Un casual encuentro en la calle, con un matrimonio de personas mayores que me preguntaron por un lugar que querían visitar, me permitió conocer una historia de la que tenía referencia por otras vías, pero no tan directa. La pareja de ancianos procedía de Venezuela, donde llevaban toda la vida, y sus amigos gallegos de allí les habían hablado de Vigo y Tui. Ambos eran descendientes de sefardíes que vivieran en las aljamas de Tui, donde hubo en tiempos una de las más importantes comunidades hebreas de Galicia, junto a Monforte de Lemos y Ribadavia. Las familias de este matrimonio que cito procedían de Tánger, en Marruecos, originariamente, donde sus antepasados se establecieran cuando fueron expulsados por los Reyes Católicos.
Desde hace tiempo, especialmente incrementado desde que los sefardíes pueden recuperar la nacionalidad de origen de sus mayores, son cada vez más frecuentes las visitas a Galicia y a sus lugares de origen de personas que desean conocer el solar de sus antepasados y que aquí tiene varios importantes referentes. En esa visita, las ciudades de Vigo y A Coruña forman parte del itinerario de obligada visita, lo que conecta nuestra ciudad con la de Tui, donde como digo, hubo en tiempos una importante comunidad de este origen. Esta historia originariamente tiene su comienzo, ya que, entre las personalidades del mundo del protocolo internacional que tuve la suerte de conocer en congresos de la Organización Internacional de Ceremonial y de la Academia Internacional, de la que soy vicepresidente, en la que están representadas 34 naciones de Europa, América y África, destaca la señora Miri Yachin, jefe de protocolo del Parlamento de Israel, el Knesset, quien ostenta además le rango de brigadier general. Como es un país movilizable todo el mundo allí tiene rango militar, como en este caso. Cada vez que coincidimos, conversamos mucho sobre historia. La señora Yachin es de origen asquenazí, los judíos que se asentaron en la Europa Central y Oriental y que desarrollaron costumbres y leyes particulares, que los diferencian de otros grupos del pueblo judío, como los sefardíes, que conservaron su idioma ladino.
Recuerdo con emoción que me contó que sabía de familias que conservaban el amor a España y que guardaban las llaves de las casas de que fueron expulsadas por los Reyes Católicos. Para saber más de este asunto recomiendo la lectura de la “Guía judía de España” y, sobre todo, “Diario de un viaje”, de Nani Arenas, o “Ruta por las juderías de España, Camino de Sefarad. Tui”, que incluye un recorrido por las juderías de Galicia, excelentes todos. Yo pensaba que aquí la concentración de hebreos de origen se localizaba sobre todo en el todavía hoy llamado Barrio Judío de Ribadavia, pero la señora Miri Yachin me ilustró al respecto. Con respecto a sus funciones, me contó que ella organiza los eventos y ceremonias regulares de la Knesset, el Día de Recordación del Holocausto, el memorial de los jefes de Estado fallecidos, el memorial de las víctimas israelíes de la guerra y las víctimas del terrorismo, el Día de la Independencia, las fechas internacionales de conmemoración y las inauguraciones de la Knesset. Varias veces la he invitado a visitarnos, especialmente a los cursos de Comunicación institucional y Protocolo, que durante 18 años he dirigido en la Universidad de Vigo. Mi amiga me explicó que era muy fuerte el sentimiento de amor a España de los sefardíes.
Los estudiosos de la presencia de los judíos en Galicia estiman que en Tui existió en una comunidad estable durante el siglo XIII y sucesivos. El desastre de la conservación de los archivos municipales ha borrado rastro de documentos que aparecen en otros lugares. A partir del siglo XV se hallan indicios para su estudio los propios archivos episcopales. Pero hay datos curiosos. En un documento de 1420 se conoce el nombramiento como recaudador de ciertos impuestos a Diego Fernández de León y se advierte de ello, entre otros, a “las aljamas de los judíos et moros de las dichas çibdades de Santiago et Tuy”. Algún investigador ha buscado la posibilidad de que hubiera habido hebreos en Cangas. Sobre los oficios desempeñados por los judíos establecidos en Tui, en las mismas fuentes aparecen otros datos relevantes, como que a comienzos del siglo XV se encarga a los plateros “Abraan y Jaqó”, que elaborasen para la catedral primero un cáliz y luego una cruz de plata.
Es más, a lo largo del tiempo, los propios hebreos tuvieron otros tratos mercantiles con el obispado, en forma de préstamos de hasta 6.000 maravedíes que la mitra tudense precisaba. También se han ubicado las zonas de los asentamientos judíos y de su propio cementerio en un monte al lado del camino real de Tui a Baiona. No aparece rastro del lugar, pero sus descendientes saben que sus huesos siguen allí. En algunas ciudades de Galicia, como Ribadavia se han conservado en una conocida tahona la elaboración de pastas sefardíes, cosa de la que no se tiene noticia en Tui. También se atribuye a los sefardíes la costumbre del “tapeo” o ir comiendo pequeñas porciones de comida a lo largo de la mañana, tan vigente entre nosotros.
Por: Fernando Ramos
Fuente: Atlántico | 17.9.2023