La aljama de Zamora

La aljama de Zamora

Por Jesús Jambrina, Viterbo University

«Hermosa provincia, la mejor entre las del norte»
Isaac Arama

«Qué importa que la estrella este remota y desecha la rosa,
aún tenemos el brillo y el aroma»
León Felipe

Zamora - EspañaZamora fue, hasta 1492, una de las aljamas más populosa y culturalmente importante de la península ibérica (Lacave 252). Las cifras de judíos viviendo en ella en aquel año han estado en disputa desde que Cesáreo Fernández Duro afirmara en el siglo XIX que 30 mil habían abandonado la ciudad después del decreto de expulsión. Más tarde hubo matizaciones refiriendo que ése número no correspondía sólo a la ciudad de Zamora, sino al conjunto de comunidades cercanas (El pasado… García Casar, 137) en relación a los 21 asentamientos que menciona Carlos Carrete Parrando en la región (113). De acuerdo a un relativamente reciente estimado del investigador Manuel F. Ladero Quesada, en el año 1492, alrededor del 20% de la población de Zamora ciudad era judía:

A finales de la Edad Media los cálculos que se han hecho es que Zamora podía tener una población judía de entre 1200 y 1300 habitantes, una cifra muy importante si tenemos en cuenta que la ciudad en su conjunto tenía del orden de seis mil o seis mil quinientos habitantes. Es evidente que el peso de la población judía era significativo desde todos los puntos de vista, sobre todo demográfico y de actividad económica

Lo que sí está documentado es que “el segundo viaje de Colón a América fue financiado con el oro de los judíos zamoranos” (Ferrero 10), lo cual constata que, si no en cantidad, sí en peso económico, la aljama tenía un puesto de prominencia entre las comunidades castellanas . Y no podía ser de otra manera existiendo en la ciudad una sinagoga mayor, una relevante academia Talmud Torah, un cementerio y una imprenta hebrea (Lacave 251-52). Los vestigios materiales de semejante herencia, sin embargo, parecieran haberse esfumado. Nada de ellos nos dicen los Museos en Zamora, el Etnográfico de Castilla y León y el Provincial. La única mención a la presencia judía la tenemos en una tarja a la entrada de esta última institución, ubicada, irónicamente, en la Plaza Santa Lucía, centro de la llamada judería vieja o del Valle.

Los historiadores Guadalupe Ramos de Castro (Zamora, 157-176), Florián Ferrero Ferrero (Los judíos 5-10) y Fuencisla García Casar (El pasado… 50-67) coinciden en reconocer la existencia de al menos dos barrios judíos importantes en la ciudad; además de la mencionada judería vieja, ubicada al sureste de la fundación de la urbe, a lo largo del río Duero, tenemos lo que se dio en llamar la judería nueva, Puebla de San Torcuato, Barrionuevo o barrio de La Lana, en el noreste. En una reciente entrevista, Florián Ferrero Ferrero, director del Archivo Histórico Provincial, relata que:

Las primeras noticias de judíos en Zamora la tenemos de aquellos asentados en torno a la catedral actual. Posteriormente, en el siglo XII y sobre todo a comienzos del XIII, se trasladan a los barrios próximos al río, donde se va a establecer todo el comercio, lo que en Zamora se ha denominado los Baños, o los barrios bajos, y allí va a funcionar la judería vieja. Aquí se va a mantener hasta mediados del siglo XIII cuando se mueve hacia el corazón de la ciudad, en las proximidades de la actual Plaza Mayor. Allí va a tener una población fuerte, muy mezclada con población cristiana y a partir de 1412 se muda al norte, en el denominado Barrionuevo, que será el lugar que coincide con la expulsión. (Documental Zamora sefardí, Jambrina)

Las primeras referencias documentales también mencionan el barrio de la Vega como “morada de muchos judíos” (García Casar 46), área donde el historiador estadounidense Sidney David Markman sugiere, en la calle del mismo nombre, la existencia de una pared Este perteneciente a una antigua sinagoga luego convertida en iglesia románica. (Jewish Remmants, 17-28) . En su capítulo dedicado a Zamora, Markman recoge la tradición oral que localiza otras sinagogas en la ciudad, especialmente en la judería vieja: calle Gazapo # 5, esquina Rúa de los Francos y Moreno, calle Ramos Carrión # 42 y en Plaza Santa Lucía # 11 .

