papers: A Sephardic Journey Through the Twentieth Century (2019), One Hundred Saturdays: Stella Levi and the Search for a Lost World (2022), de Michael Frank, o La casa sul Nilo (2022), de la periodista italiana Denise Pardo. A pesar de sus diferencias, estos libros, que llevan a los lectores a lugares tan distintos como Salónica, Rodas y El Cairo, comparten el enfoque en la historia microscópica de los individuos, sus suposiciones sobre el presente y sus expectativas sobre el futuro. Consideran la historia como algo conectado con el narrador, en lugar de un episodio distante que existe principalmente como objeto de investigación.

En un conmovedor panfleto titulado Pasados ​​singulares: el “yo” en la historiografía (2022), el historiador Enzo Traverso¹ explicó cómo la reciente proliferación de libros históricos escritos en primera persona podría deberse al proceso de despolitización que siguió al fin de las grandes ideologías y a “[una] reificación del pasado”, visto como un patrimonio listo para convertirse, más que nada, en una mercancía. Si bien se puede estar de acuerdo con Traverso, en el caso de la historia sefardí y mizrají la combinación de historia y ficción, de rigor académico y sabor literario (autobiográfico) parece ser una forma productiva de iluminar un pasado que ha permanecido al margen de la historiografía judía. Al mismo tiempo, es necesario encontrar un equilibrio entre la dimensión colectiva y singular, para interpretar una vida individual no como una historia en sí misma, sino como el microcosmos “de todo un estrato social en un período histórico específico”. ²

El reciente libro A Sephardi Turkish Patriot: Gad Franco in the Turmoil of the Ottoman Empire and the Turkish Republic de Anthony Gad Bigio es un ejemplo de equilibrio eficaz entre la investigación histórica y las memorias familiares, o entre la dimensión colectiva y la singular. El libro cuenta la historia de los judíos del Imperio Otomano tardío y de la Turquía republicana temprana a través de la vida del abuelo materno de Bigio, el destacado periodista y jurista Gad Franco (1881-1954). A Sephardi Turkish Patriot combina referencias académicas, documentos familiares, fotografías y recuerdos personales. La narración sigue a Franco durante su juventud en Esmirna, a finales del siglo XIX , y luego en su carrera como jurista, abogado y periodista en la Estambul republicana temprana, hasta su caída durante la Segunda Guerra Mundial y las medidas de turquificación adoptadas por el gobierno contra todas las minorías. Así, el relato ofrece una visión de su vida, mostrando sus aspectos extraordinarios y ordinarios: desde los grandes logros en los campos del derecho y el periodismo hasta la dimensión sociopolítica y familiar.

Franco era un kemalista comprometido que creía en el proyecto modernizador de Atatürk y, por otra parte, mantenía una fuerte oposición al sionismo, al que consideraba una amenaza para la asimilación judía en Turquía y otros lugares. Su biografía, aunque a veces peculiar, ejemplifica en muchos sentidos la burguesía judía posotomana del Mediterráneo oriental: basta pensar en la fuerte conexión cultural y lingüística con Francia, o en la identidad secularizada pero aún profundamente judía que Franco mantuvo a lo largo de su vida.³

Además, su itinerario intelectual puede verse en paralelo con el de otros judíos –por ejemplo, el periodista prosionista nacido en Jaffa, Shimon Moyal (1866-1915)– que creían en una coexistencia armoniosa entre judíos y musulmanes en el Oriente Medio post-otomano. 4   Esta creencia comenzó a desvanecerse en los años 1930 y 1940, cuando formas más radicales de nacionalismo turco y árabe llevaron al distanciamiento de los judíos y otras minorías que, tras la descolonización, fueron casi igualados a los colonos europeos. 

