Esteco: Una ciudad tragada por la tierra – Esc.Esther Mostovich de Cukierman

El 13 de Setiembre  es aniversario del terremoto de 1692 que literalmente se tragó  a la ciudad de Esteco, en la actual Provincia  de Salta, República Argentina .El tema de la desaparecida ciudad de Esteco siempre me ha fascinado. Es interesante que buena parte de su población, parece haber estado formada por descendientes de  “cristianos nuevos” llegados desde  España y Brasil . Tal como surge del reciente Simposio de Estudios Sefaradíes realizado en la Universidad Maimónides de Buenos Aires el mes de Agosto de 2013, una investigación de las raíces judeo conversas en la población que formó las provincias del Norte Argentino, aún está pendiente de investigación. Esta nota intenta formar  parte de esa búsqueda .

rompecabezas

Desde mediados del siglo XVI, en la frontera de la gobernación de Tucumán se organizaron ciudades, siguiendo el proceso de colonización  española. En junio de 1566, el entonces gobernador de Tucumán, Francisco de Aguirre, partió con un grupo de soldados para esa tarea. Pero en el camino, esas tropas se sublevaron. Los cabecillas de la revuelta declararon responder a un llamado de la Audiencia de Charcas ( en ese entonces en el Virreinato del Perú, actual Bolivia), para someter a juicio a Francisco de Aguirre, por haber realizado algunas declaraciones consideradas heréticas por la autoridad eclesiástica. Y así ,los soldados rebeldes mandaron al gobernador  hacia el Tribunal de la Inquisición en Lima , en una carreta con rejas . Un grupo de los que se quedaron en el lugar,  fundaron un poblado a orillas del río Salado. Llamó la atención que al darle nacimiento, no respetaron las leyes de fundación de pueblos de la época, que indicaban dedicar  la villa a algún Santo o Santa bajo cuya protección estaría la población. El nuevo caserío recibió el nombre de Cáceres, porque de esa ciudad española venía uno de los jefes de la revuelta. Al año siguiente, la Audiencia de Charcas, mandó a refundar la ciudad, ahí la dedicaron y la nombraron “Nuestra Señora de Talavera”, aunque se la conoció como “Esteco”. El poblado era lugar de tránsito para las carretas del tráfico entre el Alto Perú con  Santiago del Estero y con el puerto de Buenos Aires.

En 1580, la Relación de las provincias de Tucumán [1] dice de Esteco : “La ciudad está a cincuenta leguas [2] de Santiago del Estero, sobre el  río Salado, camino que se acostumbra para el Perú. Tendrá cuarenta vecinos, encomenderos de indios; los sirven seis a siete mil indios de las tribus  toconotes y lules…”

En pocos años , Esteco tenía un hospital, un presidio, una parroquia  y dos conventos de sacerdotes, cada uno de ellos con su pequeña Iglesia . El único cirujano [3] de la gobernación de Tucumán vivía allí. Eran tierras pobres y secas , de labranza de maíz, trigo, cebada, viñedos y campos de algodón. La fuerza de trabajo eran miles de indios “encomendados” a los españoles para ser convertidos a la fe cristiana, que en los hechos, eran tratados casi como esclavos.

Unos años después, el río Salado comenzó a desplazar su curso hacia el Oeste y los pobladores de Esteco tuvieron que hacer una acequia. «En realidad, fue un complejo sistema de canales construido en el ejido ( las afueras de la ciudad) para abastecerla de agua . El canal principal  tendría unos 4 metros de profundidad y unos 10 a 15 de ancho. Requería un dragado constante y para esa dura tarea se utilizaba a los indios . El suelo era muy salitroso y las paredes de las casas, que eran de adobe, se desmoronaban y había que reconstruirlas una y otra vez. Los indios cargaban también con ese  trabajo. La mortalidad de indígenas fue tan grande que desde España se emitió una cédula real, pidiendo explicaciones por el maltrato», expresa  el  Prof. Alfredo Tomasini.[4]

