No se dice Adiós a un amigo. Por David Bergel para su amigo Stanley Bendelac

Desde nuestra más tierna niñez en aquel irrepetible Tánger Internacional de los años cuarenta, fuimos tres amigos inseparables; Alan Benasuli Z.L. que nos dejó a la temprana edad de 65 años un 10 de julio de 2004, Stanley Bendelac Z.L. ( Para mí siempre fue Sonny que era como le llamaba su padre) el viernes 24 de julio de 2015 y yo. De hecho, más que amigos éramos como hermanos.

Hicimos nuestros estudios primarios y secundarios, siempre juntos en las mismas clases, en el Liceo Francés de Tánger. Allí aprendimos a amar la libertad en su sentido más amplio, a razonar leyendo a Descartes, Rousseau, Voltaire, y otros;  a escuchar y respetar al prójimo, principios que luego aplicamos a lo largo de nuestras vidas y que tanto nos ayudaron en el plano personal cómo en el profesional. En marzo del 54 aunque en días distintos celebramos nuestras Bar Miztvah (o cómo decíamos en Tánger, nuestros «tefelines»). Desde el punto de vista religioso, éramos considerados responsables de nuestros actos y mucho nos cuidamos de respetar esta nueva situación. Nos habíamos transformado en judíos sefardíes respetables.

En el año 1959 viajamos a Paris para emprender nuestros estudios universitarios. Estudiamos Administración de Empresas en la renombrada escuela de «Hautes Études Commerciales»  (H.E.C) que compaginamos con los de Derecho en la Sorbona. Sonny consiguió la licenciatura, yo no porque dejé 2 asignaturas pendientes para viajar a Estados Unidos en 1962 para estudiar en la  «Business School» de Stanford, obtuve mi MBA en 1964. Sonny permaneció en Paris haciendo prácticas en la industria del automóvil y en otras empresas. A pesar de la larga distancia que nos separaba nos escribíamos con cierta frecuencia y nos veíamos en Madrid donde regresábamos para pasar las vacaciones de Navidad y ver a nuestros padres o a Tánger las de verano dónde disfrutábamos con los amigos y con los antiguos compañeros del Liceo.

¡Qué veranos aquellos!

Durante nuestra estancia en Paris nos veíamos todos los días, pasábamos muchos fines de semana juntos. Es muy difícil describir nuestra vida durante estos 23 años, para ello tendría que escribir un libro. Basta decir que fueron muy felices.

Yo empecé mis aventuras en el mundo de la empresa familiar en 1964 tras el inesperado y repentino fallecimiento de mi padre. En 1966 Sonny Z.L. crea en Madrid una agencia de publicidad directa: Goodman International. Recuerdo que por aquel entonces registró un aparato distribuidor de caramelos que él mismo había diseñado y del que estaba sumamente orgulloso.

Cansado de esa primera experiencia decide que es el momento de entrar en el gran  mundo de la publicidad. Nosotros habíamos acordado que no emprenderíamos nunca negocio alguno juntos por miedo a que aquello pudiese dañar nuestra amistad; pero estaba tan entusiasmado y seguro del éxito de la agencia de publicidad que iba a constituir, que un buen día de aquél año 1970 apareció de repente en casa y me dijo que a pesar del compromiso contraído, me brindaba la posibilidad de participar en el capital de su nueva agencia. Yo me negué y él a regañadientes lo aceptó. Años más tarde cuando DELVICO se encontraba en pleno éxito me ofreció entrar en el Consejo de Administración y esta vez acepté, obviamente sin ningún tipo de remuneración. Cómo yo era un empedernido fumador de cigarros puros, él decidió obsequiarme con un extraordinario estuche humidificador de la firma DAVIDOFF; hoy lo tiene mi hijo Jaime.

Sonny Z,L. fue un maestro, un innovador, un revolucionario del mundo de la Publicidad hasta entonces enquistado  en el pasado en España. En la misma época le acompaño en Barcelona en aquella tarea otro brillante judío sefardí: Luis Bassat. Y ya en el curso de los  años su experiencia se extendió a nivel internacional y se dedicó de reorganizar o presidir agencias en varios países, desde Sudáfrica  hasta los países del norte de Europa pasando por Latinoamérica. No descansaba un momento. A veces le preguntaba si no estaba agotado y me contestaba que disfrutaba tanto con su trabajo que al contrario, cada viaje era cómo un elixir que le mantenía en forma con la sola ayuda de la melatonina para evitar el «jet lag» y volver a empezar.

Cómo decía Mahatma Gandhi, para Sonny Z.L., la distracción más bella era el trabajo y su primera necesidad comunicarse y lo que le hacía más feliz, ser útil a los demás

Él siempre insistía que en el mundo de la empresa hay que estar rodeado de buena gente con ideas inteligentes. Y aquello lo cumplió a rajatabla. Qué mejor ejemplo que él mismo que fue un hombre de ideas geniales que pasarán a la historia cómo «Libertad sin Ira», «Gente Encantadora» y tantas y tantas más. A su lado excelentes profesionales de enorme valía como nuestro amigo común y su compañero de trabajo y de éxitos: Mena Benatar.

No voy a entrar en el detalle de lo que fue su vida empresarial ya que ello lo han tratado con gran cariño y profesionalidad en los principales diarios de nuestro país.

