Símbolo de la memoria: el reconstruido cementerio sefardí en Barranquilla

Un lugar para recordar que la ola migratoria fue muy importante para la ciudad.
El cementerio sefardí en Barranquilla renovó su espíritu memorial.Foto: Cortesía para El Espectador
El cementerio sefardí en Barranquilla renovó su espíritu memorial.
Foto: Cortesía para El Espectador
En Barranquilla un cementerio ha sido recuperado y restaurado. Las paredes ya están de color blanco, los senderos que dividen las tumbas se encuentran limpios y se puede observar encima de las lápidas, las pequeñas piedras que se colocan en lugar de flores. Ya no es lo que era antes, el sacramental, forma parte del respeto a la memoria de sus moradores y la tranquilidad de sus descendientes. La sombra cae sobre las tumbas, en algunas el mármol deja ver los nombres. Pasando un arco, se observan las sepulturas. En muchas de ellas está la Estrella de David. Es el cementerio sefardita.
“Los cementerios por lo general guardan los nombres y las historias de personas, fundadoras o no, de una comunidad determinada”, le dice a El Espectador Adelaida Sourdis Nájera, quien es reconocida por su trabajo como historiadora e investigadora, estudió Derecho y recientemente fue distinguida como miembro honorario de la Academia Colombiana de Historia. Afirma que estos sitios constituyen, debidamente interpretados, repositorios de la memoria de las personas, son monumentos y símbolos de los orígenes que recuerdan las vidas de familias y de antepasados.
Encontrar un cementerio sefardí en la ciudad no es un hecho aislado. En la capital del Atlántico se radicaron los judíos que hacían negocios y comercio desde tiempos inmemorables, me recuerda la historiadora. “El hecho de haber sido desde la antigüedad un pueblo perseguido, despojado de su territorio les obligó a moverse constantemente de un país a otro. En su dilatada diáspora se expandieron por el mundo, a América llegaron clandestinamente desde Colón y a Colombia con toda legalidad en 1823, invitados por el Libertador-presidente Simón Bolívar”.
La estrella de David se ve en la mayoría de las lápidas del cementerio sefardí.Foto: Cortesía para El Espectador
La estrella de David se ve en la mayoría de las lápidas del cementerio sefardí.
Foto: Cortesía para El Espectador

¿Por qué escogieron a Barranquilla para establecerse? “Llegaron primero a Curazao donde prosperaron y construyeron una importante comunidad, que llegó a ser en el siglo XVIII la más importante de América, de allí pasaron a Riohacha y finalmente a la pequeña villa de Barranquilla, localidad ribereña del río Magdalena, donde fueron acogidos sin mayores reservas, aunque la iglesia católica estigmatizó su presencia”.

Se asentaron y gracias a su cultura y buenos recursos económicos muchos de ellos se integraron rápidamente a la comunidad y lideraron valiosas obras benéficas para la sociedad. Tales fueron, por ejemplo, el primer acueducto, o la primera línea aérea comercial que conectó al país con el mundo: la SCADTA, luego Avianca. Dada su mentalidad capitalista, en una población atrasada y semicolonial, sus comercios y negocios fueron gran novedad e impulsaron el gran desarrollo de la ciudad”.

Sefarditas, comercio y Shaare Sedek

Es importante recordar que los judíos no tenían acceso a los cementerios católicos y antiguamente los muertos de la fe católica se sepultaban en las iglesias. Por eso se consideró crear un primer camposanto para los sefarditas.

“Abraham Senior, eminente miembro de la comunidad que se distinguía por el servicio a la sociedad, promovió en 1857 la construcción del segundo cementerio hebreo, del que tratamos hoy, en un lote donado por el Concejo Municipal. Su casa fungió como sinagoga y actuó como rabino Don Moisés de Sola”, subrayó la historiadora.

A muchas tumbas les robaron sus lápidas en época de la Segunda Guerra Mundial cuando no se importaban mármoles. “Este segundo cementerio guarda, pues, los más antiguos sepulcros de judíos fallecidos en esta sección del país”.

La ola migratoria fue muy importante para la ciudad. El portal esefarad.com señala que el acueducto de Barranquilla fue “dado al servicio en 1880 y construido gracias al impulso de Jacobo Cortizzos y Ramón B. Jimeno, asociados con miembros de la comunidad sefardí. Un buen número de inmigrantes judíos fundó el Club Social de Barranquilla. El primer banco de la ciudad: Banco de Barranquilla”.

Por Pedro Mendoza
Fuente: El Espectador | El Magazín Cultural | 8.4.2023

 

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