El rey Mohamed VI de Marruecos ordenó, a petición de la comunidad judía de Marrakech, que se restituyan en la judería de la ciudad los nombres de calles y plazas que tienen que ver con el patrimonio hebreo de esta ciudad.
El monarca, que se encuentra desde hace varios días en Marrakech, donde ha presentado varios proyectos de restauración del patrimonio histórico de la ciudad, accedió a devolver el nombre del “Mellah”, como se conocen en Marruecos las juderías, al barrio que desde hace veinte años cambió su nombre por Hay Esalam.
Pero además del nombre del barrio mismo, todas sus calles, plazas y adarves que llevaran nombres de personalidades judías o relacionados con el patrimonio judío también recuperarán esos antiguos nombres “para preservar la memoria histórica de esos lugares”, según el ministerio del Interior.
El monarca pretende así “salvaguardar el patrimonio de las civilizaciones del reino, así como el patrimonio cultural del conjunto de componentes de la sociedad marroquí”.
El rey de Marruecos ha sido históricamente el protector de la minoría judía, que hace setenta años rondaba las 300 mil personas y hoy ha quedado reducida a menos de dos mil.
Pese a que la población judía en Marrakech, Fez o Rabat ya es casi testimonial, su patrimonio (en forma de sinagogas, escuelas o cementerios) es muy abundante en casi todas las ciudades importantes del país y aun en muchos pueblos pequeños, y atrae cada año a decenas de miles de visitantes judíos llegados de todo el mundo. EFE
Fuente: Aurora