Me voy a ceñir al último proyecto que patrocinamos juntos en 2012 y que realizó Solly Levy, nuestro amigo y compañero de Liceo y gran experto en el tema. Durante años una de mis grandes inquietudes fue que la Haketía, lenguaje vernacular judeo-español de nuestros antepasados sefardíes expulsados de nuestra siempre añorada Sefarad no pasara al olvido de los tiempos. Una vez diseñadas las líneas  generales del proyecto lo comenté con Sonny Z.L. Su participación era esencial, sin su maestría hubiese sido imposible llevarlo a cabo. Teníamos que decidir el vehículo para sustentar la idea, había que encontrar un nombre y localizar al equipo técnico que lo pudiese llevar a cabo. Nadie mejor que Sonny Z.L. para ello. A él, cómo no, le corresponde el mérito de dar con la idea genial para el título del conjunto de un libreto y cinco CD. «La Vida en Haketía. Para que no se pierda». La presentación tuvo lugar Madrid en 2012 con la asistencia del entonces Subsecretario de Estado de AAEE. Rafael de Mendivil. Luego en otras ciudades cómo Málaga, ,Barcelona etc.; en Marruecos en Tánger y Tetuán; luego en Canadá, Brasil, Venezuela etc.

Sonny era fundamentalmente un hombre bueno, inteligente, impaciente, expresivo, con gran sentido del humor, siempre optimista y rebosante de simpatía y más que nada amigo de sus amigos.

Le gustaba escribir y lo hizo cuando se liberó de sus responsabilidades profesionales Escribió dos libros, ambos fiel reflejo de su personalidad.

El primero en 2006 se titula: «Nunca tires la toalla», él odiaba claudicar ante la adversidad. El segundo se titula «Lo importante no es como te caes sino cómo te levantas», otra de sus obsesiones. En abril de este año estaba preparando su tercer libro que iba a escribir junto con el  doctor Varela, el cirujano que le operó. Estaba inquieto, quería empezar cuanto antes y le daba mil y una vueltas a su cabeza para decidir cuál iba a ser el título…

El 24 de junio  acudimos a la comida mensual  del «Cotta Club» («Cotta», el nombre de unas importantes ruinas romanas en Tánger) de nuestra peña de  siete buenos antiguos amigos  tangerinos ( 1 holandés: Sonny Z.L., 4 españoles, 1 francés, 1 británico, todos hablando español….como era típico en el Tánger Internacional). Sonny Z. L. estuvo alegre y participó intensamente en el inevitable coloquio. Nuestra próxima comida será muy triste por su ausencia; pero como él hubiera deseado le recordaremos con alegría «sin tirar la toalla»

Se lo llevó un agresivo cáncer de pulmón que le detectaron de casualidad. A consecuencia de una caída tenía un dolor en el pecho, le hicieron una radiografía y los médicos se encontraron con lo inesperado. Le operaron el 10 de febrero último en el Hospital Universitario Quirón de Pozuelo, hace poco más de cinco meses. Salió con enorme ánimo de la operación, nos vimos en varias ocasiones; reemprendió su vida habitual. Acudía al gimnasio con su entrenador personal. Pensaba, o hacia creer a sus íntimos, con su habitual optimismo, que su enfermedad iba por buen camino. casi todos sus amigos también lo creían. Yo sabía que no era así, y cuanto pude sufrir dentro de la soledad  del secreto que guardaba.

Seguí muy de cerca la evolución de su enfermedad. Él era tan responsable y meticuloso, que ya muy grave, el jueves 16 de julio me envió un email desde su cama de hospital para interesarse si yo iba a asistir a una Junta General de Propietarios de Sotogrande que va a tener lugar este próximo jueves 6 de agosto para, en su caso, enviarme su delegación para representarle. Le contesté que lo más importante era que me comentara como se encontraba  y que tenía deseos de hablar con él y que me llamase si se encontraba con ganas. No tardó ni un minuto en llamarme, su voz era débil. Le indiqué que deseaba pasar a verle y me contestó que no lo hiciera porque quería que yo conservase  el mejor recuerdo suyo posible, Era plenamente consciente de que le quedaban pocos días de vida. Fue la última vez que hablamos. Colgué y lloré. Fue muy valiente. Falleció el viernes 24 de julio a las 23.43 horas. Le enterramos en el cementerio judío de Hoyo de Manzanares el domingo 26.

Su muerte, junto con la de Alan, me hace sentir un tremendo vacío. Mi pena es infinita. Hoy me siento algo más huérfano. Tan solo me consuela la posibilidad de volver a encontrarnos los tres algún día, en algún momento………

Para él su mejor creación fueron sus hijos Ruth, Leticia y Alex. A ellos, a toda su familia, de nuevo mi más sentido pésame

David Bergel

…y no dejo de recibir desde todos los rincones de la Tierra, mensajes de pésame y de dolor de decenas y decenas de amigos comunes.

Entre todos me llega (en francés) el de nuestro común amigo y compañero de Universidad y que reza:

«Mon cher David,

Même si on si attendait, la nouvelle est brutale et choquante.

C’était ton ami d’enfance, il a été notre ami intime d’université et d’une vie entière.

Son sens de l’humour son intelligence, sa conception de l’amitié à travers le temps resteront dans nos mémoires, à l’image de sa personnalité tellement attachante.
Dire qu’on regrettera Sony Bendelac Z.L. est peu dire.

Sony Z.L. restera présent à nos côtés à vie.
Longue vie à toi et aux tiens.

Amitiés sincères

Marc Sibony»