El doble juego de Franco con los judíos durante la Segunda Guerra Mundial

El documental ¿Documentos robados? Franco y el Holocausto desvela la ambigua relación del dictador español Francisco Franco con los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Su directora Yolanda Villaluenga define a Franco como «ni antisemita ni filosemita, sino alguien que jugaba con la situación». 

Francisco Franco. Archivo
Francisco Franco. Archivo

El Festival de Cine Sefardí de Nueva York de cine, que termina hoy su 17 edición, ha programado este documental con producción de Televisión Española que trata de entender cómo Francisco Franco, mientras de puertas para adentro hablaba de una conspiración judeomasónica comunista, recibía agradecimientos por parte de la primera ministra israelí, Golda Meir, por su ayuda a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

«Los primeros años, Alemania permite el paso de judíos hacia España, por ser un país afín, pero en 1942 se cierran las fronteras, y Franco empieza a tener una política más radical. A partir de la batalla de Stalingrado, en el 43, Franco empieza a darse cuenta de que tiene que ponerse del lado de los aliados, que los judíos tienen mucho peso en el mundo», resume Villaluenga.

La directora se sorprendió cuando un amigo suyo sefardí residente en París la aseguró que «Franco no fue tan negativo, fue bueno con los judíos», asegura Villaluenga.

A partir de ahí empezó a investigar y comprobar cómo, entre 1939 y 1941, 30.000 judíos cruzaron los Pirineos; cómo el premio Nobel de la Paz Elie Wiezel aseguró que «España fue, probablemente, el único país de Europa que no devolvió a los judíos» y que el presidente del Congreso Mundial Judío, Israel Singer, había agradecido al dictador español su ayuda prestada durante el Holocausto.

Apoyada en libros como Franco y el Holocausto, de Bernrd Rother, o Las montañas de la libertad, de Josep Calvet, Villaluenga descubrió que el Caudillo tuvo «cuatro tipo de actuaciones totalmente diferentes con los judíos y todas al mismo tiempo».

Los judíos que estaban en España

¿Documentos robados? Franco y el Holocausto muestra cómo Franco trató de diferente manera a los judíos que estaban ya en España, a los judíos de los protectorados, a los sefardíes y a los askenazíes. Esgrimía argumentos como la semejanza fisionómica (que no parecieran «muy judíos») o su interés de cara a las relaciones con Marruecos.

Pero conforme fue investigando, Villaluenga se dio cuenta de que Franco «había ido creando este mito de la gran salvación de los judíos y en realidad habían sido los cónsules, los guardias civiles o algunas personas que se habían implicado a título individual», dice.

«Sucedía que, el mismo día que unos judíos atravesaban el Pirineo, unos eran devueltos y a otros se les permitía pasar. Dependía del guardia civil de turno. Dentro de un marco general relativamente ambiguo con la política de Franco, estaba la actitud de cada uno de tomar una postura activa a favor o en contra, o simplemente de no mirar», asegura la realizadora.

Después de que el que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, estuviera en Nueva York para hablar de la nacionalización de los sefardíes y de la deuda histórica de España con esta comunidad, Villaluenga recuerda cómo «en 1924, Primo de Rivera dio nacionalidad española a descendientes de españoles, principalmente sefardíes, y con ese papel esos judíos tuvieron más derechos que otros en la Segunda Guerra Mundial».

Apoyo a los sefardíes

Pero el documental también explora otras comunidades sefardíes en Hungría o en Grecia, pues a través de los archivos de TVE, Villaluenga pudo recuperar películas rodadas por Ángel Pulido a principios del siglo XX sobre la comunidad sefardí de Salónica.

«Esas películas empezaron a movilizar en España el apoyo a los sefardíes», asegura, una comunidad que ha mantenido «de manera increíble» su vínculo con España, y que, según Villaruenga, viven la nacionalización que el Gobierno ha impulsado ahora como «una reparación histórica, como una salvación», concluye.

