Rafael Cansinos Assens, judío por convicción

Poeta, ensayista, novelista y políglota

A 150 años de su nacimiento, recordamos la vida y obra de quien sin nacer judío se convirtió al Judaísmo y le inoculó a su literatura el brillo del que solo son capaces los grandes artistas.

Quizá sea el siglo XXI el de la reivindicación de este hombre que proporcionó una vasta literatura sefardí, cuyo trabajo se vio afectado por el silencio que impuso en España el  régimen del militar Francisco Franco.

De la biografía
Rafael Cansinos Assens nació en Sevilla en 1882, pero es en Madrid donde comienza su carrera periodística y literaria. Perteneció al llamado Novecentismo, un movimiento estético de vanguardia en el que participaron autores de la Generación del 98 y la del 27 españolas. Es la época de las grandes tertulias literarias en el Madrid de principios de siglo, y el contexto es propicio para que trabe amistad con autores del calibre de Rubén Darío, Ramón Gómez de la Serna y Antonio y Manuel Machado. Su constante colaboración en revistas modernistas, ultraístas y dadaístas —muchas fundadas por él mismo— y sus artículos de crítica literaria tuvieron tanta receptividad que los jóvenes poetas de entonces lo consideraron un maestro.

Pero no solo los temas de vanguardia ocupaban la atención de este letrado, sino que los asuntos más arcaicos también estaban entre sus intereses. Para muestra un botón: algunos de sus antepasados eran de origen sefardí, por lo que Cansinos Assens se interesó mucho por el Judaísmo y tuvo una estrecha relación con la comunidad judía madrileña. El Judaísmo se convirtió para él en un territorio mítico, ese lugar desde donde el escritor mira el mundo, especie de trinchera donde refugiarse en épocas de crisis: en lo político, le tocó vivir el reinado de Alfonso XIII con los constantes cambios de gobierno, la “Semana Trágica” de Barcelona, la crisis de 1917, la dictadura de Primo de Rivera, la República y la Guerra Civil, entre otros acontecimientos del mismo tenor.

Después de la Guerra Civil, en la que había tomado partido por los derrotados, el régimen franquista le quitó el carnet de prensa por ser considerado judío. No hay que perder de vista que sus artículos tenían un mismo objetivo: fomentar el sentimiento judeo-sefardí en la España del momento, por lo que sus ideas no fueron bienvenidas en el nuevo régimen. Es a partir de ahí cuando lleva a cabo una de las labores más titánicas que en el campo intelectual pueda trazarse escritor alguno: traducir del árabe, hebreo, alemán, francés y ruso, las obras completas —sí, completas— de autores de la talla de Schiller, Balzac, Goethe y Dostoievski, por solo nombrar algunos, las cuales vieron luz en la mítica colección de la editorial Aguilar. En esos años oscuros también escribe unas memorias de más de mil páginas que recientemente empiezan a salir a la luz, y en las que explica detalladamente los difíciles años vividos durante el franquismo.

Uno de los elementos curiosísimos de su trabajo como traductor fue que Cansinos nunca viajó fuera de España, por lo que llegó a las lenguas a través del estudio. Murió sin conocer el mar y apenas dejó Madrid para visitar Toledo a los 81 años vida, en 1964.

Judío convertido y convencido
Muchas polémicas ha desatado la ascendencia judía de Cansinos Assens. Algunos investigadores han estudiado cuidadosamente este asunto, encontrando personajes judíos ilustres con este apellido, como el poeta Abraham Ben Jacob Cansinos del siglo XVIII. Pero el mismo Rafael Cansinos Assens menciona en su libro Las luminarias de Janucá que sus antepasados procedían de Asturias y llegaron a Sevilla acompañando la corte del rey Fernando III el Santo, convertidos ya en caballeros cristianos.

Portada de Nuevo Mundo Israelita

Para intentar esclarecer un poco el asunto, su hijo Rafael Cansinos, quien se desempeña como director de la Fundación que lleva el nombre de su padre, declaró recientemente a la prensa madrileña que “Cansinos había indagado en el origen de su primer apellido, a raíz de conversaciones que había oído en el patio de su casa cuando vivía en Sevilla, según las cuales entiende que la suya es una familia de origen morisco o judío, sefardíes que han perdido sus raíces. Cuando se traslada a Madrid, se acerca a la Biblioteca Nacional, consulta varios documentos de heráldica y descubre que en efecto su apellido es sefardí, que pertenece incluso a un linaje que sufrió persecución por parte de la Inquisición —un supuesto pariente fue al parecer ejecutado por orden del Santo Oficio— y todo esto le impulsa a tomar conciencia”.
Estos antecedentes fueron suficientes para que Cansinos dedicara a la cuestión judía numerosos textos que van desde la novela documental de la historia de los judíos en España a la interpretación de libros bíblicos. El primero que aborda esta temática es El candelabro de los siete brazos (1914), una serie de poemas en prosa ordenados según las letras del alfabeto hebreo. Le siguen España y los judíos españoles (1920) y Las bellezas del Talmud (1920), libros fundamentales para un mejor conocimiento del Judaísmo, que brindan una visión global de lo que representa el Talmud así como de lo que simboliza la literatura talmúdica.

Al año siguiente, Cansinos recopiló y tradujo del idish los Cuentos judíos contemporáneos, que contiene piezas de autores como Theodor Herzl, Israel Zangwill, Shalom Asch, Isaac L. Peretz y León Kobrin. Las luminarias de Janucá, novela de valor documental publicada en 1924, narra la campaña a favor de los judíos llevada a cabo en España en los primeros años del siglo XX.

Luego, aborda detalladamente el poema fundacional del Antiguo Testamento en sus Valores eróticos de las religiones: El amor en el Cantar de los Cantares (1930). En Los judíos en la literatura española (1937) analiza los personajes literarios judíos aparecidos en textos españoles después del edicto de expulsión de 1492. Los judíos en Sefarad (1950) constituyen veintiséis breves estampas literarias de corte realista en las que retrata lo que parecen ser arquetipos de origen judío que se reintegraron a España después de la Primera Guerra Mundial.

Estos son apenas algunos de los títulos más importantes del estudio sistemático de la cuestión judía que llevó a cabo Cansinos, sin olvidar, claro está, la obra que circuló en revistas y prensa, cuya enumeración rebasaría el espacio de estas páginas.

Fuente: Nuevo Mundo Israelita

 

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