
Entrevista a Paloma Díaz-More
“Una de las principales características de la cultura sefardí es que es internacional, es decir, está extendida por diferentes países” .
“Ahora creo que los países con más sefardíes son Israel, México, Estados Unidos, Argentina y Francia. La mayoría de los judíos que viven actualmente en España también son de origen sefardí” .
Sin duda, Paloma Díaz-Más es, a sus 70 años, una de las mayores expertas en el mundo sefardí. Es, además, escritora, profesora universitaria e investigadora, miembro de la Real Academia Española. Su obra Los sefardíes: historia, lengua, cultura , que fue finalista del Premio Nacional de Ensayo de España en 1986, es ya un clásico y un libro de lectura obligada si queremos adentrarnos en el legado de lo que los sefardíes han supuesto para nuestro país y, me atrevería a decir, para el mundo.
por Ricardo Angoso
RA: ¿Crees que la cultura sefardí sigue viva, presente en el mundo y con proyección hacia el futuro?
PS: Depende de lo que se entienda por cultura sefardí. En el aspecto religioso, existe una tradición sefardí, con una liturgia y una tradición rabínica específicas, diferentes a las de otras ramas del judaísmo. Esta religiosidad sefardí sigue viva, ya que hay sinagogas sefardíes en diferentes partes del mundo y hay rabinos sefardíes.
Desde el punto de vista lingüístico y literario, lo cierto es que el judeoespañol (llamado ladino en Israel) es una lengua en peligro de extinción, aunque hay intentos de revitalizarla.
Y luego está la cuestión de la identidad. Seguirá habiendo cultura sefardí mientras haya personas de origen sefardí que se identifiquen con esos orígenes y con esa tradición.
RA: ¿El ladino acabará desapareciendo?
PD: Hace unos años habría respondido que sí, pero ahora no estoy tan seguro.
Lo cierto es que el judeoespañol empezó a decaer en la segunda mitad del siglo XIX, con el proceso de occidentalización de los sefardíes en Turquía, los Balcanes y el norte de África. Luego, con la independencia de los estados balcánicos, los sefardíes adoptaron las lenguas nacionales, como el resto de sus conciudadanos, y el judeoespañol quedó relegado al ámbito doméstico, como lengua familiar. Y con la emigración a otros países, los sefardíes adoptaron las lenguas de sus países de asentamiento. Así que en el siglo XX era muy frecuente encontrar familias en las que los abuelos hablaban judeoespañol, los padres lo entendían, y los nietos ni siquiera lo sabían
Sin embargo, en el siglo XXI estamos viviendo una revitalización del judeoespañol a través de un medio inesperado: Internet, donde se ha creado una comunidad internacional de hablantes que interactúan en judeoespañol a través de recursos informáticos (redes sociales, blogs, reuniones de Zoom, páginas web, retransmisiones de YouTube) desde distintos países del mundo. La mayoría de los participantes no hablan judeoespañol en su vida cotidiana, pero se reúnen para hablar su lengua o escribir en ella en Internet. Y a esta comunidad se suman personas de otros orígenes, como, por ejemplo, españoles no judíos o estadounidenses interesados en la lengua sefardí.
RA: ¿Crees que España prestó suficiente atención a su pasado y a su legado judío?
PS: Tradicionalmente no, aunque desde el siglo XIX ha habido intelectuales que se han interesado por ese pasado o hebraístas que han estudiado la literatura hebrea medieval creada en la Península Ibérica.
A nivel institucional, creo que hubo un punto de inflexión en 1992, con la conmemoración del V Centenario, que incluyó una serie de actividades (exposiciones, conferencias, cursos, etc.) sobre la expulsión de los judíos y la diáspora sefardí. Estas actividades tuvieron repercusión en la prensa y contribuyeron también a difundir el legado judío entre la población.
En las últimas décadas hemos visto cómo desde diversos estamentos gubernamentales (estatales, regionales y locales) se han promovido iniciativas como la recuperación de juderías y la creación de centros de interpretación en distintas ciudades, cursos, ciclos de conferencias, exposiciones… Se trata de actividades frecuentes, aunque no permanentes, más bien aisladas y asistemáticas. Lo que sin duda falta es una atención a la importancia del legado judío en la educación, especialmente en secundaria y bachillerato, que contribuya a que los jóvenes conozcan y valoren este legado.
RA: ¿Por qué el mundo sefardí ha estado siempre tan desconectado de España y ha recibido tan poca atención?
PS: En primer lugar, porque los judíos fueron expulsados de España y no se les permitió regresar. Esto provocó la formación de comunidades sefardíes en muchos países (sobre todo en el Imperio Otomano y el norte de África) que se desarrollaron a lo largo de los siglos sin ninguna relación estrecha con la península Ibérica, aunque sabemos que hubo algunos contactos más o menos informales o clandestinos a través de españoles y portugueses conversos.
