Narra su historia en judeo-español

Myriam Moscona presenta un libro que va al encuentro de un castellano antiguo conservado por los sefarditas

MONTERREY.- La peculiaridad del judeo-español, de esa forma de hablar que todavía se conserva en algunos lugares de Latinoamérica, se hace presente en el nuevo libro «Tela de Sevoya», de Myriam Moscona.

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Los escritores Myriam Moscona y Antonio Ramos durante la presentación del libro “Tela de Sevoya”.

Dicho libro fue presentado recientemente durante las jornadas literarias «Los Límites del Lenguaje 2013», organizadas por CONARTE, con el apoyo de CONACULTA, Tierra Adentro y la UANL.

La poeta, traductora y ensayista dijo que se trata de una novela que va a la búsqueda de los orígenes de su familia sefardí en Bulgaria, pero también en pos de un castellano ladino, ese que se llevaron los judíos de España al ser expulsados en el siglo XV.

«Aunque aparenta desaparecer, el ladino o judeo-español te permite entrar a una especie de máquina del tiempo para escuchar tu propia lengua en una especie de infancia», manifestó Moscona.

Se trata de una forma un tanto arcaica del español actual que se conservó en algunos lugares de Europa, Asia y América a donde llegaron familias de origen judío.

Al ser comunidades algo aisladas conservaron muchas palabras y formas que hasta hoy se escuchan.

Moscona, quien es «Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2012» por esta novela, dijo que ella proviene de una familia sefardí que se estableció en México.

«Con las típicas historias de la época de la posguerra y mis abuelos, que eran de Bulgaria, me hablaban en ese español arcaico, que es el que se llevaron los judíos de España tras el decreto de expulsión a finales del siglo XV», recordó.

Ella comentó que giros como «ansina» y «mesmo», que se escuchan todavía en las comunidades rurales de América Latina pueden tomarse como errores propios de personas con poca escolaridad, pero no son más que palabras correctas de formas de expresión muy viejas.

Moscona afirmó que es el castellano que también trajeron los primeros colonizadores españoles a América y que de alguna manera se conservó en algunas regiones, entre ellas el norte de México.

«En el norte aún subsiste y es increíble. Mi abuela me decía ‘güerca’, que es una expresión que acá se usa muchísimo», agregó.

Explicó que hay un arco de tiempo que une a estas dos lenguas, el español contemporáneo y el judeo-español, que sí es español arcaico y no está congelado, pues es una lengua que está viva aún.

La novela «Tela de Sevoya», narra el viaje que hizo la escritora de México a Bulgaria en busca de sus orígenes, en una travesía poblada de recuerdos, nostalgia, anécdotas, sueños y poesía.

Antonio Ramos, joven escritor que la acompañó durante la presentación, dijo que se trata de una novela que contiene muchas novelas a la vez.

Señaló que esta novela de Moscona es la historia de un desarraigo, «o de un arraigo más profundo», pero no público, es decir, el del lenguaje «judezmo» o judeo-español.

«Myriam escribe esta novela en español, pero también en judezmo. Nos habla sobre la historia de este idioma, sus momentos críticos, los reductos donde se ha escondido.

Un idioma para las complicidades, un idioma hacia adentro; particular fuego en la lengua», concluyó.

Por: Luis Barrera López (Corresponsal El Mañana)

Fuente: elmanana.com.mx

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One comment

  1. Es un plazer siempre meldar sovre la reushita de muestra amiga, miembra de muestro puevlo sefaradi.
    Te felisito, kerida Myriam.
    Rachel

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