Para los descendientes de judíos de Mallorca, un año de grandes logros

Regina y Miguel descendientes de judíos obligados a convertirse por la Inquisición (Foto: Alex Weisler)

Carrer de Monti-Sion, o la Calle Monte Sión, ha sido testigo de logros y tragedias de la comunidad de chuetas de la isla española, los descendientes de los judíos de Mallorca que mantuvieron su judaísmo en secreto después de convertirse a la fuerza al Cristianismo, durante la Inquisición española.

Una sinagoga alguna vez ocupó el sitio donde ahora se erige la iglesia Monti-Sion, en la misma calle de un restaurante que promociona su comida de “Estilo Sefaradí”. Cuenta la leyenda que la línea larga y delgada hendida en la piedra son los dedos de los Chuetas corriendo por la misma durante siglos.

Los chuetas, que se calcula que son unos 20.000 de los 860.000 residentes de Mallorca, fueron históricamente rechazados por la mayoría católica de la isla, así como su comunidad de judíos predominantemente expatriados. Fácilmente identificables por sus apellidos, los chuetas fueron intimidados e insultados. La mayoría de la comunidad de Mallorca no quería contraer matrimonio con ellos. Y se les prohibió ingresar a la universidad.
Pero después de muchos siglos en los que fueron tratados como parias, los chuetas están teniendo un año excepcional.

En mayo, el gobierno de Mallorca emitió una disculpa oficial por la «quema de judíos» en 1691, un “auto de fe” (orden judicial) que asesinó a 37 judíos frente a un público de unas 30.000 personas. Y en septiembre, la comunidad se aseguró un fallo del rabinato israelí que indica que los chuetas que puedan comprobar su ascendencia judía – en general mediante un árbol genealógico con datos de hace cientos de años – no necesitan atravesar proceso de conversión alguno si desean retornar al judaísmo.
Estos eventos suceden después de la llegada en febrero de 2010 del primer líder espiritual para la comunidad después de siglos: el rabino Nissim Ben-Avraham, un chueta que vive en Israel y visita Mallorca cada pocas semanas.

En su conjunto, estos hechos pueden por fin facilitarle las cosas a esta tan vilipendiada comunidad para que encuentre un camino de regreso al judaísmo.

«Yo espero que estos dos hechos les demuestren a los chuetas que los tiempos realmente han cambiado y que la puerta está abierta para ellos,» dijo Michael Freund, el director ejecutivo de Shavei Israel, una organización judía con base en Jerusalén-que ayuda a los descendientes de los judíos “perdidos” a que regresen al judaísmo. «Ya no deben temer, ya no tienen que tener miedo de salir del ropero y abrazar su judeidad.»

Como muchos descendientes de los llamados cripto judíos – que fueron obligados a convertirse al Cristianismo durante la inquisición española y que mantuvieron las tradiciones en secreto — los chuetas en general se han resistido a identificarse públicamente como judíos, un legado de miedo y clandestinidad transmitida de generación en generación.
Pero a diferencia de la mayoría de los cripto judíos, muchos chuetas pueden rastrear su ascendencia genealógica que llega hasta los judíos del siglo XV, producto del rechazo de los católicos de Mallorca a casarse con ellos. Como resultado, no necesitan la conversión típicamente requerida a aquellos que no pueden establecer una clara línea de ascendencia judía, excepción codificada en la actualidad por el rabinato.

“Mallorca es un caso muy específico porque es la única parte de España donde existe una comunidad que desciende directamente de judíos, que se ha mantenido de manera diferenciada porque los demás no aceptaban casarse con ellos, hasta hace dos generaciones”, le dijo Diego de Ojeda, director del la agencia de gobierno española Casa Sefarad-Israel, a Catholic World News en mayo.

Miquel Segura, un ex periodista que retornó al judaísmo en una ceremonia en Nueva York en 2009, recuerda la discriminación sufrida en su infancia, cuando parecía que su condición chueta solo servía para empequeñecer su mundo.
«En mi generación, nacer en una familia chueta, era el factor determinante de tu vida,» dijo Segura. «No podías olvidarte de la cuestión. En la sociedad de la década del ’50 y del ‘60, ese tema era fundamental.»

Desde entonces hasta ahora, la dura discriminación contra los chuetas – cuyo nombre mismo se cree deriva de la palabra catalana “puerco” – de alguna manera se ha relajado. Pero Regina Forteza, de 21 años, una estudiante de educación social que luce con orgullo la Estrella de David de su abuela, dice que la discriminación simplemente ha tomado un nuevo cariz, centrándose menos en la cultura chueta y más en el sentimiento anti-israelí.

«Es mi identidad, y no me asusta,» dijo Forteza. «Mi madre y mi padre dicen que cuando voy por la calle, me estoy exponiendo al peligro. Y yo les digo que si uso una Estrella de David, y alguien quiere pegarme, que me pegue.»

La familia de Forteza era exteriormente católica, a pesar de que ambos abuelos usaban collares con la Estrella de David. Su abuelo usaba kipa en la casa. Y si bien no fue criada de manera religiosa, ella ha adoptado una identidad cultural judía en los últimos años, como modo de acercarse más a su abuleo, que falleció cuando ella tenía 10 años.
«Siento que esta identidad está en mi sangre,» dijo. «No creo en dios, pero me siento judía.»

Como atea, Forteza no ve razón para retornar formalmente al judaísmo. En total, sólo unos 12 Chuetas han aplicado para emigrar, potencialmente a Israel, a pesar de la facilidad comparativa con la que cuentan en su condición de judíos. Pero la aliah no parece ser muy atractiva para la mayoría de los Chuetas, ínclusive para aquellos que han retornado al judaísmo.

«Formamos parte del pueblo de Mallorca,” dijo Segura . “Amo a Israel, pero pertenezco a Mallorca».

Para muchos Chuetas, recuperar su judaísmo no se trata tanto de la observancia religiosa sino de apropiarse de su identidad Chueta, dice Freund. Pueden estar interesados en eventos organizados por Shavei Israel o en aprender más acerca del judaísmo en redimir la identidad chueta para que ya no sea funte de vergüenza, pero en general no implica vivir como judíos.

Sin embargo, Freund permanece impávido. La existencia misma de los chuetas, dice, es una dura reprimenda a la Inquisición.

«El hecho de que veamos algunos chuetas volviendo a formar parte del pueblo judío después de todos estos años significa que la Inquisición no triunfó”, dijo. “A pesar de sus efuerzos y su brutalidad, fracasó absolutamente en su intento de destrucción del espíritu judío de Palma de Mallorca” (JTA)

Traducido por Myriam Boclin

Fuente: Jai.com.ar

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