Rabí Jaím Jabib, rabino mayor de Salónica cuando su comunidad fue masacrada por el nazismo, asesinado en Auschwitz Birkenau en 1943.
En el año 5642, cuando en Eretz Israel se estaba llevando a cabo la Primera Aliá -1882- la comunidad judía de Salónica contaba con 80.000 almas ( más 15000 turcos y otros tantos Jabib griegos) Y el rabino Refael Jabib, dayán (juez) de Salónica en ese 1882, es padre de un hijo al que llama Jaím.
La familia desciende de rabí Ya´akob Ben Jabib, nacido en Zamora, Sfarad, en 1450; fue presidente de la mayor academia talmúdica que hubo en Salamanca, y después de la expulsión de Portugal, en 1498, fue líder espiritual de la comunidad expulsada que se asentó en Salónica. Su hijo, Leví Ben Jabib, también rabino, vivió en Jerusalén, donde presidió la comunidad de sabios.
Jaím Jabib estudió en Talmud Torá , tanto judaísmo como materias profanas. Luego pasó al Midrash para rabinos Beit Yosef. Al acabar sus estudios casó con Jana Bat Almonsino, hija de uno de los más ricos judíos de Salónica; su suegro le construyó al lado de su casa una yeshivá con una gran biblioteca donde, ya desde el momento de la fundación, se conservaron manuscritos antiguos y ediciones limitadas de obras de todos los tiempos. Su sustento provenía de la contabilidad de los asuntos del Rab Cobo.
La Primera Guerra Balcánica. Salónica deja de ser otomana para pasar a ser griega. La Primera Guerra Mundial. El gran incendio de 1917.
En 1925 , el rabino de la ciudad, r. Ben Tzion Jai, se fue para Jerusalén, y lo sustituyó el r. Emanuel Brodo, que murió, y entonces se le encomendó a Jaim Jabiv , de manera temporal, asumir el honorable puesto de rabino mayor de Salónica. A pesar de que no quería , lo hizo. Y lo hizo bien. Examinó a todos los candidatos al rabinato en todas las comunidades balcánicas, que visitó; apoyó el sionismo -en esa época hay una gran oleada de emigración a Tel Aviv y Jaifa-. En 1929 acabó oficialmente el período de su rabinato, pero la comunidad estaba tan satisfecha con él que de facto siguió siendo el rabino de la ciudad.
En 1941, cuando los nazis llegaron a la Jerusalén de los Balcanes, confiscaron su gran biblioteca y, lo que no pudo el fuego de 1917, lo destruyeron las llamas del odio alemán. Por completo. También ardieron sus responsa. Además le sometieron a vejatorias imitaciones de las disputas de Tortosa y Barcelona, sólo que con improperios e insultos. También le obligaron a barrer las calles de Salónica día y noche, sin poder atender a su hijo enfermo, que moría mientras tanto en el gueto.
En el funesto verano de 1943, junto a su esposa y su hija Matilde, fue subido a los vagones cuyo destino era Auschwitz, donde fueron asesinados en las cámaras de gas nada más llegar. Sus hijos Gabriel y Ester emigraron a Israel antes de la Shoá y se salvaron, aun con la pena de saber que sus padres y hermano habían sido víctimas de la mayor barbarie del S XX.
Fuente: https://www.sfarad.es/el-ultimo-rabino-de-salonica/