Ruinas de Esteco Viejo
Ruinas de Esteco Viejo

Alrededor de 1592 se funda otra ciudad a unos 25 kilómetros hacia el Oeste de la vieja Esteco, la “Villa de la Nueva Madrid ”. Hacia fines del siglo XVI , esta nueva villa cobra mayor importancia porque está sobre los nuevos caminos trazados para conseguir una vía más directa desde Perú hacia Santiago del Estero y el Puerto de Buenos Aires. En  diciembre de 1609, la mayoría de los pobladores del primer Esteco se mudan a la nueva ciudad, que  pasa a llamarse “Nuestra Señora de Talavera de Madrid”, aunque se la conoce como “ Esteco Nuevo” . Durante unos pocos años, “Esteco  Viejo” subsiste como encomienda , con su poblado de indios. Pero en las palabras del libro del Prof. Alfredo Tomasini, «Hacia 1630 nadie habla más del Esteco Viejo. Durante el siglo XVIII, la ubicación de la primera Esteco ya era un misterio”.
Las producciones de algodón e industrias textiles de “Esteco Nuevo”  hizo que hacia fines del siglo XVII  aumentara la población y la riqueza de la ciudad. Sus telas de algodón se llevaban a vender a las ciudades del Virreinato del  Perú . La mayoría de la población eran hombres solos, que buscaban negociar con comercio o contrabando.  Mediado el siglo XVII  la ciudad creció mucho más, con la afluencia de «nuevos cristianos» que se escaparon de Brasil a consecuencia de las visitas de la Inquisicion portuguesa.

“Esteco Nuevo” adquirió fama de ciudad muy rica, llena de maldad y vicios.   Se decía que contaba con 40.000 habitantes. Las cartas  que los sacerdotes y el obispo envían a España en ese entonces, hablan de esta Esteco como una ciudad en que el oro corría por las calles y los vecinos realizaban libremente el contrabando, robando el oro, la plata y el mercurio de las minas del  Rey.  Se decía que los habitantes de la ciudad tenían cabalgaduras herradas con plata y que si un pañuelo de seda se les caía al suelo, ni se molestaban en agacharse a levantarlo. Los vecinos eran algunos europeos y otros criollos, mestizos hijos de blancos con las mujeres indias, todos “ateos,  malos cristianos que no asisten a misa  ni se confiesan”.  Las leyendas del Norte de Argentina y el Altiplano Boliviano  mencionan a Esteco como “ciudad del demonio”, llena de burdeles. Cuentan que los pobladores protagonizaban escándalos de libertinaje, fiestas desenfrenadas y orgías que fueron comentario obligado de los pueblos vecinos. Esteco pasó a ser, en las palabras del Obispo,  “la ciudad de la lujuria”.

El Rey no ordenaba para la ciudad el castigo pedido por los sacerdotes, pero según las leyendas, el castigo vino del Señor. El clima se volvió muy caluroso y sofocante. Peor aún, el Señor  les mandó una cepa muy fuerte de sifilis, esa enfermedad venérea  que a los indios casi no afectaba y que contagió por toda America a los europeos . En las crónicas, la enfermedad  es llamada castamemte » mal de bubas «, porque comenzaba con unos bultos rojizos o” bubas” sobre el cuerpo, luego  parálisis parcial y finalmente, locura, hasta terminar en la muerte.[5]

El mal clima y  los contagios de la enfermedad hicieron que Esteco comenzara  a despoblarse.  El final  llegó abruptamente, el 13 de setiembre de 1692. A las 10 y media de la mañana, toda  Esteco comenzó a temblar. Las casas de adobe se partieron en pedazos. Se abrieron enormes pozos en el suelo  y a toda la ciudad,   literalmente, se la tragó la tierra. A similitud de la biblica destruccion de Sodoma y Gomorra, cerca del lugar han quedado extrañas formaciones de roca que  según dicen, parecen  mujeres con niños en los brazos, mirando hacia la ciudad hundida . Las crónicas oficiales de Salta y Tucumán también hablan del terremoto , aunque de menor intensidad, en esa fecha.  Pero no quedó memoria del lugar en que había estado la famosa ciudad de Esteco.

Alfredo Tomasini
Año 2005 . El Prof. Alfredo Tomasini muestra loza de Talavera, como la hallada en Esteco Viejo

Hacia el año 2000 los arqueólogos del Conicet [6] encabezados por el Profesor Alfredo Tomasini, comenzaron a revisar los sitios probables en los que podría encontrarse Esteco. Fueron descubiertas ruinas de una ciudad.  “ La zona se presenta oculta bajo un espeso monte chaqueño, hay  presencia de elevaciones y depresiones, que indicarían las diferentes construcciones colapsadas” , explicó el profesor en sus informes .  “Cuando comenzamos el relevamiento , nos quedó claro que se trataba de las ruinas de  “Esteco Viejo”. Aquí hay loza de Talavera ( de origen español ) y un tipo de cerámica de manufactura indígena, pintada.  En el ejido de la ciudad,  está la acequia, ahora inundada por la vegetación «.

