La ciudad autónoma culmina con éxito su adhesión a ‘Caminos de Sefarad’ tras una defensa técnica en Madrid encabezada por la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, que reivindica a Melilla como una judería viva con patrimonio material e inmaterial único en España
La consejera explicó que la clave reside en que Melilla posee una “judería viva”, un concepto que fue central en la defensa ante la Asamblea. A diferencia de otros enclaves donde la presencia judía forma parte exclusivamente del pasado, en Melilla existe una continuidad histórica, social, religiosa y cultural que se mantiene hasta la actualidad.
Esta realidad viva, según se expuso, dota a la ciudad de un valor patrimonial singular, donde el legado sefardí no se limita a vestigios arqueológicos o urbanos, sino que se expresa en la vida cotidiana, la liturgia, la lengua, las tradiciones y la estructura social de la comunidad judía melillense.
Melilla como camino de regreso a Sefarad
Otro de los ejes fundamentales de la defensa fue el papel de Melilla como “camino de vuelta a Sefarad”. Mohatar explicó que, tras la expulsión de 1492, numerosos judíos sefardíes se establecieron en el norte de África y que, siglos después, el retorno al territorio español se produjo en gran medida a través de Melilla.
La ciudad se convirtió así en una puerta de entrada al reencuentro con Sefarad, un proceso histórico respaldado por testimonios documentales, patrimoniales y orales. “Ese camino de vuelta se hizo a través de Melilla”, afirmó la consejera, subrayando que esta circunstancia confiere a la ciudad un significado simbólico de primer orden dentro de la historia sefardí.
Este argumento permitió situar a Melilla no solo como un lugar de asentamiento, sino como un espacio de tránsito, retorno y reconstrucción identitaria, una función histórica que la Red de Juderías valoró de manera especialmente positiva.
Patrimonio material e inmaterial de la comunidad judía melillense
Durante la exposición ante la Asamblea, Melilla presentó un amplio inventario de su patrimonio judío, tanto material como inmaterial. La consejera recordó que la ciudad alberga el primer barrio judío en territorio español tras el retorno sefardí, así como la primera sinagoga y el primer colegio judío en este contexto histórico.
A ello se suma un patrimonio inmaterial de gran riqueza: la conservación de la liturgia, el uso de la lengua, las tradiciones familiares, la vida comunitaria y la pervivencia de prácticas culturales transmitidas de generación en generación. “Tenemos todos los sitios, todos los testimonios y toda la evidencia patrimonial, material e inmaterial”, recalcó Mohatar.
Este conjunto de elementos permitió demostrar que Melilla no solo conserva memoria, sino también vida, continuidad y transmisión cultural, aspectos cada vez más valorados en las políticas contemporáneas de protección del patrimonio.
El respaldo de la Red de Juderías Caminos de Sefarad
La consejera quiso destacar el apoyo recibido por parte de la directiva de la Red de Juderías y de las personas que defendieron activamente la incorporación de Melilla. Según explicó, la candidatura fue acogida con interés y respeto, reconociendo el valor añadido que la ciudad aporta al conjunto de la red.
“Estamos muy agradecidos por el trabajo de apoyo que ha habido desde la propia red”, afirmó Mohatar, quien subrayó que el proceso no se limitó a una evaluación técnica, sino que se desarrolló en un clima de diálogo y comprensión de la singularidad melillense.
Este respaldo ha sido clave para culminar con éxito una adhesión que, según el Gobierno local, refuerza el posicionamiento de Melilla dentro del mapa cultural y patrimonial de España.
Nuevos compromisos y adaptación a los estándares de la red
Con la incorporación ya formalizada, Melilla inicia ahora una nueva fase marcada por la adaptación a los requisitos propios de Caminos de Sefarad. Entre ellos, destaca la implantación de una señalética específica que identifique los espacios vinculados al legado judío y su integración en los itinerarios oficiales de la red.
La consejera explicó que estos pasos se irán dando de forma progresiva, cumpliendo con los estándares establecidos y reforzando la visibilidad del patrimonio sefardí en la ciudad. “Ahora se abre un camino para adaptarnos a esas señalétricas y a una serie de requisitos”, indicó.
Este proceso permitirá mejorar la difusión cultural, reforzar el turismo patrimonial y consolidar a Melilla como un enclave de referencia dentro de la red.Durante la defensa final de la candidatura, Melilla quiso trasladar una idea clara: la incorporación no solo beneficiaría a la ciudad, sino también a la propia Red de Juderías. Mohatar recordó que se expresó la convicción de que Melilla iba a crecer formando parte de la red, pero también que la red se vería enriquecida con la incorporación de una ciudad con una judería viva y una historia singular.
En definitiva, Melilla abre una nueva etapa en su legado sefardí, tanto a nivel nacional como internacional.
Fuente: El Faro de Melilla | 15.12.2025
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