Recordación y Evocación de la Shoá de las comunidades sefaradíes

Foto: Alberto Ferraro
Foto: Alberto Ferraro

Itongadol.- En el Templo Chalom se llevó a cabo, la noche del miércoles 20 de agosto, el acto de Recordación y Evocación del Holocausto/Shoá, al conmemorarse el 70ª aniversario de la deportación de las comunidades judías de Rodas, Salónica y Cos, a los campos de exterminio nazi, y todas las comunidades sefaradíes masacradas por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, bajo el lema “El Legado, por siempre unidos”.

Organizado por el Centro Comunitario Chalom, la DAIA y el Museo del Holocausto de la ciudad de Buenos Aires, el acto consistió en el encendido de ocho velas de Izkor (recordación), seis en homenaje a los seis millones de judíos eliminados por los nazis y las dos restantes en homenaje a las víctimas de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA.

La primera vela la encendió el presidente del Centro Comunitario Chalom, Fabián Yohai, quien recordó que hace 70 años comenzaba la deportación de los judíos de las islas de Rodas y Cos, enviándolos a lo que los nazis denominaron la solución final y destruyendo vidas e ilusiones.

Yohai expresó: “Hace 70 años que nos seguimos preguntando dónde estaban mirando las naciones del mundo mientras se destruían sueños, proyectos, costumbres e ilusiones”.

También se refirió a la situación actual que enfrenta el Estado de Israel, en donde se intenta destruirlo atacando a su población, y recordó que el Centro Comunitario Chalom, que tiene 85 años de vida, fue fundado por judíos que llegaron desde Rodas a estas tierras y construyeron un templo con el mismo nombre que uno de los de la isla de Rodas, con la finalidad de mantener las costumbres que los identificaba y que hoy continúan sus descendientes.

La segunda vela fue encendida por Claudio Avruj, presidente del Museo del Holocausto y director general de Relaciones Institucionales en la Secretaría del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien inició: “Nos convoca hoy conmemorar los 70 años de la deportación de los judíos de las comunidades judías de Rodas, Cos y Salónica y otras comunidades sefaradíes hacia Auschwitz, para su aniquilación en manos del nazismo. Los actos de homenaje corren el riesgo de convertirse en meros rituales, que sólo se queden en la evocación de los hechos ocurridos en el pasado, si no contextualizamos con el presente”.

Avruj continuó sus palabras realizando esa contextualización que planteaba, manifestando que “tanto el discurso como la acción (de los nazis) tuvieron éxito por el desenfreno de los agresores y el silencio cómplice de las mayorías”.

“Los tiempos que nos tocan vivir, sin duda alguna, no son los mismos que la Europa de mediados del siglo pasado. Pero hoy, cuando las manifestaciones antisemitas resurgen por doquier, en la vía pública, en los medios periodísticos, en las redes sociales, en boca de partidos y líderes políticos alrededor del mundo, provocando la preocupación, la angustia y el enojo, tenemos la oportunidad para decir no”, aseguró Avruj.

Las diversas situaciones en que se puede decir no son el menoscabo del término genocidio, la negación de la historia, examinar el huso y el abuso del poder, las violaciones de los derechos humanos, el racismo, prejuicios y estereotipos y “decirle no al antisemitismo, es una toma de posición, implica asumir un férreo y activo compromiso de cada uno de nosotros, con la militancia por la vida. Uno es por lo que es, por ello es reconocido. Son tiempos que exigen participación activa, el estudio, las trasmisión, el buscar refugio en la vida comunitaria y la lectura, y fundamentalmente la valentía de contestar, de explicar y de dar testimonio”.

También, se refirió a la situación de la comunidad judía de la Argentina: “Tenemos la suerte de vivir en un país que garantiza nuestro desarrollo y nuestra vida en libertad, y somos muchos más en la sociedad argentina los que entendemos y apostamos a una vida integrada, pero no por ello debemos estar desatentos. Siento que el mejor homenaje, que hoy podemos hacer a los héroes y mártires de los campos de exterminios y de los guetos, es reafirmar nuestra memoria, haciendo saber al mundo que nada se asemeja a lo que ellos transitaron, que nuestro pueblo justamente por su pasado, jamás será un perpetrador. Que nuestra lucha no es venganza, que en nuestras convicciones están los valores de igualdad, libertad y justicia, y el bien de la paz”.