En la expedición se identificó claramente el cauce de una acequia, de unos 150 metros de extensión ,un ancho de entre 5 y 12 metros y profundidad máxima de unos 3 metrosLa localización de la acequia fue muy importante para confirmar la identificación de la ciudad, ya que de Esteco Viejo existen numerosos documentos que hacen referencia a los trabajos de mantenimiento de la acequia, que eran realizados por los indios y a la alta mortandad que estas labores generaban. «Es muy difícil que en esta ciudad, que vivía de la agricultura, se haya podido acumular algo de oro”, explica el Prof. Tomasini en su libro citado. “Es sólo una leyenda, o es otra la Esteco del oro. Había tan poco oro  y plata en esta zona  que se pagaba el sueldo al gobernador con tela de algodón».

En Abril del año 2008  Conicet informó otro hallazgo arqueológico del mismo equipo de investigadores:  este parecía ser  Esteco Nuevo, actualmente en la provincia de Salta , dentro de una propiedad particular en la localidad de Río Piedras. Con un geo- radar especializado en detecciones subterráneas, se descubrieron indicios de muros de adobe hundidos bajo tierra. Parecían pertenecer a la ciudad destruida en el terremoto del 13 de setiembre de 1692. Alguna parte de los posibles muros se encontraron visibles sobre la superficie.

Poco después, el propietario del lugar decidió instalar una planta empaquetadora de cítricos en esos terrenos. Las  topadoras arrasaron el monte que cubría gran parte de la ciudad perdida. Los arqueólogos acudieron al diputado por la Provincia de Salta y se hizo una demanda judicial. El juzgado dictó un fallo de “no innovar”. El dueño del lugar tuvo que  detener las obras para evitar la  destrucción de los sitios arqueológicos.

En agosto de 2011, el equipo de arqueólogos dirigido por el prof. Alfredo Tomasini[7] halló  la parte superior de un fuerte que se encuentra semienterrado en el centro de las ruinas. Es un cuadrado que tiene 70 metros de lado y los bastiones alcanzan los cuatro metros de alto. Sobre ellos se emplazaba artillería. “Fue algo increíble. Me paré arriba de una de las elevaciones circulares y me di cuenta  que tenía la forma de todos los fuertes de la frontera salteña”, dijo el profesor.

El mes pasado, Agosto de 2013, un nuevo equipo arqueológico entró en el sitio . Existe un plano de Esteco Nuevo que fue dibujado en 1611 en el que figura una plaza que ocupaba el centro de la ciudad . Se sabe que en 1670, cuando aumentaron en intensidad los ataques de los indios guerreros del Chaco, se construyó con piedras el fuerte de San Carlos para que sirviera de refugio en caso de producirse un malón indígena. Tomasini entiende que ha encontrado las ruinas de ese fuerte. El equipo de investigadores dice que una vez excavado, a partir de ese lugar, podrán  determinar el emplazamiento de la Iglesia Matriz, el Cabildo, el Hospital y las viviendas de los vecinos de la ciudad tragada por la tierra . [8]

¡Hace muy pocos  días comenzaron las excavaciones! equipo científico reinicia las excavaciones Recuadros Según dice el Prof. Mario Javier Saban en su libro “ Judíos conversos – la influencia hebrea en los orígenes de las familias tradicionales argentinas”,  personajes de la política de Buenos Aires como Domingo Faustino Sarmiento, declaraban   que  sus abuelos venian de Esteco.

La fama de sitio lujurioso y maldito atribuido a la ciudad, sigue presente entre los habitantes del Noroeste argentino y del Altiplano boliviano . Una copla popular advierte acerca del castigo divino que les espera a quienes equivoquen el recto rumbo moral, y comienza  así:  «No sigas ese camino, no seas orgulloso y terco , no te vayas a perder como la ciudad de Esteco” .


[1] Escrita hacia 1580 por Pedro Sotelo y Narváez.
[2] 50 leguas:  unos 220 kilómetros.
[3] Un cirujano de ese entonces no era necesariamente un médico, sino un hombre con práctica en  extraer puntas de flechas, dientes doloridos, cortar  miembros del cuerpo afectados por heridas .
[4] Ver el libro  “ Esteco el Viejo”  de Alfredo Tomasini y Ricardo Alonso, Ed. Gofica, Buenos Aires, 2001. El Prof. Alfredo Tomasini es Antropólogo y Etnólogo en el  Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina,.
[5] Ver “ La conquista erótica de las Indias”, Ricardo Herren, Ed. Planeta, Buenos Aires, 1991
[6] Conicet – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina.
[7] Junto con la Prof. Damiana Curzio y la arqueóloga Ana Porterie.
[8] Los arqueólogos agradecieron públicamente la colaboración brindada por Miguel Albor, el propietario de la finca en la que se encuentran las ruinas.

Por la Esc.Esther Mostovich de Cukierman- Montevideo

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