Este palacio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002. Situado en la plaza de San Carlos es un ejemplo de la arquitectura renacentista de Aragón.
Zaragoza está llena de edificaciones palaciegas. Algunas de ellas, como la llamada Casa de los Morlanes, cuentan con una larga y curiosa historia cuyos orígenes se pierden en la niebla de los siglos. El edificio se levanta en la plaza de San Carlos frente al imponente Seminario de San Carlos Borromeo ,que fue erigido por la Compañía de Jesús a mitad del siglo XVI. Hasta ese momento se encontraba allí la sinagoga mayor de la ciudad, en pleno centro de la judería zaragozana.
El edificio es conocido por llevar el nombre de los escultores Gil Morlanes, (padre e hijo) pero se desconoce si ellos fueron los promotores de la obra, así como la fecha exacta de edificación o los artífices de la construcción.
El historiador Álvaro López Asensio cuenta en su ‘Guía de la judería de Zaragoza’ que la Casa de los Morlanes fue construida en la primera mitad de siglo XVI poco después de la expulsión de los judíos. De su construcción original se conservan los muros de su fachada que dan a la Plaza de San Carlos y a la calle San Jorge. Además se mantiene todo su piso noble con diez ventanas enmarcadas por estípites (esculturas verticales) y coronadas con frontones con representaciones iconográficas.
Un reto a las autoridades de la época
Aunque no es probable que los Morlanes estuviesen involucrados en la construcción de la casa, las incógnitas se disipan cuando se trata de la importante decoración de las ventanas, que está fechada en el año 1555 (tal y como puede apreciarse en un dintel). En diez de ellas todavía se pueden apreciar las esculturas de los tímpanos con temas bíblicos de la historia del pueblo de Israel como ‘El rey David conquistando Jerusalén’, ‘los Reyes Católicos como artífices de la expulsión de los judíos’ o ‘El juicio de Salomón a dos mujeres’. Un hecho que no deja de sorprender porque fueron realizados poco después de la expulsión de los judíos. Y llama la atención que alguien fuera capaz de retar al poder de la Santa Inquisición con una obra tan evidente. Incluso uno de los tímpanos está coronado por una ‘menoráh’ o candelabro de siete brazos perpetuando el recuerdo de los judíos que vivieron en ese entorno.
El cambio en el siglo XIX y XX
En el siglo XIX, también en fechas poco concretas, la casa se dividió en dos y se demolieron los elementos palaciegos transformándose en una comunidad de vecinos. Según contó Heraldo, varios documentos inciden en que «existía una escalera con el antepecho ornamentado con medallones labrados y una capilla».
- Dirección: Plaza de San Carlos 4, enfrente de la Iglesia y Seminario de San Carlos Borromeo y junto a la Calle San Vicente de Paúl
- Teléfono: 976 724881, 4881
- Horarios: De martes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Sábados de 10.00 a 14.00 y de 17.00 21.00. Domingos y festivos: de 10.00a 14.30.Lunes, cerrado
Fuente: Heraldo | 11.5.2023
la existencia de elementos como una menorah sobre una de las ventanas no es ningún reto a la inquisición. Si ese historiador se hubiese documentado adecuadamente, sabría que esa primera ventana y la tercera están inventadas por el escultor Francisco Rallo para completar las ventanas que estaban perdidas. De hecho si se fija uno detenidamente verá que uno de los personajes que están construyendo el templo es el propio hijo del escultor y que debajo hay sendos medallones con el rostro de francisco Rayo y de Temiño (el arquitecto que estaba dirigiendo la restauración) Y en la tercera ventana, con el tema de David y Goliat, debajo se indica claramente AÑO 1996 fecha de la restauración.