“A 70 años de la deportación de los judíos de Rodas, Cos y Salónica, el mejor homenaje en definitiva, es saber que la historia nos interpela permanentemente y que el presente nos desafía. No permitir que este homenaje quede como un mero ritual de evocación depende absolutamente de cada uno de nosotros”, concluyó Avruj.

Finalizada su alocución, junto a directivos del Museo del Holocausto hicieron la entrega al Centro Comunitario Chalom de una plaqueta conmemorativa.

La tercera vela fue encendida por quienes nacieron en las comunidades sefaradíes diezmadas por los nazis y que hoy viven en la Argentina, entre ellos Daniel Notrica, que luego de recordar la gran pérdida producida por las deportaciones expresó: “Varias generaciones pasaron desde entonces, muchos cambios políticos se sucedieron, y el Estado de Israel surgió como una meta de seguridad”. “¿Qué debemos hacer para que esa barbarie humana no se repita? No olvidar, recordar y hacer recordar. Es nuestro deber trasmitir la historia del crimen más horrendo de la humanidad. Hacer saber que lo que pasó ayer es esencial, porque sin ayer no hay mañana”.

Posteriormente, David Galante, junto a su esposa, encendió la cuarta vela y brindó un corto testimonio sobre lo vivido durante la deportación y su estada en Auschwitz. Así reafirmó su compromiso con brindar su testimonio desde hace 20 años en todo el país y a todo tipo de audiencia, aunque el más valedero para él son los jóvenes.
Un madrij a continuación leyó un mensaje destacando la labor formativa que llevan a cabo y junto con una importante cantidad de jóvenes fue el encargado de prender la quinta vela.

Daniel Lew, presidente de la Organización Sionista Argentina (OSA) prendió la sexta vela, y luego de agradecer que se le otorgara a la institución que preside el encendido de una de las luminarias de Izkor, destacó que esta recordación además de un homenaje a las víctimas es un momento para tener presente lo que está ocurriendo en la actualidad, el recrudecimiento del antisemitismo y la necesidad de apoyar a quienes están pasando momentos difíciles en el Estado de Israel.

La representante de la embajada de Israel en la Argentina, Dobrat Zylberstein, prendió la vela correspondiente al atentado a la Embajada del Estado de Israel, y Julio Schlosser, presidente de la DAIA, hizo lo propio con la correspondiente al atentado a la AMIA.

Schlosser manifestó: “El 18 de marzo de 1943, partía de Salónica el primer tren que llevaba judíos a Auschwitz. El 18 de marzo de 2013, setenta años después estuvimos ahí y escuchamos el sonido del tren al partir. En ese acto de homenaje, ese sonido replicó seis millones de veces en nuestros oídos, una vez por cada uno de nuestros hermanos muertos. El 18 de marzo de 1943, a más de 71 años, el mundo no aprendió la lección. El mundo sigue destilando su odio antisemita y calla la otra parte del mundo cuando debería gritar, debería impedir el fuego, el veneno que destilan aquellos que todavía niegan la Shoá. Tiraron abajo la embajada, tiraron abajo la AMIA y hoy le niegan al Estado de Israel el derecho a defenderse. Cuando hablan de desproporción, ¿qué es desproporción cuando un estado es agredido? ¿Que el Estado de Israel proteja a sus ciudadanos es un pecado? Pecado es poner los lanzamisiles en escuelas y hospitales, para después acusar al Estado de Israel de desproporción. Por eso, este acto es de recordación para la juventud que estuvo acá, porque la Shoá no comenzó la Noche de los Cristales, la Shoá empezó mucho antes y estemos atentos porque el fantasma del antisemitismo está presente en la sociedad de hoy, en Europa y en nuestra América Latina. Entonces, querido Galente y todos los sobrevivientes, estamos dispuestos a trabajar por la memoria todas las instituciones, para mantener vivo el recuerdo y el compromiso de preparar a las próximas generaciones para que aquello que pasaron ustedes no le vuelva a suceder a nadie. Ese es nuestro compromiso, que todos hemos asumido”.

Finalmente el rabino del Centro Comunitario Chalom, Uriel Said, se refirió al significado profundo de la recordación y el jazan Alberto Dayan rezó el Kadish de Duelo en memoria de los mártires asesinados por los nazis.

El acto fue conducido por Marcelo Benveniste y entre los presentes se contaban Mario Cohen, presidente del CIDiSeF; David Drukier y Marcelo Mann, vicepresidente y directivo de la DAIA, respectivamente; Javier Veinberg, presidente de FACCMA, y directivos del Centro Comunitario Chalom y del Museo de la Shoá.

Fuente: http://itongadol.com

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