
Emotivamente ovacionado fue el concierto de música sefardí ofrecido por la cantante española Julia León en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de La Habana, a donde viajó, además, para impartir un curso sobre Constelaciones Familiares Sistémicas.
León viene a Cuba casi todos los años, “para respirar otro tipo de aire, aunque sea por un rato. Son ya mi familia, alimento del alma…”, enfatizó.
Sobre el tipo de música que ella cultiva, agradecido por el público que colmó la sala del MNBA, la también psicóloga expresó a Trabajadores que “Sefarad es el nombre de la Península Ibérica en hebreo. La música sefardí –que no es un género – está conformada por las canciones de los judíos españoles expulsados de su tierra por Decreto Real en 1492. Se instalaron en los países de las vertientes norte y sur del Mediterráneo, desde Marruecos hasta Bulgaria, Grecia, Turquía, Oriente Medio e incluso la India, donde sus canciones ganaron riqueza rítmica e instrumental. Siglos después algunos dieron el salto a las Américas”.
Estas bellísimas melodías del romancero judeo-español, enriquecidas a través del picaresco estilo de León, son prácticamente desconocidas en nuestro país. Constituyen, afirmó, “un fenómeno muy especial. Pasados 500 años, estas comunidades han conservado la lengua y costumbres de sus antepasados. Este legado nos aporta canciones exóticas y cercanas, las cuales representan la esencia fusionada de las culturas del Mediterráneo, oriente y occidente, avaladas por el filtro del paso de los siglos”.
Explicó, asimismo, que esta herencia cultural fue “descubierta por un discípulo de Menéndez Pidal* durante un viaje por Turquía, donde encontró personas que hablaban en castellano arcaico. No entendía qué hacía allí un español que parecía turco y hablaba un español que recordaba a Cervantes y Lope de Vega. Soy privilegiada al tener la posibilidad de adentrarme en esta cultura, la cual disfruto con mis sentimientos y me ha aportado una belleza estética de la que no he podido escapar. Tuve la suerte de ofrecérsela a ustedes”.
Esta sensible mujer ha puesto desvelo y amor en su incansable labor de recopilación, investigación y rescate, tanto de folclore castellano como sefardí, cuyos resultados fueron declarados, en el año 2010, Patrimonio Cultural de España.
En tal empresa ha influido su ascendencia de una reconocida estirpe de folcloristas. “La música ha formado siempre parte de mi vida. El apodo de mi familia es Los Juglares. Así se les conocía a mi abuela, sus hermanos y otros antepasados. Comencé en la década de los 60 en la canción protesta, como parte del movimiento de resistencia antifranquista. Además de mis composiciones, musicalicé poemas de autores que en ese momento era necesario reivindicar porque estaban en el olvido. También redimí nuestra herencia de música popular, que los jóvenes rechazaban identificando lo nuestro como lo antiguo y lo que venía de fuera, en especial de Estados Unidos, como lo moderno”, exaltó.
“Después —agregó— me adentré en la poesía del Siglo de Oro: Garcilaso, Góngora, Quevedo, Cervantes, Sor Juana Inés… que me entusiasman por su sentido crítico y por lo que representan para la cultura hispana; y en la poesía vasca de los siglos XVI y XVII; hasta llegar al fenómeno de la música sefardí en el que llevo más de 20 años, en tanto continúo haciendo mis propias composiciones.
* Ramón Menéndez Pidal (La Coruña, 1869–Madrid, 1968). Filólogo, historiador, folclorista y medievalista español.
por Jorge Rivas
Fuente: Trabajadores (Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba) publicado el 4 mayo, 2014 • 18:45