Es difícil rescatar un lenguaje que está a punto de perderse. Sin embargo, es importante recordarlo en la medida de las posibilidades.
La reflexión se desprendió tras la presentación del libro Ansina (Ed. Vaso Roto), de la periodista y poeta Myriam Moscona, evento acontecido en la librería del Fondo de Cultura Económica «Fray Servando Teresa de Mier».
Acompañada por el escritor Felipe Montes, Moscona retoma el habla del idioma judeoespañol ?también llamado ladino? practicado por los primeros habitantes del noreste de México hace 400 años.
Aunque se trata de una lengua a punto de desaparecer, aún se le escucha en pequeños poblados y rancherías cuando se expresan palabras como «trujeron», «mesmo» y la que da título al libro «ansina», que trasladamos a la actualidad como «así es».
«Me preguntaban si esto es un rescate, pero ¿quién puede rescatar una lengua? (…), si un niño no la habla ¿quién la puede rescatar?» se cuestiona la autora ante más de 50 personas que se dieron cita a la presentación.
De origen búlgaro sefardí, Moscona inició el uso del judeocristiano en la novela Telas de sevoya, en la que las palabras ladinas formaban parte de una narración en español contemporáneo.
Todo lo contrario presenta Ansina, donde predomina el idioma ladino y en contadas ocasiones se tiene una referencia al español que usamos hoy en día.
Myriam Moscona se dijo sorprendida como de la lengua que hablaban los primeros pobladores de esta región prevalezcan algunas palabras en la actualidad.
Refirió que, como muchos, pasamos la vida corrigiendo a los abuelos que pronunciaban el «trujeron» en lugar de «trajeron». Sin embargo, con el paso del tiempo descubrió que el «mesmo» no era un error, sino que se trata de un idioma, hoy a punto de extinguirse.
«Tal vez nunca desaparezca (el judeoespañol), pero difícilmente servirá para comunicarnos».
Por su parte, el escritor Felipe Montes reconoció al judeoespañol como un «patrimonio que ya no se enseña en escuela alguna».
Durante la presentación se leyeron algunos de los poemas que integran Ansina, como fueron «Un bomboniko» o «De trokamientos».
Para los interesados en trasladar del idioma ladino al español actual, el libro incluye un glosario al final de la edición.
«Me sorprende que aquí en Monterrey se han conservado ciertas cosas», resaltó la autora.
Fuente: libreprensa.com
Me parese ke uvo un yerro (eror) en la palavra «Judeocristiano» en la fraza de ariva, «Moscona inició el uso del judeocristiano en la novela Telas de sevoya,…»
Kualo es el «judeocristiano»? Es ke keria dezir «judeoespanyol?
R
Tambien a mi me sorprendió la palabra «judeocristiano», que no pienso que exista