Huella sefardí en el mundo vinícola del jerez por María José Arévalo Gutiérrez

 “Bendito seas tú, Adonai, nuestro Dios, rey del mundo, creador del fruto de la vid”

 

Noé

Durante la Edad Media los sefardíes, fieles al cumplimiento de sus preceptos religiosos, continuaron considerando al vino como un alimento kosher, no pudiendo ser manipulado por manos cristianas o musulmanas en el momento de su producción. Para tener un abastecimiento garantizado de vino y asegurarse la correcta elaboración del mismo, conservaron sus propias bodegas familiares y tabernas públicas controladas por las aljamas. Las aljamas judías, vigilaban la vida económica en los barrios judíos y en sus mercados, cuya funcionalidad en parte se basaba en ordenar los precios de las tabernas y el impuesto sobre el vino. Esta practica también fue llevada a cabo en la España islámica, como cristiana, donde era más conocido por el nombre castellano de sisa (Beinart, 1986). Otra de las funciones llevada a cabo por la aljama era la de hacer cumplir la ley judía, acreditando la autenticidad del vino elaborado para la comunidad, no estando contaminado por manos gentiles, razón por la cual quedaba prohibido introducir vino cristiano y autorizándose en exclusive el uso del vino kosher.

Del mismo modo, regularon su comercio y se les permitió, antes de las expropiaciones, mantener sus propias viñas. Con la expulsión de la comunidad judía de Jerez de la Frontera se le concedió, por privilegio de don Fernando V, al Real Convento de Santo Domingo ciertas viñas en Tabajete, que le fueron confiscado a la comunidad (M. de Bertemati, Historias e historiadores de Jerez, pag. 182) en el año 1492. En un principio, y de acuerdo con las severas condiciones que los estados cristianos y la iglesia imponían en casi toda Europa a los judíos, éstos no podían ser propietarios de tierras ni, por lo tanto, de viñedos.

Matusalen

La conexión de los sefarditas con el vino y la viticultura alcanzan los aspectos referidos a la propiedad o tenencia de viñas cuanto los que atañen al consumo de vino, aunque se carecen de datos que hagan referencia al comercio del mismo.  Al ser el vino un alimento y bebida aprovechada para su consumo en la vida diaria, como para su utilización en fiestas, celebraciones y rituales se supone que accedieron a sus propios viñedos a través de arrendamiento, donación, compra, o como parte de pago de deudas, aunque también  podían ser empleados como producto de intercambios. Habitualmente se descubre, que las plantaciones de vides se situaban en las zonas suburbanas, cerca de las juderías, como ocurre en el caso del Real Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera. Dicho convento fue el primer templo que se construye en el año 1266 a las afueras del recinto amurallado.

En la Edad Media, al igual que en la actualidad en algunas comunidades judías, el vino formaba parte de la fiesta religiosa, estando por lo tanto sacralizado. En estas condiciones es lógico que las familias judías desearan asegurarse la cantidad de vino precisa para sus celebraciones religiosas y el alimento diario. Una solución práctica era poseer viñas propias y bodega en casa. En caso que se careciera del vino necesario para la celebración, la más inmediata solución se basaba en comprar vino en las tabernas de las propias juderías, pero, cuando en éstas también faltaba, no había más remedio que traerlo de fuera. 

 
Bodega Gonzalez Byass

Esto presentaba un problema con las autoridades locales, que prohibían tanto a los judíos como a los cristianos, introducir vino ajeno a la localidad mientras existiera cosecha local. Si además faltaba antes en la comunidad judía, el problema se agudizaba aun más, ya que las autoridades cristianas eran muy reacias a autorizar la entrada de vino judío ajeno a la localidad.

 

Siglos después y desde el año 2.001, se vuelve a producir vino en el Marco de Jerez para la población judía. Con un etiquetado dirigido a un público objetivo, las  bodegas González Byass se han ocupado durante diversos años en sus viñedos, bodegas y embotellado, conjuntamente con un equipo de rabinos de la Kosher Wine International, a producir el Tío Pepe “kosher” cuya diferencia en cata con el tradicional ofrece una diferenciación igual a cero.  Durante más de una semana de trabajo se dedica este equipo de rabinos desplazado al proceso productivo de este vino, que es llevado a cabo en su totalidad por judíos, sin embargo se respeta la materia prima para su elaboración, al igual que el método tradicional de crianza basada en la solera y criadera.

Alfasi sherry kosher

Los personajes de la religión judía no son extraños en el etiquetado de los vinos del Marco del jerez, pero en este caso su mención se efectúa sobre todo, con la grafía de su nombre, y en muy pocos casos queda plasmada su imagen. Así tenemos los vinos VORS Noé y Matusalén de González Byass, o Salomón un amontillado de las bodegas de José María Cotro. Los más curiosos son los marbetes de los vinos que bajo control rabínico elaboran Vinícolas Jerezana con el nombre del famoso rabino afincado en la España medieval, Alfansi. Con líneas y formas geométricas recrean su rostro. Finalmente, el más atrayente de todos, por el elemento erótico, es el amontillado VORS Covadonga de la bodega jerezana Real Tesoro, que representa en un inmemorial grabado al Noé desnudo bajo una parra descubierto por sus hijos.

Como coda final, haremos resonancia a las sabias palabras del célebre filósofo y médico judío andaluz, Maimónides (1135-1204): “Los beneficios que trae consigo la ingestión de vino son muchos, si es bebido en cantidad apropiada. Conserva el cuerpo en condiciones sumamente saludables, lo mismo que cura muchas enfermedades. Pero el conocimiento de su correcto consumo es desconocido para la mayoría de las personas”.

María José Arévalo Gutiérrez

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One comment

  1. Guillermo Salazar

    Deseo expresarte mis felicitaciones por la investigación realizada en el Vino de Jerez. El Jerez en sí mismo, es más que una bebida que apacigua y alegra al corazón…es Jerez, es Cultura y tradición milenaria sumergidas en sus caldos. Felicidades María José Arévalo…Saludos desde Nicaragua…

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