Fuente: ecodiario.eleconomista.es

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2 comments

  1. Hay que puntualizar que el Régimen franquista fue claramente antisemita , promulgando y aplicando al menos dos normas antisemitas , la de paso de fronteras , de mayo de 1939 y la de depuración de los médicos , de octubre de 1939. Por ahora siguen siendo validas , pues no hay sido anuladas.
    En ambas normas participa el antisemita cuñado de Franco , el Ministro Ramón Serrano Suñer , que sigue teniendo plazas ,calles , y honores de académico en la actual España , que además tiene puesto el nombre en una de sus salas en el Congreso de los diputados , a Manuel Fraga Iribarne , que dio un pregón antisemita en 1971 en la ciudad de Zamora , con motivo de la Semana Santa.

    Creo que antes de dar la nacionalidad a los judíos sefarditas , el Estado español tiene que retirar esos homenajes a personajes antijudíos , anular las normas antisemitas , en aplicación de las leyes internacionales y retirar el nombre de Fraga Iribarne en el Parlamento español, donde supuestamente se discutirá y aprobara la ley de nacionalidad a los judíos sefarditas .

    Se imaginan aprobando la ley en la sala Manuel Fraga Iribarne, que condeno en su Pregón a culpar las penas a los descendientes de los judíos para la «eternidad «?

    Yo , desde luego , como descendiente de judíos exterminados en la Shoah , pero de nacionalidad española , no me gustaría nada.

  2. El franquismo, que no era una ideología, no fue antisemita ni racista. Durante la Segunda Guerra Mundial, Francisco Franco ordenó al Ministerio de Asuntos Exteriores que diera instrucciones a los representantes consulares de España para que protegieran de la discriminación y la expropiación a los sefardíes de los territorios que iban cayendo bajo el control de los alemanes. De resultas de esta política humanitaria salvaron la vida de 46.000 a 63.000 judíos o quizá más.

    Entre 1939 y 1941, 30.000 judíos cruzaron los Pirineos huyendo de Alemania. Se les permitió ir a España por ser un país afín.
    los sefardíes tenían la ventaja de que Primo de Rivera les había concedido conseguir la nacionalidad por carta de naturaleza. Esta fue la estructura legal en la que se apoyaron muchos miembros del cuerpo diplomático español en territorio ocupado por los nazis para defender que miles de judíos en peligro eran ciudadanos españoles. Así salvó cinco mil judíos húngaros Ángel Sanz Briz, el llamado «Ángel de Budapest», pero también otros diplomáticos españoles en Grecia o Francia.

    Sobre la ayuda a los judíos, Golda Meir, manifestó, el 10 de febrero de 1959, en el Parlamento israelí, Knesset, que “El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo”.

    Asimismo, Isser Harel, antiguo director del Shin Beth y del Mossad, declaró a El País (1989) que “Al régimen de Franco, aunque aliado de Hitler, no le complacían las violentas persecuciones antijudías.
    España dio refugio a numerosas familias judías, que huían del infierno nazi durante la Segunda Guerra Mundial. España había ido incluso más lejos: Madrid había autorizado a los cónsules españoles en Europa oriental y central a conceder pasaportes a los judíos cuyos apellidos tuviesen una identidad histórica española, como Toledano, Bejarano, Castro”.

    En 1940, fecha bien significativa, el gobierno español creó el Instituto de Estudios Judíos (Sefardíes) Benito Arias Montano y lo incluyó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como un centro de cultura e investigación extraordinario, con sedes en Madrid y Barcelona. Su revista Sefarad, que aún se mantiene, es una de las mejores que se editan en todo el mundo, en el tratamiento de los temas judíos.
    En 1968 el gobierno de Madrid entregó visados españoles a 110 judíos egipcios que habían quedado bloqueados por el gobierno de Nasser tras la Guerra de los Seis Días, internados en condiciones muy precarias, que lograron así su liberación.

    Franco estaba orgulloso de haber contribuido a proteger a los judíos y estaba muy satisfecho de ello. Durante la solemne inauguración de la Exposición Sefardita en 1960 en la Biblioteca Nacional de Madrid y ante una audiencia mayoritariamente sefardí, dijo: “Me siento orgulloso de haber podido salvar vidas judías durante la II Guerra Mundial”

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