La reciente aparición de un magnífico trabajo de Javier Fornell Fernández, me trajo a la memoria el nombre de un aventurero participante en la historia de Canarias. Javier Fornell da a su obra el titulo “Llamadme Cabrón”.
Lo que en principio parece insultante como expresión no es más que la constatación del segundo apellido de este personaje: Pedro Fernández Cabrón. Individuo al que se reconoce en sus orígenes como genovés pero que desarrolla su vida marinera en Cádiz.
Investigado en los archivos de Simancas, existe un legajo con fecha 24 de Agosto de 1.478 que dice: Perdón a favor de Pedro Fernández Cabrón, vecino de Cádiz, por sus actividades de corsario en las costas del reino de Aragón y por su intervención en las disensiones entre el Duque de Medina Sidonia y el Marques de Cádiz. Este perdón aunque iniciado con las palabras” Don Fernando por la gracia de Dios”, no puede ser un perdón real, al menos en su nombre, ya que Fernando solo será rey de Aragón a partir de 1.479 hasta 1.516.
Y es en esa fecha de 1.479 cuando inicia su presencia en la historia de Canarias, ese siniestro personaje falto de escrúpulos. La figura incuestionable del historiador Abreu Galindo, lo cita en el capitulo XIV de su obra “La conquista de las siete islas de Canaria con el epígrafe “… y de la venida del obispo Juan de Frías y entrada de Pedro Fernández Cabrón en Tirajana. La llegada a Gran Canaria se produce en 12 de Agosto de 1.479 y su ridícula derrota ante los aborígenes canarios en 24 de Agosto de 1.479 La historia hace con ello justicia al perdón real, ya que la pedrada que deformo su boca y sus dientes la recibió justo un año después de este “magnánimo “perdón.
Lo cita igualmente Gómez Escudero en su obra Historia de la conquista de La Gran Canaria, aunque consideramos que equivoca la fecha de su venida ,al situarla en 1.475.Marin y Cubas en 1.678 hace una referencia a su persona en su obra, Conquista de las siete islas de Canaria, utilizando el mismo título de Abreu Galindo, y manifiesta, equivocando el apellido Cabrón por Cimbrón “ .. y se nombro por capitán y almirante de cuatro navíos con gente de guerra a Pedro Hernández Cimbrón”. Un error que en nada desluce al personaje ya más que estudiado.
En un intento de dar alguna referencia a sus trabajos para los Reyes Católicos no hemos encontrado con una obra sobre marinos españoles del siglo XV, publicada por la editorial Garriga en 1.957 y en la que se le cita como marino en ayuda a la ciudad de Nápoles acompañando al Almirante de Castilla Francisco Enríquez.

Su obra más “gloriosa” y a la que queremos dar una importancia relevante, es su partida desde el puerto de Cádiz al mando de una flota de 25 navíos, con un presunto destino hacia África, probablemente Orán. Iban, en esos barcos de horror, un número elevado de SÚBDITOS de los Reyes Católicos, de raza y religión judía. Insistimos en lo de súbditos, porque aun seguimos sin comprender, en un siglo de memorias históricas y reparaciones, en muchos casos absurdas, el que aun no se haya hecho jamás un autentico “de profundis” sobre el comportamiento de la nación cristiana por excelencia.
¿Alguien recuerda hoy a los judíos arrojados al mar desde los barcos de Pedro Fernández Cabrón, cuando para mas horror sus esposas, y despojados de sus pocos bienes?
Con vergüenza lo digo, no todos los apellidos son timbres de gloria, algunos simplemente reflejan la vileza de sus portadores.
Levántate, oh D’S, juzga la tierra,
porque todas las naciones te pertenecen
Juan Manuel Valladares