Recientemente, gracias a la amable invitación de Karen Şarhon, tuve la oportunidad de asistir a un «Enkontro de Alhad». Este evento fue un espacio de encuentro cálido, amigable y multicultural donde se reunieron hablantes de ladino y personas interesadas en aprender el idioma.
Participaron personas de todo el mundo: de Turquía, Israel, Francia, Estados Unidos, Argentina y muchos otros lugares. Todos tenían en común su amor por el ladino, su deseo de preservar este legado y su esfuerzo por tender un puente entre el pasado y el presente.
Fue muy emocionante para mí intentar hablar ladino durante la reunión. Aunque aún no dominaba el idioma, intenté aplicar lo aprendido. No dudé en cometer errores porque el ambiente allí era de apoyo y no me juzgaba. Practicar en un entorno así fue muy valioso no solo para el desarrollo del idioma, sino también para motivarme a aprender. Me impresionó mucho ver cómo el idioma fluía con naturalidad en un entorno real, con problemas cotidianos.
El trato cálido de la Sra. Karen, especialmente la amabilidad y las palabras de aliento de Tant Rachel, me infundieron mucho valor. Me alegró ver tanto apoyo en mi proceso de aprendizaje del idioma y me animó a esforzarme aún más. Esta reunión no solo me brindó un espacio de práctica, sino también un sentido de pertenencia. Me sentí parte de una gran familia dedicada a mantener vivo este idioma.
Esta experiencia me ha demostrado una vez más que el ladino sigue siendo una lengua viva y que sus hablantes se mantienen unidos con pasión, resiliencia y amor. A veces solo buscamos en fuentes escritas o estudios académicos lenguas en peligro de extinción, pero este tipo de encuentros comunitarios son uno de los recursos más valiosos que mantienen vivo el espíritu de una lengua. El futuro de la lengua reside en la unidad y la solidaridad de las comunidades que la hablan.
Me alegró mucho participar en un evento como este, que me inspiró a seguir aprendiendo este idioma con mayor intensidad. Espero que este tipo de encuentros no termine nunca y que surjan nuevas oportunidades que unan los caminos de todos los que nos dedicamos al ladino. Seguirá siendo una fuente de entusiasmo para quienes se inician, de compromiso para quienes hablan y de inspiración para quienes investigan.
En primer lugar, quisiera agradecer a Liliana Benveniste, fundadora de este programa, y a Karen Şarhon por invitarme a este hermoso entorno. También quiero expresar mi agradecimiento a todos los que participaron, hablaron, escucharon y compartieron en el evento. Fue una experiencia indescriptible ver cómo un solo idioma puede ser un puente tan fuerte.
Fuente: salom.com.tr