En la línea de otras obras históricas, literarias y cinematográficas –desde las memorias de André Aciman Out of Egypt (1994) hasta el documental Forget Baghad (2002)–, A Sephardi Turkish Patriot podría parecer la crónica de una pérdida inconmensurable pero inevitable. Sin embargo, desde la perspectiva de su protagonista, un judío y un kemalista comprometido, no era nada extraordinario. Era el resultado casi natural de un largo proceso de integración en el Imperio Otomano y de participación en las agendas reformistas y modernizadoras que caracterizaron el paso del Imperio a la República. No obstante, a mediados del siglo XX y “a pesar de todo el apego a su país que mi familia turca y la comunidad judía en general habían tenido a lo largo de los siglos” —escribe Anthony Bigio a una distancia de varias décadas desde la muerte de su abuelo— “su pertenencia colectiva e individual había sido negada, lo que desencadenó castigos, exilio, identidades rotas y una nostalgia que apenas estaba empezando a comprender” 5 .

Exilio, identidades rotas, nostalgia: ¿es ésta la herencia que Franco dejó a sus descendientes? ¿La historia de los judíos de Oriente Medio y el norte de África se caracteriza necesariamente por la añoranza melancólica de un mundo que ya pasó? Libros como el de Bigio dan testimonio de que el legado de lo que se percibe como un mundo perdido no ha desaparecido por completo: los recuerdos de él –o los recuerdos de su ausencia– permanecen y pasan de una generación a otra, incluso más allá del mundo judío. Pensemos, por ejemplo, en cómo las voces de la mellah , el barrio judío tradicional marroquí, en la ciudad de Meknès estudiado por Emanuela Trevisan Semi y Hanane Sekkat Hatimi –todavía resuenan hoy entre los vecinos, amigos o compañeros de trabajo de los judíos que vivieron allí6 . Los sentimientos de pérdida y nostalgia ayudan a explicar la avalancha de memorias, novelas, autobiografías y, en cierta medida, libros académicos escritos en un estilo más personal sobre los judíos de Oriente Medio y el norte de África. De hecho, estas narraciones históricas más personales dan la impresión de que lo que la antropóloga Michèle Baussant llamó “memorias silenciadas” finalmente pueden, aunque sea parcialmente, ser escuchadas 7 .

Además de los aspectos más personales y familiares, Un patriota turco sefardí arroja luz sobre cómo un intelectual sefardí de Estambul de principios del siglo XX se situó en relación con su propio grupo etnoreligioso y con la clase social a la que pertenecía 8 . Es, en otras palabras, la biografía de un individuo, de su mundo y de una familia que vivió los tumultos de la primera mitad del siglo XX. De hecho, cuando Gad Franco murió en 1954 en Estambul, la mayor parte de su familia ya había abandonado Turquía y se encontraba dispersa entre Israel, Italia y Estados Unidos. Además, el nacimiento del Estado de Israel, el Holocausto y los cambios en la actitud de Turquía frente a los judíos le habían llevado a reconsiderar su aguda crítica al sionismo: “Me encuentro en la posición de alguien que sólo puede aceptar la derrota de sus ideas”, escribió Franco en un ensayo publicado en diciembre de 1950 en la revista L’Étoile du Levant 9 . La ley del impuesto sobre el patrimonio de 1942, que afectaba a los activos fijos y a las empresas (y que, hasta su derogación en 1944, supuso una medida discriminatoria contra los turcos no musulmanes), así como el período que pasó en un campo de trabajo de Anatolia, habían llevado a su caída económica y social. Por esta razón, las “lealtades pasadas”, como la que Franco había alimentado hacia el Imperio y la Turquía republicana de los primeros tiempos, “ya ​​no tenían sentido en el marco de las nuevas fronteras nacionales que aparecían” 10 . Al reflexionar sobre su vida y su carrera, se vio obligado a admitir que sus ideales habían sido derrotados por las sirenas del nacionalismo y los prejuicios antijudíos generalizados.

