Margarita Carmen Cansino nació en Nueva York un 17 de octubre de 1918 y fue más conocida por su nombre artístico de Rita Hayworth, fue una de las actrices más emblemáticas de la época dorada del cine estadounidense. Además de ser símbolo sexual indiscutible de la década de 1940, ocupa el puesto 19º en la lista de las grandes estrellas del Séptimo Arte.

Hija de emigrantes, su padre era el bailarín español Eduardo Cansino, natural de Castilleja de la Cuesta (provincia de Sevilla, en España), pero nacido en el seno de una familia originaria de Paradas (provincia de Sevilla), y su madre era Volga Hayworth, una bailarina de los Ziegfeld Follies, de origen irlandés e inglés. Su padre era pariente del escritor Rafael Cansinos Assens (traductor al castellano de las obras completas de Goethe, Balzac, Tolstoi y Dostoievski, entre otros), quien descubrió sus orígenes judíos sefardíes.
Rita empezó su carrera como bailarina junto a su padre, con su nombre real, a la temprana edad de 13 años.
Llegó a Hollywood en 1933 como miembro del Spanish Ballet y pudo empezar a filmar gracias a la ayuda del eximio compositor José Iturbi y a las influencias del diplomático español en Estados Unidos, Lázaro Bartolomé y López de Queralta (conocido como Lázaro Bartolomé Queralt). Desde 1935 participó como actriz en papeles secundarios, realizando muchas películas de serie B en las que sobre todo destacó por sus dotes para la danza y por su elegante aspecto. De esta etapa destaca la película Charlie Chan en Egipto (1937), de Louis King, película perteneciente a la saga dedicada al célebre detective oriental, en la que trabajó junto a Warner Oland, que encarnaba a Chan.

Fue su marido, por aquel entonces Edward Judson, quien la lanzó al estrellato, convirtiéndola en su mejor inversión personal. Judson le consiguió un contrato con Columbia Pictures, productora que necesitaba de estrellas importantes y a quien la actriz acabaría colocando entre las primeras compañías cinematográficas, reportándole a la empresa millonarios ingresos sólo con su presencia. «Rita Hayworth es la Columbia», dijo Frank Sinatra. Para entonces, Harry Cohn, magnate de la productora, se enamoró de ella. La presión y las disputas por este motivo entre la actriz y el productor, darían mucho que hablar entre los profesionales de la industria, y él estuvo toda la vida obsesionado con ella, quien no respondió nunca a sus requerimientos amorosos.
Su primer papel importante fue como actriz secundaria en la película: Sólo los ángeles tienen alas (1939), de Howard Hawks, lo que hizo que la crítica cinematográfica se empezara a fijar en ella. Ella poseía una personalidad tímida y bondadosa, que contrastaba con su fuerza y enorme impacto en la pantalla; en este film, compartió cartel con Cary Grant, Jean Arthur y Thomas Mitchell. Luego rodó una comedia junto a Brian Aherne: Una dama en cuestión (1940), de Charles Vidor.
Rita ingresó triunfante en la Twenty Century Fox (compañía que años atrás la había rechazado), reclamada por el director Rouben Mamoulian, para interpretar a Doña Sol en la superproducción basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez, Sangre y arena (1941), junto a Tyrone Power y Linda Darnell. Esta película significó su lanzamiento como sex symbol indiscutible durante toda una década. Su carrera la convirtió en una de las grandes estrellas de su época y en la actriz mejor pagada del cine.

Luego intervino en dos comedias musicales de amplio eco popular, junto a Fred Astaire: Desde aquel beso (1941), de Sidney Lamfield, y Bailando nace el amor (1942), de William A. Seiter. Estos éxitos y su talento la llevaron a protagonizar un musical ya clásico, Las modelos (1944), de Charles Vidor, junto a Gene Kelly y Phil Silvers, filme innovador en su día, al trasladar los números de baile de salón a ambientaciones callejeras. En esa época rodó The Strawberry Blonde (1941), de Raoul Walsh, junto a James Cagney y Olivia de Havilland; Mi mujer favorita (1942), de Irving Cummings una cinta de corte biográfico junto a Victor Mature y Carole Landis; y Esta noche y todas las noches (1945), de Victor Saville, un musical que fluctúa entre la comedia y el drama de tono menor, junto a Lee Bowman y Janet Blair.

