El 1 de diciembre de 2010 las lluvias que han afectado al Estado Falcón acabaron con una de las reliquias del judaísmo venezolano como lo era la saa de oración de los judíos de Coro, ubicada en una casa de la familia Senior en Coro.
La sala, que había sido acondicionada y refaccionada por la Asociación Israelita de Venezuela en 1996, a petición de la gobernación del Estado Falcón, (por medio del arquitecto Alberto Moryusef), era propiedad de la Universidad Experimental Francisco de Miranda, y estaba administrada por el departamento de patrimonio de esa casa de estudios.
La Fundación para la Preservación del Patrimonio Hebreo Falconiano, presidido Herman Henríquez, había advertido el estado de deterioro de la planta física de esta casa de oración, así como había expresado su preocupación por el mobiliario que estaba allí en calidad de comodato y que era propiedad de dicha fundación.
Recientemente, la Constructora Sambil, por medio del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas, refaccionó algunas de las bienhechurías del cementerio judío de Coro, como un muro exterior y el zaguán, y en estos momentos el CESC se encontraba buscando ayuda para preservar las tumbas de los que allí están enterrados.
La sala de oración de los judíos de Coro se encontró por una investigación del rabino Isidoro Aizenberg, quien tras revisar algunos documentos en los que se decía que en la casa de la familia Senior se reunían para rezar en uno de los cuartos y, siguiendo las especificaciones, se logró identificar el sitio exacto.
En la sala de oración data de mediados del siglo XIX y allí había lámparas, bancos de madera, una tebá, una mapá, un parójet y un arón hakódesh o hejal (sin rollos de la Torá), un piano que perteneció al coleccionista de arte Alberto Henríquez, una mesa, vitrinas con objetos rituales y libros. Originalmente, había un piso de arena (a la usanza de los judíos del Caribe); pero, este fue retirado hace ya un año y medio a causa de la humedad.
La casa, además de presentar filtraciones, también estaba infestada de comején (polillas o termitas).
La comunidad judía de Coro es la más antigua de Venezuela, y estuvo conformada por curazaleños de origen portugués que emigraron a Coro como parte de un proceso de emigración de la isla a distintos puertos del Caribe, incluyendo Panamá, Barranquilla, Santa Marta y Río Hacha.
Algunas de las familias más prominentes de Venezuela provienen de este núcleo judío en el Estado Falcón: Henríquez, López Fonseca, Senior, Salas, Capriles, Maduro, Correa, Curiel, entre otras.
Néstor Luis Garrido
Fuente: Centro Estudios Sefardíes Caracas