Tras las huellas de la judería de Alba de Tormes

Tras las huellas de la judería de Alba de Tormes

Esta callejuela es una de las de más encanto de la localidad

Alba de Tormes tuvo en la Edad Media una de las 24 juderías que se repartían por la geografía salmantina. El documento más antiguo que conocemos sobre la villa, el Fuero de Alba otorgado en 1140 por Alfonso VII, nos da la primera noticia sobre la presencia de una comunidad judía importante en la localidad ya que alude en varias ocasiones a esta población.

A partir de aquí y siguiendo el estudio que a la misma dedica M. F. García Casar en su publicación «El pasado judío de Salamanca» encontramos algunas referencias a los judíos en la documentación existente en el Archivo Municipal. Así los Libros de Cuentas de finales del siglo XIII reflejan la importancia económica de la comunidad hebrea, que tenía rango de aljama, con las cantidades con las que tributaba.

A nivel social los judíos vivían muy integrados y con buenas relaciones con los cristianos participando en algunos aspectos de la vida municipal. Su base económica engloba a la mayoría como artesanos o mercaderes: plateros, tejedores, herreros, cerrajeros, canteros, carniceros, etc. mientras entre las profesiones liberales destacan los médicos y físicos. Según el estudio antes reseñado la judería estaba situada entre la plaza mayor y la muralla medieval, en los aledaños de la iglesia de San Juan y hacia el río.

Tras la Pragmática de Catalina de Lancaster del año 1412 en que se ordena el encerramiento de los judíos, el Concejo propone 3 lugares para su agrupamiento: el lugar conocido como la Bodeguilla, junto a una de las puertas de la muralla, la puerta de Villoria; la zona en torno a la hoy desaparecida iglesia de San Martin; o la Torre Nueva, que se encontraba cerca de la iglesia de Santiago. Sin embargo no hay constancia de si dicho traslado se llevó a cabo o si continuaron en el mismo lugar hasta 1492, año en el que tras el decreto de expulsión se ven forzados a marcharse del reino de Castilla. Atestiguada documentalmente, el recuerdo de varios siglos de convivencia de esta comunidad queda hoy latente en el nomenclátor del callejero de la villa donde encontramos la «calle Juderías».

Situada en pleno centro de la localidad, como nexo que comunica la calle Sánchez Llevot con la calle Hospital, asciende esta pequeña callejuela de trazado ligeramente sinuoso. Estrecha, empinada y empedrada se accede a ella a través de un pasaje que conserva su aspecto medieval. Sobre el mismo, formado por 3 arcos rebajados con dovelas de ladrillo macizo y techumbre y vigas de madera, apoya en pasadizo volado una construcción popular perteneciente a una de las viviendas aledañas. Sin duda es esta callejuela una de las de más encanto de la localidad y que nos recuerda la presencia de una de las comunidades judías más importantes de la provincia.

Por Rosa Sánchez

Fuente: La Gaceta de Salamanca – 28.2.2017

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