El primer congreso internacional sefardí que se realizó en Zamora en 2013 propuso tres objetivos principales: uno de plazo inmediato – la creación de una ruta, que se logró en el 2014, otro de mediano plazo -el homenaje a los 23 luchadores antifascistas zamoranos deportados a los campos nazis de Gusen y Mauthausen, que se inauguró en el 2020- , y un tercer objetivo a largo plazo: la creación de un Museo Judío. De ellos sólo queda el último por cumplirse.
El propósito de los tres objetivos fue poner en valor el legado judío de la ciudad de cara a los residentes y visitantes, pero también incorporarlo a la memoria de la ciudad, profundizando en su historia y diversidad cultural. No estábamos inventando ninguna rueda, muchos pueblos y ciudades españolas ya había hecho lo mismo de Córdoba a Toledo y de Barcelona a Segovia. Zamora, sin embargo, se ha quedado rezagada en esa dirección.
Desde el 2013 – fecha de nuestro llamado hasta hoy- otras localidades cercanas a Zamora, tanto en España como en Portugal, han establecido espacios dedicados al legado judío de su territorio, algunos ejemplos serían el Centro de Interpretación de las Tres Culturas, en León, el Museo Judaico de Carçao, el Centro de interpretación de la cultura judaica Isaac Cardoso, en Trancoso, el Centro de Interpretación de la Cultura Sefardita del Noreste, en Braganza.
Sin embargo, hasta este momento, la iniciativa del Museo Judío en Zamora no ha tenido ningún respaldo institucional. Por más de 10 años, cada verano, los participantes en nuestros congresos, tanto de aquí como de otras partes del mundo, hacen la misma pregunta: ¿para cuándo el Museo? Sin que podamos dar una respuesta ni siquiera aproximada.
¿Por qué necesitamos un Museo Judío en Zamora?
Primero porque se precisa de un espacio para contar la historia de los judíos zamoranos de la edad media, pero también de los cripto judíos después de 1492, y de los descendientes de ambos grupos esparcidos por el mundo.
Segundo porque la comunidad judía de Zamora no fue una más, sino que albergó la última gran escuela judía en Sefarad, cuyas enseñanzas sostuvieron a la primera generación de la diáspora sefardí, desde Oporto hasta Safed, pasando por Fez, el Cairo y Estambul, y luego México, Ámsterdam y Recife.
Tercero, en tanto institución de la capital, el Museo puede y debe dar a conocer también el legado judío de los pueblos y ciudades de la provincia, veinte una juderías y aljamas documentadas, entre ellas Alcañices, Benavente, Fermoselle, Fuentesaúco, Villalpando y Toro.
Cuarto, a través de este espacio, se puede educar más y mejor sobre el antisemitismo, tan en auge en España, Europa y el mundo y que tanto daño hace a la convivencia democrática en todas partes.
Si no se quiere usar el modelo de Museo al no poseer, hasta ahora, artefactos arqueológicos disponibles, podría usarse otra forma de actividad o terminología como Centro de Interpretación, Centro Didáctico, Centro Cultural u otra que encaje dentro de los objetivos expresados. Es hora de que el legado judío de Zamora cuente con un lugar de referencia fijo. En el Centro Campantón estamos listo para ayudar y cooperar para que se logre.
Por Jesús Jambrina
Fuente: El Dïa de Zamora | Jueves, 28 de Diciembre de 2023