En Tomar, la antigua sede de la Orden de los Templarios, se encuentra un rarísimo ejemplar de los templos judíos medievales y del arte prerrenaecentista portugués, la sinagoga de Tomar, única de esa época íntegramente conservada aún existente en Portugal. Actualmente se encuentra en refacciones y pronta a ser reinaugurada. La Agencia de Noticias AJN tuvo la posibilidad de conocer cuando fue invitada por el Ministerio de Turismo del país europepo para conocer el legado judío en ese país.
Agencia AJN.- En Tomar, la antigua sede de la Orden de los Templarios, se encuentra un rarísimo ejemplar de los templos judíos medievales y del arte prerrenaecentista portugués, la sinagoga de Tomar, única de esa época íntegramente conservada aún existente en Portugal. Actualmente se encuentra en refacciones y pronta a ser reinaugurada. La Agencia de Noticias AJN tuvo la posibilidad de conocer cuando fue invitada por el Ministerio de Turismo del país europepo para conocer el legado judío en ese país.
Fue construida a mediados del siglo XV con una función religiosa, lo que revela la disponibilidad financiera de la comunidad judía allí residente, su vigor y su prosperidad.
La arquitectura del edificio, simple y con influencias orientales (de planta casi cuadrangular con bóvedas de aristas asentadas en cuatro columnas, capiteles decorados con motivos geométricos y vegetales y doce repisas adosadas a las paredes), está cargada de simbolismo: las repisas representan las doce tribus de Israel; las columnas señalan las cuatro matriarcas de Israel – Sara, mujer de Abraham; su sobrina Rebeca, esposa de Isaac; Lea y Raquel, hermanas, hijas de Labán; los capiteles indican los parentescos de las matriarcas – dos iguales para las hermanas y los restantes, diferentes, para la tía y sobrina.
En cada esquina superior existen dos orificios, que corresponden a las bocas de las vasijas de barro colocadas dentro de las paredes, invertidas, para mejorar la acústica del templo. Una de ellas está parcialmente visible, para una mejor comprensión.
Además de la función para la que fue edificada, sirvió también como escuela, asamblea y tribunal de la comunidad judía tomarense. Fue cerrada en 1496, por ocasión del edicto manuelino de expulsión de los judíos, tras lo cual se convirtió en prisión; en el s. XVII es mencionada como ermita de S. Bartolomeu; en el s. XIX fue pajar, granero, almacén de comestibles, bodega y depósito. En 1921, a raíz de una visita (1920) de miembros de la Asociación de Arqueólogos Portugueses, obtuvo la clasificación de monumento nacional.
En 1923, Samuel Schwarz, un judío polaco ingeniero de minas llegado a Portugal seis años antes, adquirió la sinagoga de Tomar, recuperándola del estado de abandono en el que se sumía, y la donó al Estado portugués (1939) para que se instalase en ella un museo: el Museo Luso-Hebraico de Abraão Zacuto.
El acervo del museo está formado por lápidas funerarias procedentes de varios lugares de Portugal. Las excavaciones en la sala anexa dieron a conocer monedas del tiempo del reinado de D. Afonso V (1448–1481) – confirmando así la fecha probable de construcción de la sinagoga –, cerámica de uso doméstico y el sistema de calefacción de agua para el baño ritual de purificación: Mikvah.
También podemos encontrar objetos relacionados con la cultura judía, alhajas religiosas, recuerdos de visitantes y un fondo documental.
El patrón del museo, Abraão Ben Samuel Zacuto (1450-1515), natural de Salamanca, fue astrónomo, matemático, médico y rabino. Su origen judío lo obligó a refugiarse en Portugal, precioso instrumento para el emprendimiento de los descubrimientos. También D. Manuel lo mantuvo al servicio de Portugal hasta la expulsión de los judíos (1496). Dos veces condenado al ostracismo, falleció en Turquía, tras haber pasado por Túnez, donde escribió una Historia del pueblo judío.
Ciudad de Tomar
Tomar es una ciudad con gran encanto, tanto por su riqueza artística como cultural. Su máximo exponente se encuentra en el Convento de Cristo, una de las obras renacentistas más importantes de Portugal.
La histórica y céntrica ciudad de Tomar se extiende en los márgenes del río Nabão, a los pies de una frondosa colina coronada por el suntuoso Castillo de Tomar, erigido en el siglo XII por la orden de los Templarios. En el interior de dicho castillo se encuentra el Convento de Cristo, una auténtica joya arquitectónica que mezcla los estilos gótico, manuelino, y renacentista, que a su vez conforma un extravagante testimonio de la historia portuguesa, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este conjunto figura, junto con el Monasterio dos Jerónimos de Lisboa y el de Batalha, entre los monumentos manuelinos más importantes de Portugal.
Tomar es el sitio más importante de la historia templaria del mundo, ya que aquí se encuentran un castillo y una iglesia majestosa, prácticamente intactos. La Orden del Templo existió de 1118 a 1307, cuando el Papa ha ordenado su supresión y la confiscación de sus bienes. En Portugal reinaba D. Dinis que obedeció al comando de extinción Papal, pero ha reclamado sus bienes para el Estado y ha fundado la Orden de Cristo. Fue la forma de los Templarios continuaren en Portugal. Cien años después, en 1415, con la Conquista de Ceuta, el Infante D. Henrique se ha tornado Gran-Maestro de la Orden de Cristo y que ha vivido durante más de una década en Tomar. Fue aquí que ha delineado las Descubiertas Portuguesas.
Se encuentran en Tomar, además del Convento de Cristo,, otros testigos de la influencia de los Templarios, como por ejemplo la Mata dos Sete Montes, donde, según la tradición, ocurrían los rituales iniciáticos, y la Iglesia de Santa María do Olival – la antigua Sellium romana, atribuida por D. Afonso Henriques al maestro Gualdim Pais, en su regreso de las Cruzadas.
La baja de la ciudad de Tomar, diseñada en el tiempo de D. Henrique, fue replicada en Angra do Heroísmo y Lisboa. El centro de la zona baja de la ciudad es la preciosa plaza con la estatua de Gualdim Pais entre el edificio del ayuntamiento y la Iglesia de S. João Batista (que se dice que era el santo patrono de los Cabaleros de Salomón).
En la calle Joaquim Jacinto, la antigua calle Rua Nova, paralela à la calle Corredoura, se descubre la judería de mediados del siglo 14, la más antigua de Portugal, hoy convertida en museo de forma ejemplar.
Fuente AJN