El trabajo de campo reporta por otra parte que, ciertamente, la memoria popular y la tradición oral de Zamora todavía hoy asocia el actual barrio de La Horta, también llamado Barrios Bajos, con la existencia de una populosa judería que dio nombre a muchas de las calles de la zona: Zapatería, Alfamareros, Plata, Oro, Herreros, Baños, entre otros. La primera sinagoga documentada aparece en 1283 registrada durante el reinado de Sancho IV. (Beinart, Haim. Encyclopaedia Judaica) y otra se menciona en 1492 como Sinagoga Mayor en la donación de los reyes Fernando e Isabel al Consejo de la ciudad para la construcción de una iglesia de San Sebastián, la cual existió, pero fue posteriormente demolida . (Ferrero 24, García Casar 75)

En el caso de la judería nueva, la primera mención aparece en 1376 (García Casar 61) o 1377 (Ramos de Castro, 162) nombrando al judío Yosef Salon, quien vive en la Puebla de San Torcuato al lado de la iglesia de la Trinidad. Según Florián Ferrero Ferrero, el Segundo Ordenamiento, Ley 76, emitido en las Cortes de Toledo en 1480, influyó más que el de Catalina de 1412 en que los judíos zamoranos se mudaran a Barrionuevo (6-7). De cualquier manera será en el siglo XV cuando se reporte más documentación referente a la presencia judía en esta parte de la ciudad. La vida allí parece haberse desarrollado intensamente alrededor de la cuesta de Santa Ana, Ronda de la Feria, la actual Plaza San Antolín, Plaza San Sebastián, la actual calle Sancho IV, y calle Alhóndiga, entre otras; en 1492 se sabe de un Mesón de Judíos en al zona (García Casar, 79-80).

Además de los trasiegos de personas, casas y negocios en el área, el florecimiento de los judíos zamoranos en este momento puede medirse por la posesión de viñas en las afueras, en el actual barrio de Las Viñas, las cuales fueron vendidas, junto a casas en la judería en el año 1492. Los pleitos sobre el uso de ese territorio duraron hasta aproximadamente 1506 cuando el procurador de los herederos de las viñas se queja al Consejo por el derribo de árboles y la siembra de “viñas guindaleras”. (El pasado… García Casar, 136).

En general, apoyados en evidencias históricas y sin idealizaciones, puede decirse que, en sintonía con la reconstrucción de las comunidades judías de Castilla (Suárez Fernández 53-60), la segunda mitad del siglo XV muestra en Zamora una esplendorosa vida en todos los sentidos: económico –compra, venta, transferencia de propiedades-; financiero – una rama de la familia Corcos vivía en la ciudad y realizaba negocios allí (La familia Corcos…García Casar)-; religiosa – la siempre tensa convivencia se manifestaba en todos los ordenes sociales a pesar de los eventos anti-judíos que crecen a medida que nos aproximamos al año 1492-; político- en más de una ocasión los reyes extienden su protección a los judíos zamoranos (Apuntes… Ladero Quesada) e intelectual a través de la monumental figura de Isaac Campantón (1360-1463), quien, por sí solos sería suficiente para ubicar a la academia Talmud-Torah de Zamora en el más alto nivel filosófico de la época medieval española. Algunos de los discípulos de Campantón fueron igualmente prominentes, entre ellos Isaac Arama (nacido posiblemente en Zamora, 1420- 1494), Abraham Saba (1440- Verona, circa 1508) , Jacob ben Solomón ibn Habid (Zamora, 1445- Salónica, circa 1515), y Moises Alaskhar (1466- Jerusalén, 1542).

Paralelamente y sin dudas conectadas con la aljama de la ciudad, pueden mencionarse además otras en lo que hoy es la provincia de Zamora . El profesor Carlos Carrete Parrondo ha resumido geográficamente la presencia judía en estos territorios:

La actual provincia de Zamora – 10.559 Km2 de superficie- agrupó, durante la Baja Edad Media, al menos veintiún asentamientos judíos con firme base documental. Estos son por orden alfabético y con su actual denominación: Alcañices, Belver de los Montes, Benavente, La Bóveda de Toro, Cañizal, Cañizo, Castrotorpe – hoy despoblado en el término de Castrotorafe-, Castroverde de Campos, Fermoselle, Fuentelapeña, Fuentesaúco, El Maderal, San Cedrián de Castrotorafe, San Pedro de la Nave-Almendra, Toro, Venialbo, Villaescusa, Villafáfila, Villalobos, Villalpando y Zamora, en su mayoría emplazados al este de la provincia, tomando como línea divisoria el curso del río Tera, terreno, por consiguiente, idóneo para huertos y cría de ganado vacuno y lanar. Las comunidades judías de la provincia de Zamora se integraban en diócesis zamoranas, excepto Alcañices, junto a la frontera portuguesa, que pertenecía a la sede de Santiago de Compostela, y Belver de los Montes, dependiente de la de Palencia. Este era, pues, el marco geográfico de los asentamientos judíos zamoranos antes de la expulsión general de 1492 . (Carrete Parrondo, 113)

