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La educación de los colonos judíos en Bitola comenzó primero en sus templos religiosos, los llamados sinagogas Además de los libros religiosos en las sinagogas, también había libros religioso-filosóficos, libros de derecho llamados Respuestas (preguntas y respuestas), así como libros de literatura judía clásica. Entre todos los libros, la Sagrada Escritura o Torá (El Pentateuco de Moisés – Antiguo Testamento) ocupaba un lugar destacado. También había otros ritos religiosos de uso diario en las sinagogas. Como en ellos estaba prohibida la presencia de niños pequeños, fue necesario para su desarrollo establecer instituciones donde hubiera lugar para todos ellos. Debido al aumento de su número, las primeras escuelas judías en Bitola se abrieron en los siglos XVI y XVII.
El sistema educativo de esta escuela primaria era exclusivamente religioso y enseñaba rabinos judíos (rabino hebreo – mi maestro) y hakami (sus asistentes) y enseñaba solo la fe y religión hebrea. La enseñanza en esta escuela estaba en el contexto tradicional leyendo pasajes dos veces de la Biblia y una vez del Talmud.
La portada de un libro del Rabino de Bitola Josef Ben Loeb «Respuestas» impreso en Amsterdam en 1726
Las portadas del legado del Rabino de Bitola Jakov Joseph Israel impresas en 1896
A principios del siglo XX, todavía era la escuela judía más grande de Bitola. Asistieron solo estudiantes varones que eran jóvenes, divididos en varios grupos. Un grupo estaba en edad preescolar de 3 a 6 años (algo así como jardín de infantes) y otros grupos estaban con niños mayores de 6 años. Durante su enseñanza, leyeron el texto del libro sagrado de la Torá en hebreo y lo tradujeron palabra por palabra al ladino. Rafael Kamhi, un conocido judío bitola y participante en el Alzamiento de Ilinden en 1903, en sus memorias ha descrito como muy estricto todo este sistema educativo en el que reinaba una gran disciplina. La escuela contaba con seis aulas con alumnos distribuidos por clases. Aprendieron las letras del alfabeto hebreo, leyeron y volvieron a contar historias y cuentos, leyeron los cinco libros de Moisés y oraron. No aprendieron hebreo y por lo tanto no entendían lo que leían porque sus maestros no tenían la educación adecuada y el conocimiento de los métodos de transmisión del conocimiento. Antes del amanecer rezaban en la sinagoga, y los que no llegaban a tiempo eran castigados con un látigo en las piernas o bajándolos a un pozo (pozo) atados con una cuerda donde permanecían durante horas. La sinagoga, la sala de oración, estaba ubicada en una parte del interior de la escuela en el segundo piso, lado este.
Estudiantes frente a la escuela Talmud Torah con el Rabino Shabetay Jaen y otros maestros. Foto Manaki 1924
La escuela tenía dos plantas con 3 aulas cada una, las cuales tenían unos 4 metros de altura, con piso y ducha de gruesas vigas y tablones. Debido a que se necesitaba mucha luz para estudiar en estas habitaciones, se obtuvo con las muchas ventanas grandes y de madera en los lados sur y norte del edificio. La entrada a la escuela es por el lado sur y la mayoría de las fotos de esa época están tomadas aquí. Durante su existencia se registraron varios incendios que formaron parte de los grandes incendios de 1689. y 1863 que en el pasado ocupó Bitola y el famoso Bitola Bazaar. El daño causado por el incendio del piso se reparó con la ayuda de donaciones extranjeras y se señaló en un informe del historiador Aaron Rodríguez que indica que el liderazgo rabínico en Monastir buscó la ayuda de Sir Moses Montefiore de Londres. quien alentó al judaísmo británico a hacer donaciones y recaudar alrededor de 2000 фу a nombre de 3000 judíos sin hogar, pero Londres no permitió el dinero para reconstruir la escuela religiosa tradicional Talmud Torah. En ese momento hubo un conflicto entre los rabinos de Bitola con los judíos de Francia e Inglaterra que querían revisar la educación de los judíos sefardíes en Bitola.
