Los Testigos (Cozzas de Judíos 5)
¿Quién de vozotros no conoce a esos toppidos que se llaman “testigos (za ´amá), de Adonai” (yo no´nmento el nombre que ellos dizen). Cuando una mira por el ojjito de la puerta a dos personas que paresen desentes, una abre, porque es educada. Siempre creemos que serán algunos de esos misvoteros que se dedican a pedir de puerta en puerta una ayudita pá los desmazalados. Ya todos sabemos que awera, está muncha pobrezza y muncho mal. Cuando abrí, se prezentó una pareja de sharfos, con las caras como la luna, sonrientes los dos … ¡y ahí se me pegaron! Wua ya no supi que hazer pá que se fueran. ¡Ah immá, como quebran la cabesa…!
La semana pasada vinieron otros, ésta ves dos mujeres y por más que revolví, no fue posible mandarlas. Esta ves lo mismo ¿A má podía tirarlos la puerta en la cara? Lo mire el Dió y se apiade. A la final, cansada de estar en pie, no tuví más remedio que dezirlos que´ntraran. La verdad, yo´staba quebrada y quería sentarme, ma como no había fin de que se feran los dishi que pasaran. Eran dos, la mujjer y el marido. Ella, cayadita no dishó ni pío, y él, un portugués sharfo, desde que abrió la boca no paró de hablar un español tan tortushado… que wualu… ¡no l´entendí nada!
El sagén, más qué enlevado leyendo, no había fin de que cayara. Hhhad para mal, no paraba de sitar passuks de su Torá, ande todo lo´scribieron tuerto. ¡Un pezgooo…!Weeen chooorro. A mí no me deshó meter ni una palabra. La otra la amarga, gher seca, ma con una cara de bohalíaaa… como si el marido fera el Dio. Wua la verdad, me cansí de oyyer.
Medio genneada, le saquí “muestra Torah” y le meldí todo lo que él me disho… tal como es, no como esa wayya que ellos escribieron en la qu´enmentan “La Santa Biblia”, ande las cozzas las contan a su manera, todo tuerto. Parese que lo que oyeron los gustó, y haaad me hasleí más que denantes. ¡S´afincaron en el sión y ya no querían irsen! Awera la mujjer, no paraba de preguntar y él… ¡Amargooo! No hallaba ande meterse. No hazía más que leer en su libro a Yeshayahu y a Yehezquel, ande todo estaba jardueado y arreglado a su manera
¿Y quién le oía…? Su padre, porque lo que era la amarga de ella, lo que hazía era preguntarme a mí y yo… la contestaba, pero al marido…¡Ni cazzo!… ¡Una arreboltina preta! Menos mal que sonó el teléfono… y me salví. Hhad pudí sacarlos. Wua eso no´stodo, porque antes de irsen, el quitado me prometió que dentro de dos semanas, iban a bolver … pa´ convenserme de que “lo suyo” era más verdadero que lo mío. ¡Ainó…, no le quede amo!
GLOSARIO
Toppido: terco.
Sharfo: viejo, anciano
Za ´amá: es decir
Misvoteros: caritativos en este caso
Desmazalado: desgraciado
Weeen: que, cuán
Awera: ahora
Ah immá : Ay mamá
Jammeí: pensé
Sagén: tipo
Tortushado: enrevesado, torcido
Enlevado: entusiasmado, hechizado
Passuks: versículos
Pezgo: fastidioso, pesado
Weeen chorro: que, o vaya chorro
Had: entonces
Hasleí: atasqué
Bohalía: bobalicona, tonta
Gennear: enfadar
Arreboltina preta: revoltijo negro
Gher: solamente
Ainó: como no
Sara Fereres de Moryoussef. Diciembre 2004.
Fuente: Raque Fhima
SARA FERERES DE MORYOUSSEF escribió el delicioso libro «Larache, crónica nostálgica». También es una autora de relatos y cuentos desde los que da una visión muy curiosa de Larache, su forma de describirla, de rememorarla, de recordarla…
Especialmente porque utiliza el jaquetía o haketía como lengua vehicular, y eso le da un valor especial a estos relatos, pues a su memoria privilegiada, que le hace reproducir hechos y escenas de hace tantos años, une el recuperar ese habla tan característica de los hebreos de Larache y de Tánger.
En fin, son una especia de relicario que hemos de preservar como otro de los patrimonios culturales de Larache.