Móstoles, 26 ene (EFE).- El Museo de la Ciudad de Móstoles ha celebrado este domingo un encuentro-conferencia con Angela Sanz Briz, hija del diplomático español Angel Sanz Briz (1910-1980), conocido como el ‘Angel de Budapest’, quien salvó durante el Holocausto a unos 5.500 judíos víctimas del nazismo en Budapest (Hungría).
Sanz Briz fue uno de los diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana nazi o de los gobiernos colaboracionistas que denunciaron la persecución racial y sus terribles consecuencias e intercedieron por las víctimas.
Este diplomático español logró en 1944 el permiso de las autoridades húngaras para proteger a unos 200 judíos húngaros de origen sefardí (español), una diminuta minoría entre los más de 800.000 judíos que vivían en ese momento en el país húngaro.
A continuación, fue multiplicando y falsificando los permisos con una simple treta: que el número del documento nunca excediera esa cifra máxima y así logró salvar a unos 5.500 judíos húngaros que, de lo contrario, hubiesen sido deportados y asesinados por los nazis «con toda seguridad».
Además, aparte de emitir pasaportes y cartas de protección, el ‘Angel de Budapest’ alquiló varios edificios en el centro de la capital húngara como si fueran anexos de la embajada de España, para ofrecer así protección diplomática a los judíos oficialmente sefardíes.
Ángel Sanz Briz recibió en 1968 en Israel el título de «Justo entre las Naciones», que la Yad Vashem, autoridad para la Memoria de los Mártires y los Héroes del Holocausto, concede a aquellas personas que ayudaron a salvar a judíos, aunque la dictadura de Franco no le autorizó viajar a Israel a la entrega.
Además de la conferencia de este domingo, el Centro Sefarad Israel expone hasta el próximo 9 de febrero en el Museo de la Ciudad de Móstoles la exposición ‘Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto’, una muestra que pertenece al fondo de exposiciones itinerantes del centro israelí.
La muestra es un homenaje a los diplomáticos españoles que, como el caso de Sanz Briz, durante la II Guerra Mundial y por propia iniciativa ayudaron a escapar a muchos judíos perseguidos por el nazismo, según ha destacado el Ayuntamiento de Móstoles en una nota.
Entre estos diplomáticos, sobresalen los nombres de Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; y Jorge Perlasca, en Hungría, entre otros.
«La historia del Holocausto no es sólo la de los verdugos y sus víctimas. Hubo también quienes no quisieron ser espectadores pasivos de la tragedia y sintiéndose interpelados por su conciencia, decidieron actuar e implicarse», añaden, resaltando a esto «héroes que arriesgaron sus vidas o las sacrificaron, para salvar a otros». EFE
Fuente: lavanguardia.com