
Dice que eso significa un 50% de protección y un 50% de crítica. Y que para los judíos el humor significa la supervivencia. Cree que el feminismo perjudicó tanto a hombres como a mujeres.
De la obra Algo sobre mi madre (todo sería demasiado) se dice, entre otras cosas, que «rescata con humor a la madre judía». Conociendo las estadísticas en materia de inseguridad, Gabriela, ¿la idishe mame manía no se ha desplazado a otras etnias? «Sin dudas, por supuesto: hoy todas somos madres judías. Salir a la calle es una aventura complicada. Pero originalmente lo que nos identifica es un 50 % de protección y un 50 % de crítica.»

- Gabriela Acher
 
– ¿El humor judío marcó el comienzo de la moda de las diferencias?
Creo que el humor judío es exactamente la supervivencia del pueblo judío, así como la música ha sido la supervivencia del pueblo negro. Para mí, el humor judío es la forma de descomprimir el dolor de alguna manera. Los judíos que han sido echados de todos lados, encontraron un refugio en el humor. Es el único pueblo, fijate vos, que sabe reírse de sí mismo.
– ¿Y en Tel Aviv también le dicen humor judío, o es solamente humor?
Já, já, no sé porque nunca fui a Israel. Lo que pasa es que yo soy judía sefaradí y los sefaradíes somos judíos españoles. Mi padre nació en Turquía; mis abuelas, en Turquía, pero hablaban español antiguo. Cuando vaya les voy a preguntar de tu parte. Aunque ya me arriesgaría a decirte que el humor judío es una marca universal. Además, hay mucha tradición y bibliografía sobre el tema.
– En el stand up también hay mucha colectividad. ¿Pensás que si Cabito le pidiera un pedacito de apellido a Wainraich tendría programa de tele propio?
Me encanta ver esos espectáculos, pero por alguna razón que desconozco todos empiezan a las 12 de la noche. Yo estoy segura que hay un gen. A mí me gusta el humor desde siempre, de antes de Telecataplum y cuando era chica todos los artistas que me gustaban eran judíos: Danny Kaye, Los Hermanos Marx, especialmente Groucho hasta que llegué a Woody Allen, mi gurú.
– Un Groucho con psicoanálisis.
El psicoanálisis también es judío. Woody Allen fue mi gurú hasta su relación con Soon Yi. A partir de ahí, no sé si te diste cuenta, empezó con películas donde lo único que quiere es salir impune de algún crimen. Yo tengo mi teoría: en realidad quiere matar a Mia Farrow. Pensalo.
– ¿Freud tendría que haber sido ventrílocuo para que más gente entendiera su teoría del Yo?
Como Chasman y Chirolita, sí, claro, quizás se hubiera hecho entender de otra manera. Me parece que el humor judío es una marca muy fuerte y que el psiconálisis directamente no hubiera existido sin la aparición de la madre judía.
– ¿»La vida es bella» sería una indiscutible «obra maestra» si en en vez de Roberto Benigni, el director era un tal Roberto Bielinsky?
Esa película me pareció un horror, una porquería. Para obras maestras, El gran dictador, de Chaplin. La vida es bella es horrorosa llámese Benigni o Bielinsky el director. De todos formas, te digo que me cuestan las películas sobre el Holocausto.
– ¿No viste esa versión indulgente de Hitler hecha por los propios alemanes?
¿La Caída? ¿La de Bruno Ganz?
– Sí.
No, no la vi.
– Resulta que Hitler era un loco y…
Ah… era loco, qué fácil la hicieron.
– Conocemos chistes de curas, monaguillos y monjas, generalmente contados por ateos. ¿Existe una clase de humor católico?
Yo no lo conozco, no creo que exista. Y el humor musulmán tampoco. En ese caso, no sé si estará permitido.
– Preguntaba porque La Biblia dice: «Dios te salve María, llena eres de gracia…»
Pero se refiere a otra gracia. Habla de la gracia divina.
– ¿Los heterosexuales ya conforman un guetto?
¡Ay, espero que no! Pero sospecho que sí, que vamos hacia la androginia. Esa parece ser la meta. Yo soy hetero y me considero un dinosaurio, pero veo que a mi alrededor la bisexualidad es una pandemia, y la homosexualidad, bueno, ni te cuento…

- Gabriela Acher
 
– ¿Qué recuerdos tenés de la mujer objeto que sabía cocinar y hacía la cama?
¡La veo todos los días! Las mujeres siguen enamoradas de esa idea. Si no, decime de dónde viene esa obsesión por parecer de 14 años hasta el día de la muerte, donando, en vida, nuestros cuerpos a la ciencia. La mujer objeto está en pleno apogeo.
– Pero del feminismo para acá ustedes salieron a competir y, como diría un sociólogo, hasta lograron que retrocediera nuestra virilidad.
Sí, sí, sí, pero, ¿por qué? ¡¿Por qué?!! Me encantaría discutir eso con los hombres. ¿Por qué tiene que retroceder la virilidad por el hecho de que la mujer se haya adueñado de su propia sexualidad?
– No sé, ¿crees que nuestro problema empezará cuando la mujer descubra el orgasmo múltiple?
Cuando descubre el orgasmo. Punto. Múltiple no sé, nunca lo vi pasar, aunque dicen que existir, existe. Con Federico Luppi, siempre tan lúcido y extraordinario, lo hablamos y el se refirió a la competencia. El hombre compite. Para los varones la erección es la identidad. Si en lugar de competir, el hombre se diera cuenta que esta mujer puede ser una compañera mil veces más favorecedora que la anterior, no habría por qué temerle. Lo que yo veo es que la mujer anterior era la fantasía del varón hecha carne. El varón inventó la mujer que quería, y la mujer se adaptó. Así fue durante mucho tiempo. Cuando empezó a autoafirmarse, el varón no la reconoció.
– O sea: el feminismo terminó perjudicando a ambas partes.
Sí, el hombre la castigó, no acompañó a la mujer en esta revolución. Un castigo horrible, y por eso la mujer sigue mutando para tener ese culo de piedra que tanto les gusta a los hombres.
Por: Hernán Firpo para Clarin.
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