La vida de Franco es, en muchos sentidos, emblemática de los cambios y convulsiones que los judíos de Oriente Medio y el norte de África afrontaron en la primera mitad del siglo XX. Su reconstrucción histórica es un testimonio de su legado y de una época desaparecida: “antes de los horrores y los corazones rotos, hubo un tiempo de esperanza, de emancipación” 11 . Pero al leer las partes más personales y autobiográficas del libro de Bigio, por ejemplo la introducción donde explica por qué eligió escribir sobre su abuelo, uno se pregunta hasta qué punto ese antes todavía impacta en nuestro presente y más aún si es el presente –el complejo y a menudo desalentador comienzo del siglo XXI en el que vivimos– el que nos hace mirar hacia el pasado con un dejo de nostalgia. Seguramente, los últimos años de Franco demuestran que el pasado también puede ser un recuerdo trágico y triste, caracterizado por la pérdida y el despojo. Es innegable que para los judíos de Oriente Medio y el norte de África, antes de los años cuarenta y de las grandes oleadas migratorias de los años cincuenta y sesenta, “hubo un tiempo de esperanza”, como sostiene Bigio. Es un sentimiento que persiste hasta hoy, y que nos lleva a preguntarnos si podría haber habido un futuro diferente y otro Oriente Medio. Y aunque se trata de una posibilidad que los historiadores no pueden discutir ni escribir porque nunca ocurrió, es suficiente para despertar cierta curiosidad por ese pasado y por unos antepasados ​​que nunca conocimos 12 .

Por último, si bien es cierto que la pérdida es algo inherente a la historia humana, algunos espacios y tiempos parecen más distantes que otros. Esto es así, sin duda, en el caso de Oriente Próximo y el norte de África a principios del siglo XX, en el caso de Salónica, en el período otomano tardío, y en el de Alejandría de entreguerras, pero también en el de Odessa, a finales del siglo XX, o en el de Berlín, en los años veinte. Las deportaciones, las migraciones forzadas, el exilio y la creación de nuevas entidades nacionales hicieron de estos lugares una especie de “ciudades de fantasmas”, pobladas de recuerdos que luchan por encontrar un lugar en el mundo actual 13 . Un patriota turco sefardí es un intento de recuperar estos recuerdos en el contexto de momentos cruciales de la historia de Turquía –como los primeros años republicanos y la consolidación del régimen de Atatürk– y del Mediterráneo posotomano en general. Se trata de un desafío difícil que, sin embargo, quienes se interesan por la historia de los judíos de Oriente Próximo y el norte de África no deberían desestimar. Sólo a través de un diálogo entre historiadores y otros académicos, curadores, empresarios de la memoria y las propias diásporas judías de Medio Oriente y el norte de África, será posible construir una narrativa histórica matizada y equilibrada, sin idealizar ni negar un pasado que tal vez podría ayudarnos a imaginar un futuro mejor. 14

Por Dario Miccoli
Profesor adjunto de hebreo moderno y estudios judíos en el Departamento de Estudios Asiáticos y del Norte de África de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia. Sus investigaciones y publicaciones abordan la historia y la memoria contemporáneas de los judíos del norte de África y el Mediterráneo oriental, así como la literatura sefardí y mizrají moderna. Es autor de A Sephardi Sea: Jewish Memories across the Modern Mediterranean (2022), La letteratura israeliana mizrahi (2016) e Histories of the Jews of Egypt: An Imagined Bourgeoisie, 1880s-1950s (2015).

Por Antonio Gad Bigio

Arquitecto y urbanista, Anthony Bigio ha trabajado a nivel internacional y se desempeñó como especialista urbano sénior en el Banco Mundial durante dos décadas. Posteriormente, se desempeñó como profesor de posgrado en planificación urbana y ahora asesora a organismos internacionales y se dedica a sus proyectos de escritura personales.
Fuente: Primo Levy center | 3.1.2025
Traducción libre de eSefarad.com

Check Also

Jaén contará con una destacada proyección internacional tras el acuerdo de la Red de Juderías de España con Google Cultural

  La concejala de Cultura y Turismo, María Espejo, ha anunciado que Jaén, como miembro …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.