Cabe recordar que la Inquisición estuvo activa hasta 1820; en el siglo XVI se sabe que más de 1500 personas fueron juzgadas por judaizantes en España. La situación no era, por tanto, propicia para los contactos.
RA: ¿Dónde están hoy los principales centros de cultura sefardí en el mundo?
PS: Una de las principales características de la cultura sefardí es que es internacional, es decir, está extendida por diferentes países.
Las comunidades tradicionales se disolvieron por los acontecimientos históricos del siglo XX, y especialmente tras el Holocausto, de modo que hoy los sefardíes están distribuidos en numerosos lugares, sobre todo en Israel, Europa y toda América (desde Canadá hasta Argentina, incluidas las islas del Caribe). Es significativo que, tras el decreto de 2015 de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes, se presentaran solicitudes de personas de origen sefardí procedentes de más de 200 países.
PD: Cabe señalar que la mayoría de los intelectuales y líderes políticos que crearon el Estado de Israel eran de origen asquenazí. En las primeras décadas de la existencia de Israel, muchos judíos de otros orígenes (no sólo sefardíes, sino también mizrajíes o judíos orientales) se sintieron excluidos del proceso de toma de decisiones. Esto ha cambiado con el tiempo, en parte porque en Israel son comunes las familias mixtas con judíos de diferentes orígenes.
Por otro lado, Israel es un Estado nacional que aspira a que sus ciudadanos tengan una lengua común, el hebreo (aunque el árabe es lengua oficial), y no está tan interesado en promover el uso de las lenguas de los diferentes grupos que componen la población; a nivel oficial no se fomenta el uso del judeoespañol, así como tampoco se fomenta el uso del ruso, a pesar de que en Israel hay mucha más población de origen ruso que sefardí.
En Israel, las iniciativas para preservar el judeoespañol provienen actualmente principalmente de centros universitarios donde se han implementado estudios sefardíes y de comunidades de hablantes que tienen una actitud activista hacia la preservación de su lengua.
RA: ¿Cuáles son las principales iniciativas que se han llevado a cabo en España para conocer mejor el mundo sefardí?
PS: Me gustaría destacar tres.
Ya en 1941 (fecha muy complicada, en pleno primer franquismo y mientras el nazismo campaba a sus anchas por Europa) se creó en el seno del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) un instituto de investigación llamado “Benito Arias Montano” (en memoria del gran estudioso bíblico del siglo XX), dedicado a los estudios hebreos y sefardíes y que comenzó a editar la revista Sefarad, que todavía hoy se sigue publicando más de ochenta años después. Surgió en el CSIC un grupo de investigadores sobre lengua y literatura sefardíes, en el que yo mismo me formé y que todavía existe.

Another step was the activities around the commemoration of the fifth centenary of the expulsion of the Jews, in 1992, which I have already mentioned.
And in 2006, the creation of the Sefarad-Israel Center, dependent on the Ministry of Foreign Affairs, to promote relations with the Jewish and Sephardic world.
Apart from that, in various universities (especially Granada, the Complutense University and Salamanca) there are regular courses on Hebrew and Sephardic studies.
RA: Is there still a Sephardic literature? Who are its main authors?
PS: The The existence of a Sephardic literature is a generational issue. Authors whose mother tongue is Judeo-Spanish are almost all older, 70, 80 years old or more; among them there are some female poets and it is significant that the most cultivated is poetry (a more intimate and personal genre) and not novels or plays, which require a wider audience. But in this international community of Internet speakers new authors are emerging, who most often publish on the net.
RA: In which parts of Spain has the Sephardic legacy been preserved?
P.S.: In all of them. The stereotype that the main Jewish communities were in Al-Andalus is widespread, but that is only true until the 1492th century. Then, with the Almohad invasion, a good part of the Andalusian Jews emigrated and from the XNUMXth century until the expulsion in XNUMX the main Jewish communities were in the Christian kingdoms.
You only have to walk through the old quarters of many towns and cities in Castile, Extremadura, Andalusia, Aragon, Galicia, Catalonia, Valencia or the Balearic Islands to find remains of what was once the Jewish quarter. And often these quarters are now well signposted and restored to preserve its memory.
RA: Where are the main Sephardic communities in the world?
P.S.: Until the beginning of the 20th century, most Sephardim were in Turkey, in the city of Salonika, or in places in Morocco such as Tangier or Tetouan. But now I think that the countries with the most Sephardim are Israel, Mexico, the United States, Argentina, and France. Most of the Jews currently living in Spain are also of Sephardic origin.
Although it is difficult to know how many Sephardim there are in each place because there are no statistics and the Sephardim are also very mixed with Jews of other origins and with the general population.
Fuente: Aurora | 22.2.2025