El panteón de los Anchorena en el Cementerio de La Recoleta, en Buenos Aires

Estimados lectores, hemos recibido el comentario que da nombre a este artículo junto con la fotografía que lo ilustra, pero la fotografía no corresponde al panteón de los Anchorena sino  al panteón de la familia Familia Dorrego – Ortíz Basualdo, nos hemos enterado de esto gracias al comentario de nuestro lector José Blumenfeld.

Según la descripción del comentario, el símbolo descripto en el panteón de los Anchorena se encuentra en las puertas. No hemos encontrado fotografías que muestren la imagen, en tal caso deberíamos ir al cementerio de La Recoleta a tomarla nosotros mismos. Si algún lector posee una fotografía sobre este monumento, le agradeceríamos que nos la envíe a eSefarad@eSefarad.com para incorporarla en el artículo.

A raíz de este hallazgo, no menos llamativo a pesar de la confución de la fotografía, hemos realizado una pequeña investigación sobre el apellido Dorrego o «do Rego» (rio pequeño) y nos encontramos con que es de origen sefaradí portugues.

Al final del artículo hemos puesto una fotografía que muestra el frente del panteón de la familia Dorrego en su totalidad y una descripción del mismo con algunos datos sobre su construcción.

eSefarad

Comentario interesante de un gran amigo J.L a consecuencia de una fotografia, que pocos conocerán  pero que ha llamado la atención del fotógrafo viajero,  muy probablemente un turista israeli, cuando la vio nada  menos que  en un cementerio católico que aloja restos de familias argentinas de prosapia.

Comenta JL: «Nosotros vivimos dos años en Buenos Aires, no lejos de «La Recoleta». Más de una vez  caminamos  entre los panteones de la campanuda y antigua necrópolis. Una de las primeras veces, al observar  un  panteón artísticamente ostentoso, casi caemos de espaldas cuando divisamos,  en su pesada puerta doble, un  símbolo de tamaño considerable tallado en cobre, símbolo  inequívocamente judío que cruza en forma oblicua ambas hojas del portalón en bajorelieve. Es a todas luces la imagen tradicional, tallada y repujada, de uno de los  esclavos judíos que lleva a Roma el pesado candelabro de siete brazos, la  Menoráh,  que  con otros tesoros y los rollos de la Torá sacó del Templo de Jerusalén el comandante  de las legiones romanas, Tito. Con la caída y destrucción de Jerusalén la Menoráh fue llevada a Roma y paseada en la procesión de la victoria que se celebró en honor de Tito, suceso que se encuentra tallado en el famoso Arco romano que lleva su nombre.

No sería aventurado suponer que nadie en el mundo, que no fuera judío o no siéndolo expresamente quisiera evocar y resaltar ese lejano origen,  haría  tallar en la puerta de entrada al panteón familiar la misma talla de la Menoráh del Arco de Tito y  la haría reproducir escultóricamente en el interior de la tumba familiar.

Nos acercamos al panteón; estaba cerrado. Acertó a pasar por allí uno de los cuidadores y pudimos convencerlo para que nos dejara mirar adentro del panteón.

En el interior vimos  la escultura que podrán abservar en la fotografías, con  motivo similar al de la puerta.

Concuerdo con quien escribió  el texto en hebreo  cuando dice que  «alguna familia de conversos ha querido realzar sus raíces judías».

El panteón nombrado  es el de la familia Anchorena,  situado aproximadamente en el centro de La Recoleta.  Hay quienes afirman que no obstante otras interpretaciones, el patronímico Anchorena deriva del hebreo anshei = hombres  (o gente)  e  ireinu = de nuestra ciudad, es decir anshei ireinu = paisanos, coterráneos o conciudadanos.

Historias de los conversos en América Central y América del Sur incluyen ese apellido en las listas de patronímicos  de  judíos sefardíes venidos a América después de la expulsión.

«Cosas veredes, Sancho, que non crederes», transcurridos más de quinientos años de la expulsión de los judíos de España».

Agradecemos a Beni Salazar por enviarnos esta información

 

Panteon de la familia Dorrego – Ortíz Basualdo

Bóveda monumental. Pertenece a los Dorrego – Ortiz Basualdo, y fue realizada por el arquitecto francés Louis Dubois a principio de siglo. Consta de dos elementos estructurales: la bóveda propiamente dicha de entrada lateral y una gran hornacina, profusamente decorada, que se adosa al cuerpo principal, como fachada magnífica de este panteón. Este nicho contiene una escultura de las Vírgenes Prudentes del Evangelio, realizada en mármol y es réplica del monumento a Montanaro del Cementerio de Génova, esculpida por Giovanni Battista Villa. La capilla es de estilo francés, destacándose la puerta de acceso de líneas Art Nouveau. Completan la composición un basamento con el nombre de la familia titular en relieve, una ánfora para aceite sacro y una cruz latina en cuyas puntas se esculpieron los emblemas de los cuatro evangelistas, todo lo anterior en mármol blanco y un candelabro de siete brazos en bronce.

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4 comments

  1. Pienso y no soy historiador, que se debería estudiar si había discriminacion(y no hablo del color de raza) en los siglos XVII y XVIII.en nuestra Patria.Esta cuasi simulación quizás sea debida a la antinomia que existía entre el español realista y el nuevo aegentinismo que nacía por ese tiempo-
    Y que en aquellos momentos no se deseaba mostrar el origen de muchos de ellos que por sus venas corría sangre judía,.pero sí ocultar el ancestro español- que poseían muchas familias distinguidas de la época.y no por otra cosa.

  2. En el Cementerio de la Recoleta hay muchos sepultados de orígen judío, aunque aquí profesaran la religión católica. Desde Lorenzo Cháves, propietario de Gath & Chaves, varios Pérés, la Familia Breitman y vaya a saber cuántos más.
    El Cem. de la Recoleta fue originalmente el primer cementerio de la ciudad fundado en 1822 y allí era sepultado cualquier habitante de la ciudad, a pesar de tener desde su fundación la bendición católica, que perdió cerca de 1862 por una disputa entre gobierno y Arzobispado de Bs. As. Así que libremente y sin ninguna explicación, cualquier persona profesante de cualquier religión hoy puede comprar una bóveda, colocar su simbología religiosa y sepultar allí a sus muertos.

  3. He visto la estrella de David en una bóveda en inmediaciones de la de Sarmiento. No recuerdo el nombre. La ubicación me fue indicada por una guía de las que deambulan por el cementerio tras consultarla justamente por el símbolo de la tumba de Dorrego. «El candelabro también es un elemento católico», justificó.

  4. A las colonias americanas vinieron muchos «marranos», o sea sefaradíes españoles o portugueses que despues de 1492 no podía profesar la religión judía, pero lo hacían en forma encubierta. Ya despues de la independencia, algunos comenzaron a volver a profesarla. Urquiza tuvo un secretario catamarqueño que firmaba Mordechai Navarro, aunque su nombre era Mardoqueo.

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