Hasta hoy, son pocas, pero significativas las evidencias materiales que se han podido recuperar de tan extensa e intensa vida judía en la ciudad del Duero, pero las halladas remiten a la calidad de la misma así como a una comunidad que, a pesar de las altas y bajas de la política, pudo asentarse y producir un momento único en la experiencia de Sefarad. Como conclusión a este artículo reuní en la siguiente lista aquellos objetos materiales que han sido confirmados, y si se quiere certificados, por la práctica académica hasta el momento que indican el prestigio y el anclaje histórico de la hoy casi olvidada aljama de Zamora:

  • Dos sellos presentados en Las inscripciones hebreas de España (1956) de F. Cantera Burgos y J.M. Millás Vallicrosa, 369-370, y «Nuevo sello hebreo de la aljama de Toro», El Olivo, 9, 1979, 41-47.
  • Una edición del Comentario al Pentateuco, del rabino Shlomo Yitzhaki, conocido como RaShi (1040–1105) publicado por los impresores zamoranos Immanuel y Samuel ben Musa alrededor de 1487, incunable actualmente en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, en Inglaterra.
  • Un ensayo acerca de la retribución divina, de Abraham ben Salomón de Zamora, autor del siglo XIII, poco conocido y cuyo manuscrito se halla en la biblioteca del Estado de Munich (códice 47-7d). (Gonzalo Díaz Díaz, “Hombres y documentos de la filosofía española”, Volumen 1, página 50)
  • La januquia (candelabro de ocho brazos) tallada en el sillar de la iglesia de San Pedro y San Idelfonso en Zamora, cuyo estilo, según el investigador Álvaro López Asencio, puede ser datado antes del siglo XII. (La Opinión de Zamora, 20 de Julio, 2008)
  • Una ketubah (o contrato de matrimonio) entre Moshe Sabba y Shabi Luna redactada en Zamora en 1447, digitalizada en la Biblioteca Nacional de Israel .
  • Un pendiente de oro reproducido en la revista Zamora Ilustrada el 28 de Junio de 1882, encontrado mientras se construían dos carreteras en el área de lo que sería el cementerio judío. (“Zamora”, Ramos de Castro 181)

 

Notas

(1) La Opinión de Zamora, Julio, 2006, disponible online: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/1580/manuel-fernando-ladero-quesada-profesor-historia-medieval-uned-expulsion-judios-causas-decadencia-zamora/159485.html

(2) En el repartimiento de 1474 el Obispado de Zamora, que incluía a Castrotorafe, pagó 6500, Toro 2000, Fuentresaúco 800, y Villalpando 3000 y Benavente, que incluye a Alija, Villafáfila y Castrocalvo, 3350. Citado en Ferrero 24.

(3) Ramos de Castro no considera la posibilidad de una sinagoga, señalando que el edificio es sólo una antigua iglesia románica (172)

(4) A continuación dos descripciones del interior subterráneo del edificio en Plaza Santa Lucía # 11, conocido como Cueva Árabe y que desde hace varios años permanece cerrado. Antes de copiar el texto, permítaseme algunas observaciones críticas: aunque el cronista se está refiriendo a unos supuestos baños de la época de Alfonso III, en ningún momento se menciona la fuente de agua, ni la vía a través de la cual se transportaría, tampoco la existencia de piletas para almacenarla; el autor del artículo parece no tomar en cuenta que el sitio está ubicado, precisamente en lo que se conoce, todavía hoy, como la antigua judería de Zamora y finalmente, desconoce la posibilidad de la convivencia cultural y religiosa la cual integraba estilos arquitectónicos como parte de la vida en comunidad. En otras palabras, el estilo arquitectónico en sí mismo no nos dice mucho en términos de los usurarios principales del lugar (Izquierdo Benito, 271). Las descripciones, sin dudas sugerentes y como bien se expresa, dibujan un sitio a considerar seriamente, sea cual sea la comunidad que lo construyó, o lo usó, sea cual sea el propósito sinagoga o baños. Hasta que no se excave no sabremos a ciencia cierta. Según reporta el actual dueño del lugar, el sitio tiene dos entradas: una por la Plaza Santa Lucía que sería el Oeste y otra por el Callejón del Carmen que sería el Este. Igualmente, el habitáculo se extendería hacia esto último punto cardinal en dirección a la calle Zapatería.

