En la cocina del departamento de Maure, mi madre, a veces con mi tía, hacía una especie de masitas que yo adoraba “masaicas de vino”, se hacían con vino dulce, tipo Marsala y despedían un aroma especial, hacían grandes cantidades y las ponían en frascos y se los repartían. En ese momento yo debería tener 8 o 9 años.
Pasaron los años y nos mudamos, junto con todos los judíos, de Colegiales a Belgrano, fue progresivamente, a medida que podían. Teníamos un departamento en Ciudad de la Paz 2572 y en esa época mis padres se cuidaban más en las comidas, pero mi madre seguía haciendo las cosas ricas para Shabat, que era cuando íbamos todos
Un día le pregunté qué había pasado que no hacía más las masaicas desde que nos habíamos ido de Maure.
Una semana después, un día que voy a verla, me dice: “Reggie, mira lo que te hice”, viene con una bandejita con las masaicas. ¡De nuevo ese aroma! y cuando tomé una y empecé a morderla, vinieron a mi memoria todos los recuerdos de mi infancia, de la cocina de Maure, de mi tía, de ese sabor tan especial.
Como yo había estudiado literatura francesa y había leído a Marcel Proust que había dicho en uno de sus libros famosos que de grande al comer una magdalena y mojarla en el té, acudieron los recuerdos de su infancia y se conoce ese fenómeno como la “madelaine de Proust”, yo le dije a mi mamá toda contenta por haber vivido la misma experiencia a partir de un olor y del gusto: ¡Mamá esto es como la madelaine de Proust.! Y mi mamá me contestó:
“Ay, Reggie, no me compliques la vida y decime si está rico”
Nunca voy a poder olvidarlo y sobretodo esa sensación de sentirme identificada a un autor tan famoso o sobretodo el haber entendido en forma tan clara lo que él había querido decir.
Entendí lo que pueden despertar los sabores y los olores…
Ahora, muchos años después, me pregunto si quizás este episodio no podría llamarse “La masaica de Reggie”

La verdad Regina que he leído tus dos artículos con mucho placer, porque soy amante de la cocina sefardita, y judía en general….me gustan las anécdotas familiares que cuentas, pero me gustaría que nos dieras esas recetas que parecen tan sabrosas….sobre todo esta de las masaicas de vino….
Saludos y sigue deleitándonos por favor
Raquel Moryoussef de Fhima