En 1894 Samuel Levy, editor del periódico Sephard La Epoca de Salónica y el Sr. Matalon de Salónica llegaron a Bitola para informar sobre el estado de las escuelas en Bitola. Su visita anunció la llegada de un aprendizaje más moderno a la ciudad y el comienzo de los planes para establecer la Alianza Franco-Judía Israelita Universal. Levi y Metallon no estaban muy contentos con las condiciones y la educación que recibían los pequeños estudiantes judíos y describieron la situación en la escuela religiosa Talmud Torah como un lugar donde los niños vegetan en la ignorancia y la suciedad. Ambos apelaron a la comunidad judía de Bitola para que recurriera a la Alianza en busca de ayuda y una educación moderna que hiciera avanzar al propio pueblo judío.
Bajo la influencia de Alliance Israelite Universalle, los nuevos tiempos modernos y la necesidad de una educación moderna, la enseñanza del Talmud Torá fue cambiando gradualmente. en 1902 , cerca de 158 estudiantes asistieron a las escuelas, 70 de ellos quedaron exentos del pago de cuotas por su difícil situación económica. en 1904 Estudiaron 357 alumnos, la mitad de los cuales eran niñas.
Durante la Primera Guerra Mundial no tenemos datos de si el edificio fue dañado por los bombardeos diarios, a juzgar por su aspecto actual la respuesta probablemente sea no. Probablemente tuvo suerte de salvarse debido a su ubicación. Durante la Segunda Guerra Mundial, la instalación sirvió como prisión y las tropas y colaboradores rusos fueron detenidos por el ejército alemán. Después de la guerra, esta escuela está habitada por unas 20 familias, refugiados de la parte egea de Macedonia. En él se improvisan tabiques y este edificio se convierte en un edificio residencial. Fue vendido por la comunidad judía de Belgrado en la década de 1960 a la familia Bitola Ninevski, que aún posee y trata de renovar y restaurar tanto como sea posible. El edificio está bajo la protección del Instituto para la Protección del Patrimonio Cultural e Histórico en Skopje. Durante la reconstrucción y limpieza de las antiguas unidades de vivienda que estaban divididas con ladrillos y tablones, los propietarios actuales encontraron el Arca Sagrada local (Aron Kodesh), un lugar donde se encontraban los libros sagrados y donde estaba la sección de oración en esta escuela judía.
Arca sagrada donde se guarda la Torah, en la Escuela Talmud Torah (estado actual)
Es de la población judía que existió aquí hasta 1943. estaba escondido en la propia pared. Su construcción está hecha de un tablón con dimensiones de 2×2 metros, sobre él se encuentran los rasgos de la Estrella de David y la Menorá (candelabro de 7 brazos como parte del judaísmo y la cultura judía) formados de metal pequeño.
Vista del Arca Sagrada en la Sinagoga Aragón. Foto de Albert Khan
La escuela tiene una puerta de más de 2 metros de altura que data de esa época junto con una reja de hierro forjado que se coloca en las ventanas. Finalmente, se puede concluir libremente que aquí está la sinagoga de piso o sala de oración que queda como un pequeño legado de la vida y funcionamiento de nuestros antiguos conciudadanos judíos en Bitola.
Debido a la educación conservadora en esta escuela y bajo la presión de los tiempos modernos, a fines del siglo XIX y principios del XX, se abrieron otras escuelas judías en Bitola, donde niños y niñas asistieron juntos a clases hasta 1941. *
Hoy en día este edificio es de propiedad privada. Hasta la fecha, ni el estado ni el gobierno local han expresado interés o disposición para cualquier asistencia en la renovación o rehabilitación. Talmud Tora es la escuela religiosa judía más antigua de Bitola es otro edificio grande y representativo que se lleva a la par con toda la riqueza cultural e histórica que tanto se conserva en nuestra ciudad y es de gran beneficio conocer su tamaño como ciudad que creó diferentes culturas, pero lamentablemente todavía no somos capaces de nutrir o promover nada de eso.
Muchas gracias a los actuales propietarios Mende y Sofija Ninevski.
«La herencia judía olvidada en Bitola» de Zoran Gjorgiev.
* Extracto de texto del libro «La herencia judía olvidada en Bitola», que actualmente se está preparando para su publicación, autor Zoran Gjorgiev.
Fuente: Babam Bitola – 26 de enero de 2022