Más sugerencias sobre los baños de Alfonso III

Por Andrés Sánchez Pérez, La Opinión de Zamora, 12-8-1971

La ahora llamada Cueva Árabe es una cámara subterránea de 8 x 4 metros, protegida por cuatro espléndidos arcos de herradura, ligeramente apuntalados, en los que sea apoyan bóvedas de nervios entrelazados, semejantes a los de macsura de la mezquita de Córdoba y los de la Bad el Mardon (Cristo de la Luz) de Toledo; como en aquellos momentos los alarifes se complacieron en hacer distintos entrelazamientos en cada bóveda. Toda la obra es de ladrillo como tantas construcciones árabes y mozárabes famosas. El ladrillo es del tipo y dimensiones del conocido fabriquero, cuyo grueso excede muy poco de los tres centímetros, que era el que los árabes solían emplear en labores de nacería y alicatados de exteriores (ajaracas).

El hecho de que sea ligeramente apuntalados los arcos que sostienen las bóvedas me hizo pensar en principio que tal apuntalamiento no correspondía a la época de construcción de los baños que debió ser en los albores del siglo X; después he visto que la arquería de la ampliación de la mezquita de Córdoba, que se hizo por orden de Almazor a últimos de aquel siglo es de arcos de herradura ligeramente apuntalados y que en San Miguel de Calanova, obra mozárabe de la primera mitad del mismo siglo, hay una ventana de arco de las mismas características. Esto prueba que en la segunda mitad del siglo X el apuntalamiento de los arcos se empeló con profusión y que en la primera mitad no era desconocido. Si el monumento de que nos ocupamos fuese de la época que parece que es , desbancaría a la ventanita gallega que pasa por ser “pionera”, como ahora se dice, en el apuntalamiento del arte califal. Aunque esto ya aparezca que son ganas de afinar la puntería ¿quién sabe si aquellos mozárabes toledanos que construyeron los Baños de Zamora, además de ser alarifes diestros, no fueron también innovadores?

Los baños de Alfonso el Magno

Por Andrés Sánchez Pérez, La Opinión de Zamora, 14-8-1971

(…) Las dimensiones de la sala son 12,75 centímetros de longitud, 3,30 de ancho y 3 metros de altura desde el suelo actual a la clave de los arcos; estos son seis, de herradura ligeramente apuntalados; entre ellos quedan 5 bóvedas que tienen trazas de haber sido nervios entrelazados de tipo árabe califal, como los de Córdova y Toledo. Dos de estas bóvedas por lo menos debieron arruinarse hace siglos y fueron reconstruidas hace muchos años, grosera aunque eficazmente, de tal manera que no resta fortaleza ni visualidad al conjunto, si bien aquel derribo fue fatal para la fastuosidad de las ajaracas o tracerías de ladrillo que fueron reconstruidas por materiales de diversos tamaños y fracturas en los derribos y cubiertas, y enfoscadas de mortero las otras bóvedas donde aparecen en los desconchados las tracerías.

Como ya se ha dicho, la obra es de ladrillo de tipo árabe fabriquero, de época califal. Los almohades en obras como la Giralda, y los mudéjares en siglos posteriores, usaron muchas clases de ladrillos, casi todos más gruesos. Los arcos se apoyan en pilastras empotradas o zapatas en las que descansan los arcos; parece son lajas de pizarra del país. En los vanos que quedan entre pilastras en muros laterales hay arcos cegados de medio punto, cuya clave queda como a un metro del suelo actual y denotan antigua comunicación con otras salas cuyos vestigios deben existir en las viviendas colaterales; estos arcos pudieron ser también de herraduras auqneu ahora parezcan solamente de medio punto porque el suelo primitivo estaba sin dudas bastante más de un metro debajo del actual. En el relleno de escombros que hay debajo de las losas de la cueva habrá restos de cerámica, azulejos o teselas de mosaicos del zócalo que tendría la sala hace más de mil añosantes del paso de las huestes de Almanzor en sus distintos ataques (años 931-988 de J.C.). Si se excavase hasta el nivel del piso antiguo, la sala perdería su aspecto de cueva, aparecerían las arquerías en toda su esbeltez y quedaría la cámara con sus dimensiones primitivas.

