Durante un importante período de la Edad Media en nuestra ciudad (NdR: Pontevedra) existió una judería localizada entre lo que hoy es el Parador de Turismo y la basílica de Santa María.Formaba parte de esa judería el amplio espacio que se denominaba en el siglo XV como «Campa dos Xudeos», o lo que es lo mismo, su cementerio. Este se encontraba situado en la explanada de la Avda. de Santa María, a la sombra de las Torres Arzobispales y en el denominado «Eirado das Torres».
Este cementerio medieval judío existente en la villa funcionaría como tal hasta que se produjo la expulsión de los judíos, decretada en 1492 por los Reyes Católicos.
Con el término «campa», se identificaba, tanto en gallego como en portugués, a una piedra o losa que cubría una sepultura. Por lo tanto, la referencia a las «campas de los judíos» no puede ser otra cosa que una referencia a su cementerio.
La congregación judía en Pontevedra se supone que fue de cierta importancia, pues llegó a poseer escuelas, sinagogas y contaban con sus propios tribunales de justicia. Dada la importancia de la villa en el siglo XV, con importante desarrollo comercial, hace pensar en que eso sería así. Además, Don Casto Sampedro señaló la existencia de una «picota dos xudeos», emplazada al final de la rúa do Peso da Fariña, próxima al entronque con la calle Enfesta de San Telmo, y empleada para exponer a la vergüenza pública a los reos de esa comunidad.
Para ello Sampedro se basa en fuentes documentales más precisas, en concreto el libro de Actas Municipales de 1573 (Museo de Pontevedra. A. General, 9-12, f. 79), donde se recoge un foro: «…de un pedazo de suelo, que está en donde dizen las campanas dos judeos, junto a la fortaleza desta villa».
El poder asegurar que en nuestra ciudad existió un cementerio judío implica decir que existía una comunidad de una cierta entidad, ya que para los hebreos, en su concepción religiosa, el cementerio primaba por encima incluso de una sinagoga.
Los vestigios de la cultura judía encontrados en nuestra ciudad son más bien escasos, por no decir prácticamente inexistentes. Hay constancia de la aparición de varios nombres hebreos que conformaban una comunidad judía conocida como «aljama», y diferentes topónimos así descritos como Lampán dos Xudeos o Campa dos Xudeos, aparecen referenciados en una escritura de venta del Concejo del año 1537: «Que está syto çerqua das campas dos judeos».
A comienzos del 2000, al realizar unas obras de rehabilitación de una vivienda en la rúa Dona Tareixa, con fachada al Paseo de Santa María, al levantar el suelo de la casa se encontró una lápida entera con caracteres hebraicos y otra partida por la mitad. Las dos piezas tienen forma ligeramente triangular y fueron cortadas en la parte superior para ser aprovechadas como material de construcción.
Este hallazgo parecía la confirmación definitiva del asentamiento de una importante comunidad judía en la villa. Cabía la posibilidad de llegar a la localización física del propio cementerio hebreo que, de confirmar esta hipótesis, las lápidas medievales procederían de ahí, y su ubicación podría ser efectivamente en la explanada frente a la fortaleza arzobispal, pero por desgracia no se encontraron más lápidas.
Aún así, en octubre de 1998, el Concello de Pontevedra decidió colocar una lápida de piedra en el lugar que fue considerado como ubicación del cementerio judío. Años más tarde fue retirada y hoy se encuentra en los locales del Archivo Municipal.
Tendríamos de considerar entonces que aquí no se cumplió el precepto, como se prescribe en el Talmud, que el cementerio debería ubicarse extramuros, incluso a una distancia considerable del núcleo habitado.
Aunque hay historiadores e investigadores que mantienen que en Galicia se cumplieron los preceptos del Talmud en relación a los cementerios judíos, debemos decir que otros historiadores no comparten esa afirmación y son partidarios de lo aquí expuesto, que la denominación de Campa o Lampan dos Xudeos hacía referencia a la ubicación de ese cementerio judío.
Podría entenderse que como la explanada próxima a las Torres Arzobispales era obligado que fuese un lugar libre de todo tipo de edificación, por claros motivos estratégicos, los judíos podían considerar ese lugar como apartado del núcleo poblacional, ya que no se podía edificar, aunque se encontrase intramuros, por eso ubicaron ahí su necrópolis.
Por consiguiente parece ser que esa sería su ubicación, aunque, hasta el momento no se han encontrado más restos arqueológicos. Como dato curioso mencionar que cuando el célebre violinista Manuel Quiroga vino por primera vez a Pontevedra, después de haberse casado con Martha Lehmann, pianista de origen judío, esta se acercó al «Lampan dos Xudeos» y allí, cerca de donde se encontraba la fuente de piedra, se arrodilló y besó el suelo como símbolo de respeto. Dejó constancia de que a comienzos del siglo XX la «aljama» de Pontevedra era todavía, entonces, una de las que habían conservado mejor su pureza en toda Europa.
Por José Benito García Iglesias
Fuente: Pontevedra Viva. Venres 7 de Abril, 2017
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Dr Bernardo Hersalis