Su fama como mito erótico se consolidó con Gilda (1946), de Charles Vidor, una de las grandes películas del cine negro, en la que Rita protagoniza dos escenas ya míticas: primero una sugerente interpretación musical de «Put the blame on Mame», con un striptease tan explosivo como breve (se quita un guante), y después una bofetada. Gilda, el papel más importante de su carrera, fue también el que marcó el inicio de su declive como estrella de Hollywood, ya que nunca consiguió el mismo éxito como símbolo sexual en ninguna de sus películas posteriores.
Se casó cinco veces, con Edward Judson, con Orson Welles (con quien tuvo a su hija Rebecca), con el príncipe Ali Khan (con quien tuvo a su hija Yasmín Aga Khan), con el también actor Dick Haymes y con el director James Hill.
Otros títulos destacados de su filmografía son Los amores de Carmen (1948) y La dama de Trinidad (1952), que no lograron reeditar el éxito de Gilda, pese a repetir pareja protagonista con Glenn Ford (para el escritor y cinéfilo Terenci Moix, Rita fue la mejor ‘Carmen’ del cine); Salomé (1953), de William Dieterle, recreando la historia bíblica, junto a Stewart Granger y Charles Laughton; La bella del Pacífico (1953), de Curtis Bernhardt, nueva versión de un clásico de William Somerset Maugham ya adaptado para el cine en la década de 1920; Pal Joey (1957), que fue su último musical, rotundo triunfo de la actriz en su madurez física e interpretativa, que incluye un número que ha pasado a la historia del género; Fuego escondido (1957), de Robert Parrish, junto a Robert Mitchum y Jack Lemmon; y Mesas separadas (1958), de Delbert Mann, junto a Burt Lancaster, Deborah Kerr, Wendy Hiller y David Niven.

Rita nunca fue nominada a los premios Oscar, pero asistió a la 36ª ceremonia de dichos premios, para entregar el premio a la mejor dirección en 1964, antes de que en esa década empezara a tener problemas de memoria.
A los cincuenta años empezó a enfermar de Alzheimer. Algo que, al no estar diagnosticado por aquel entonces, se confundió con el alcoholismo. Fue víctima de esta enfermedad que se le tardó veinte años en diagnosticar.
Durante la década de 1960 y principios de la de 1970 trabajó en producciones modestas, de serie B, y en algunas coproducciones europeas, mostrando su declive físico e intelectual, ya que comenzaba a mostrar síntomas de la Enfermedad de Alzheimer, que le impedía memorizar bien los guiones.
En este ínterin se retiró a Argentina unos años, más específicamente a la ciudad de Puerto Madryn, la cual le había sido recomendada por el aire marítimo y el clima patagónico. Éste se consideraba en aquellas épocas beneficioso para detener el avance de la enfermedad mental que la acosaba.
De esta última etapa destacan tres títulos: El fabuloso mundo del circo (1964) de Henry Hathaway, junto a John Wayne y Claudia Cardinale; El aventurero (1967), de Terence Young, junto a Anthony Quinn; y La ira de Dios (1972), de Ralph Nelson), que fue su última interpretación en la gran pantalla.
Rita Hayworth cayó en un semicoma en febrero de 1987. Murió unos meses más tarde, el 14 de mayo de 1987, a los 68 años de edad a causa de la enfermedad de Alzheimer en su apartamento de Manhattan.
Fuente: Wikipedia.com
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en este último dia de Sukot, me despido de todos con un efusivo
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