El Museo Sefardí se encuentra ubicado en el interior de la Sinagoga de Samuel ha-Leví o como popularmente se conoce Sinagoga del Tránsito. Sin embargo, desde sus orígenes, esta sinagoga ha sido objeto de diversos vaivenes y modificaciones ofreciéndonos un apasionante testimonio de la historia de nuestro país.
El orígen de este espectacular edificio se remonta al siglo XIV, momento en que fue mandado erigir por Samuel ha-Leví, importante figura de la época, que ocupó diversos cargos de gran relevancia en la corte del rey Pedro I de Castilla, como por ejemplo, Oidor de la Audiencia, Diplomático o Tesorero real.
Con la expulsión de los judíos en 1492, los Reyes Católicos cedieron la Sinagoga a la Orden de Calatrava a cambio de algunas de sus posesiones, como fueron el Alcázar y los Palacios de Galiana con su iglesia de Santa Fe.
Dos años más tarde el edificio pasó a formar parte del Priorato de San Benito. En este momento se producen las primeras modificaciones y se emplean la zona que ocupaba la escuela rabínica y la Galería de Mujeres como hospital y asilo a los caballeros calatravos, y la Gran Sala de Oración pasa a ser templo cristiano y lugar de enterramiento, apareciendo en la documentación como Iglesia de San Benito.
Durante el siglo XVI, dejó de ser hospital y asilo para convertirse exclusivamente en iglesia. En esta época se produjeron varias modificaciones arquitectónicas, construyéndose una puerta de entrada a la sacristía, así como un arcosolio empotrado utilizado para dar culto a una imagen de la Virgen, ambos de estilo plateresco. Se adosó un retablo al cuerpo central del antiguo hejal y se colocó el altar principal sobre el primitivo suelo de la sinagoga. La antigua Galería de Mujeres se tapió y pasó a ser utilizada como vivienda. Asimismo, se colocó un entarimado de madera para el coro en el lado Oeste.
En el siglo XVII es cuando la iglesia de San Benito pasó a ser conocida vulgarmente como la del Tránsito debido al cuadro El Tránsito de la Virgen, que ornó el altar plateresco desde entonces. Este cuadro fue pintado por Juan Correa de Vivar y hoy en día se encuentra ubicado en el Museo Nacional del Prado.
En el siglo XVIII, tiene lugar cierta decadencia de las órdenes militares, lo que afectó también a la antes rica iglesia de Nuestra Señora del Tránsito que ahora aparece en la documentación simplemente como Ermita.
Posteriormente, durante las guerras napoleónicas la Sinagoga fue utilizada como barracón militar, sufriendo un continuo deterioro a lo largo de casi todo el siglo XIX, mientras continuó su uso como Ermita hasta la desamortización.
En 1877 fue declarada Monumento Nacional y desde entonces y hasta 1910 se llevaron a cabo una serie de restauraciones para paliar el mal estado del edificio.
En 1910, se confía la antigua Sinagoga al Patronato del Museo del Greco regido por el marqués de la Vega-Inclán que procede a su restauración según los criterios de la época. Así, desde 1910 a 1968, la Sinagoga estuvo bajo la protección y custodia de las Fundaciones Vega-Inclán, realizándose en los años 60 la última restauración, antes de su inauguración como Museo, en la que se hizo desaparecer la antigua sillería coral colocada en la época del Marqués, se repararon yeserías, solados, carpintería y se añadió a las paredes una tapicería en seda que imita tejidos del Monasterio de las Huelgas en Burgos.
El Museo Sefaradí
Y aquí es donde empieza la historia del Museo Sefardí, tal y como lo conocemos hoy en día, pues se creó por Decreto en 1964 con ubicación la Sinagoga de Samuel ha-Leví, edificio hispanojudío más importante de España y situado en plena judería de Toledo.
En 1968 el Museo Sefardí fue declarado “Museo Nacional de Arte Hispanojudío”, y en 1969 la Sinagoga del Tránsito se desvinculó de las Fundaciones Vega-Inclán, organismo que la había gestionado desde principios del siglo XX, comenzando su trayectoria como centro independiente.
En 1971 el museo abrió sus puertas al público y desde entonces ha sido objeto de varias mejoras, llevándose a cabo un plan de remodelación integral del edificio para adaptarlo a las necesidades museológicas actuales, así como un nuevo proyecto museológico y museográfico.
Por ello se han ido realizado obras arquitectónicas, restauraciones de las yeserías y artesonado, y excavaciones arqueológicas, con el fin de paliar la diversidad de actuaciones sufridas por el edificio a lo largo del tiempo y permitir que la Sinagoga forme parte del nuevo Museo como la principal pieza de su colección.
En la actualidad es un museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, adscrito a la Dirección General de Bellas Artes y gestionado por la Subdirección General de Museos, cuya misión principal es conservar y transmitir el legado hispanojudío y sefardí como parte fundamental de la historia de España.
Fuente: Museo Sefaradí