Aunque dispuesto, ahora y siempre, a considerar cualquier opinión contraria a lo que acabo de exponer, creo que estamos en presencia de vestigios impresionantes y venerables de un monumento de excepcional importancia histórica, arquitectónica y sentimental, que merece ser estudiado por especialistas españoles (…)

(5) En 1411, el predicador cristiano Vicente Ferrer menciona una “Sinagoga principal” en Zamora. García Casar: “De la sefarad judía a la España conversa”. En 1417, Juan II dona una sinagoga zamorana al claustro de Santa María de Dueñas (José Luis Lacave, Juderías y Sinagogas Españolas, 1992, 255.

(6) 1474- La aljama de Zamora y los judíos de Castroterafe deben pagar 6500 maravedíes al Obispado de Zamora. Otros repartimientos incluyen las aljamas de Toro, con los judíos de Castronuño (2000) y la aljama de Fuente de Sauco (Fuentesaúco) y los judíos de Fuente de la Peña (800). La aljama de Villalpando (3000), la aljama de Benavente, con los judíos de Alija, Villafáfila y Castrocalvo (3550). También los judíos que viven en Catalapiedra (300). J.A. de los Ríos: Historia de los judíos de España y Portugal, Ediciones Turner, Madrid, 1984. Tomo II, pp. 590-602. La protección a los judíos en esos años ha sido parcialmente detallada por Suárez Fernández 63-67. 

(7) No tenemos un lugar de nacimiento para Abraham Saba, sin embargo, por una Ketubah redactada en Zamora en el 1447, sí tenemos información de una boda entre Moshe Saba y Shabi Luna, demostrándose que la familia Saba vivía en la ciudad desde mucho antes de 1492. La Ketubah zamorana en parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Israel. 

(8) Para un deslinde entre los conceptos de judería y aljama ver: Suárez Fernández 31

(9) Más adelante el profesor Carrete Parrondo especifica que de estos sitios sólo Fuentesaúco, Toro, Villalpando y Zamora reciben la calificación de aljama, mientras que en el caso de Benavente, esta no es siempre constante.

(10) También Suárez Fernández: “La comunidad judía española, reducida y vigorizada al mismo tiempo, comenzó a reconstruirse, mudando los lugares de asentamiento preferencial: en lugar de las ciudades, las pequeñas villas, de señorío a ser posible, porque estás ofrecían mejor nicho de protección” (56).

También disponible online en: http://www.sephardicgen.com/databases/KetubotSpainSrchFrm.html

 

Bibliografía citada 

Beinart, Haim. “Zamora” en Encyclopaedia Judaica. Eds. Michael Berenbaum and Fred Skolnik. Vol. 21. 2nd ed. Detroit: Macmillan Reference USA, 2007

Carrete Parrondo, Carlos. I Congreso de Historia de Zamora. Tomo 3. Historia Medieval y Moderna, 1991, página 113.

Ferrero Ferrero, Florián. Los judíos de la provincia de Zamora, Zamora, Heraldo de Zamora, 1992.

García Casar, Fuencisla. El pasado judío de Zamora, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1992.

—– “De la España judía a la España conversa” en El legado sefardí, Catálogo de la exposición Memoria de Sefarad, 2003, 424-439

—– “La familia judía Corcos y su rama zamorana», en Actas del Primer Congreso de Historia » de Zamora. Medieval y Moderna, Tomo III, Instituto Florián de Ocampo, Diputación de Zamora, 1991, 391-395.

Gross, Abraham. Iberian Jewry from Twilight to Dawn. The World of Rabbi Abraham Saba. Leiden, E.J. Brill, 1995.

Ladero Quesada, Manuel F. «Apuntes para la historia de los judíos y los conversos de Zamora en la edad media (siglos XIII- XV)», Sefarad, 48:1, 1988, p.40).

Jambrina, Jesús. Página web Zamora Sefardí. Disponible online: www.zamorasefardi.com

Jambrina, Jesús y Alonso, Alfredo. Documental Zamora Sefardí (2012). Disponible online: http://vimeo.com/51319702

Marckman, Sidney D. “Zamora” en Jewish Remmants in Spain. Wandering in a lost world, Scribe Publishers, 2003, 17-28.

Lacave, José Luis. “Zamora” en Juderías y sinagogas españolas. Madrid, Editorial Manfre, 1992, 251-262

Ramos de Castro, Guadalupe. “Zamora” en Juderías de Castilla y León, Zamora, Fundación Ramos de Castro, 1988.

Suárez Fernández, Luis. “Claves históricas del problema judíos en España medieval” en Ana María López Álvarez y Ricardo Izquierdo Benito: El legado material hispanojudío. Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1998, 15-76.

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