Días atrás informábamos la lamentable pérdida del querido Salomón Garazi. Presentamos a continuación el artículo que Roland J. Behar escribiera el 31 de diciembre de 2010 en El Nuevo Herald en su memoria.

Ha habido y hay personas que honran sus comunidades por hechos fortuitos circunstanciales en sus vidas, por aportes importantes a la ciencia, el arte, la política, o por haber alcanzado un éxito económico relevante y hay otros que, además, son pilares de sus comunidades. Desde su infancia y juventud se asignan a la ingrata misión de hacer por su colectividad el máximo posible sólo a cambio de experimentar la satisfacción del cumplimiento del deber autoimpuesto y la crítica de los incapaces de afrontar la tarea con la misma pasión y entrega. Estos hombres son imperecederos.
La incorporación de Salomón Garazi a la vida comunitaria y a la causa sionista parte de su adolescencia en La Habana, Cuba, su país natal. En la Macabbi (organización juvenil) llega a ser su presidente por varios términos, se destaca por sus dotes de líder y de deportista como pelotero y jugador de tenis de mesa (ping-pong), en el que logra un primer lugar de un campeonato entre organizaciones deportivas de La Habana. Al mismo tiempo era miembro activo de la Unión Sionista de Cuba, entidad cuyo objetivo principal era apoyar la creación del Estado de Israel a base de la educación e incorporación de los jóvenes y la recaudación de fondos con ese empeño.
Es el primer judío cubano (jewban) miembro de la directiva del Jewish Federation of Greater Miami, fundador del Comité Cubano, embrión del actual Comité Latinoamericano de dicha federación. Salomón fue miembro de la directiva de diversas organizaciones judías, entre ellas el Miami Jewish Home and Hospital for the Aged. Su dedicación y aportes fueron reconocidos por el Jewish National Fund y el State of Israel Bonds Organization. Además, era un importante benefactor del Weizmann Institute of Science de Israel, y un promotor del Programa de Estudios Sefardíes de la Universidad de Miami y del Programa de Estudios Judaicos Presidente Nabon de la Universidad Internacional de la Florida. Se le conocía como el mayor filántropo sefaradí del Sur de la Florida.
Su gran pasión eran la cultura y tradiciones sefaradíes, de las que fue uno de sus campeones incansables. Fue miembro activo del World Sepharadic Federation, y fundador y presidente del capítulo de la Florida del American Sepharadic Federation y de la Federación Sefaradí Latinoamericana. Ese constante batallar por la causa sefaradí le produjo el inmenso honor y placer de recibir en 1992, con motivo de la conmemoración de los 500 años de la expulsión de los judíos de España, el premio Príncipe de Asturias de la Concordia de manos del Rey quien, con este gesto, agasajaba la lealtad al idioma y costumbres ibéricas de los sefaradíes, pedía disculpas por el error cometido por la expulsión y les daba la bienvenida para su regreso a España. Se cuenta que cuando amigos y correligionarios de su comunidad del Templo Moses le felicitaban por el honor recibido, su respuesta fue característica de la bondad y candidez con la que solía tratar a quienes le rodeaban: «El honor se lo merecen ustedes que me enseñaron a amar lo sefaradí».
Con respecto a Cuba, fue un alentador incansable por vincular ambas comunidades, la cubana y la judía. Así fundó el Instituto Floridano-Israelí de Cultura, colaboró fuertemente con la Fundación Nacional Cubano Americana y con su presidente Jorge Mas Canosa, además de otras organizaciones de exiliados –siempre discretamente–. Fue honrado con el premio al Mérito Nacional Cubano otorgado por el Instituto San Carlos de Cayo Hueso. En el campo profesional, luego de graduarse de contador público en la Universidad de La Habana mientras trabajaba durante el día, dio sus primeros pasos como ejecutivo junto a su suegro Moisés Egozi Z’L. Pero inmediatamente que la empresa fue confiscada por los comunistas se vieron forzados a emigrar, y a comenzar desde cero en el exilio. Fueron pioneros de empresas de importación como la Oriental Trading Corporation, y tras años de arduo trabajo y sacrificio fundaron en Hialeah lo que parecía imposible: la Suave Shoe Corporation, primera empresa propiedad de exiliados cubanos cotizada en la Bolsa de Nueva York. Ambas empresas fueron fuente de trabajo y aprendizaje para miles de sus compatriotas en el Sur de la Florida.
Salomón Garazi fue un hombre de honor y de palabra que se dedicó a los demás, con visión, entusiasmo, y persistencia para cada emprendimiento en que participaba. Siempre fiel a los preceptos morales y tradicionales del judaísmo «a lo sefaradí»: sin extremos, poseía una generosidad sin límites. Fue un hombre bueno en cuyo carácter se complementaban espíritu y personalidad fuertes con la candidez y la bondad de un alma noble. Presto siempre a una sonrisa, una palabra de encomio, un halago o un consuelo.
Los judíos tienen dos calificativos para hombres de este calibre: Ben Adam, que significa que es un hombre que hace lo correcto, y Zadik, que significa que es una persona justa y santa. Salomón Garazi falleció el día 21 de diciembre a los 85 años.
Salomón Garazi fue un Zadik y un Ben-Adam. Adiós, gracias por tu legado. Trataremos de seguir tu ejemplo.
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