Situada a medio camino entre Ourense y Pontevedra, en la comarca de O Ribeiro, Ribadavia es sin duda un lugar de obligada visita para los amantes de la riqueza patrimonial marcada por una amplia historia
A medio camino entre las provincias de Ourense y Pontevedra, en la confluencia de los ríos Avia y Miño, se encuentra el municipio de Ribadavia que, enmarcado en la comarca de O Ribeiro, ha sido desde tiempos inmemorables la cuna de la producción del buen vino.
Conocida históricamente como “Burgo in Rippa Avie”, en sus entrañas alberga un gran número de monumentos históricos y conserva una buena parte de su arquitectura religiosa, popular y nobiliaria. Su casco histórico es uno de los más destacados de la provincia ourensana y en él podemos encontrar desde un castillo medieval hasta templos románicos o góticos. Así, su burgo medieval fue declarado conjunto monumental histórico en 1947.
Aunque en su territorio se han encontrado restos de la presencia romana, fue en el siglo XII cuando empezó la expansión económica y demográfica de Ribadavia y su comarca, potenciada por la influencia y el poder de los monasterios de San Clodio, Oseira y Melón, y relacionada con el cultivo y el comercio del vino del Ribeiro, que alcanzará gran fama durante siglos en toda Europa, viviendo su máximo apogeo entre los siglos XV y XVII.
Castillo de los Condes de Sarmiento
Considerado uno de los emblemas ribadavienses, es posible que esta sea una de las mayores fortalezas medievales de la comunidad gallega. Sus inicios se remontan a la segunda mitad del siglo XV al instituirse el Condado de Ribadavia y esta construcción pasó a ser la residencia oficial de los Condes hasta el siglo XVII, cuando deciden abandonarlo para trasladarse al nuevo Pazo Condal situado en la Plaza Mayor.
Todo parece indica que en sus inicios existió una torre del homenaje, sin embargo, hoy en día solamente se conservan los restos de un torreón almenado y rectangular, así como diversos cubos de la muralla cuadrados y circulares. Continúa también presente el camino que rodea las murallas y el recinto conserva tres de sus cinco puertas originales, la Puerta de la Cerca, la Puerta Nueva y la Puerta Falsa.
Barrio Judío
Los judíos se establecieron en la villa en el siglo XI y su población aumentó durante los dos siglos siguientes hasta conformar la mitad de la totalidad de los habitantes, conviviendo en perfecta consonancia con los adeptos del cristianismo. Los judíos en Ribadavia continuaron aumentando en número e importancia durante los siglos XIV y XV, hasta conformar, a pesar de la religión, un solo pueblo de afectos y sentimientos.
El 30 de Marzo de 1492 llegó a estas tierras el decreto de expulsión expedido por los Reyes católicos, en el que se les concedía un plazo de 4 meses para salir de España. La mayor parte de ellos, como sucedió en el resto de Galicia, abrazó el cristianismo y decidió quedarse en el país. Contra estos conversos adoptó después medidas de rigor la Inquisición de Santiago, que ejerció sobre ellos una dura persecución hasta arruinarlos por completo.
La judería de Ribadavia es la más completa de todo Galicia y por ello, está incluida en la llamada Ruta Sefarad que recorre los principales barrios judíos de España. Como bien se declara por aquellos territorios, la judería en este territorio “es como sus vinos, noble, fuerte y con una fuerza emotiva tradicional que se manifiesta en el corazón de sus pobladores”.
Algunos de os enclaves a visitar durante el recorrido de sus calles son el Centro de Información Judía, la Plaza de la Magdalena, la Plaza de Buxán, la Porta Nova o la Casa de la Inquisición.
Museo del Vino de Galicia
Situado en la conocida como casa rectoral de Santo André de Camporredondo, tiene como finalidad recuperar, documentar, conservar y difundir el patrimonio cultural vitivinícola de Galicia.
Las diferentes exposiciones recorren tres plantas de este edificio del siglo XVIII. En ellas podemos descubrir el cultivo de la vid y el proceso productivo del vino a lo largo de la historia en nuestra comunidad, conociendo las técnicas y sistemas de cultivo y las de la elaboración de los caldos. Los paneles explicativos aúnan textos e ilustraciones de gran calidad y se acompañan con objetos significativos relacionados con cada panel, como herramientas, escritos o instrumentos técnicos.
La exposición permanente se extiende a lo largo de ocho salas, dedicadas cada una de ellas la una sección, que acogen piezas relacionadas con el cultivo de las cepas, tanto desde el punto de vista histórico como desde los ciclos tradicionales de cosecha.
El interior del Museo de Vino de Galicia también alberga piezas de las diferentes Denominaciones de Origen existentes en la comunidad gallega.
Fuente: La Región | 18.5.2024