Los pogromos antijudíos de Valencia en 1391 por Marisol Chévez Hidalgo Licenciada en filosofía Universidad de Costa Rica

Dentro de la historia del Reino de Valencia en España, existe un episodio muy triste; el cual relata la sangrienta matanza de judíos sefarditas en el año de 1391, como uno de los peores pogromos en contra del pueblo hebreo, atestiguado por los escribanos de aquella época, en las cartas enviadas a los señores Juan I y a los delegados de la ciudad, Ramón Soler y Marrades de la Corte Real, misma que se encontraba ubicada en Barcelona en aquel tiempo y que da fe de los referidos hechos, donde se acabó con la vida de una próspera comunidad seguidora de la Ley Mosaica .

De esta forma, se describen una serie de hechos muy oscuros, recopilados en su mayoría por el escribano municipal en el manual del Consell, además de las misivas dirigidas al Duque de Montblanch, las cuales relatan lo ocurrido el día domingo 9 de julio de 1391.

Así, estos hechos se hacen evidentes en los documentos que relatan esta historia de intolerancia, terror y muerte, donde un grupo conformado por alrededor de unos 50 jóvenes y también adultos, empezaron a gritar improperios en contra de los judíos sefarditas valencianos, vociferando que o se convertían al cristianismo o morirían ahí mismo, todo lo anterior ocurrió al entrar por la puerta denominada “Les Figueres”, en lo que se conoce hoy, como la calle Mar en los alrededores de la actual plaza de la Reina.

La multitud amenazaba que pronto llegarían autoridades del Obispado de Valencia, para perseguir a los hebreos que no quisieran convertirse, sin que ningún representante de la fuerza de vigilancia interviniera, sumándose a la algarabía una serie de vagabundos y alistados a galeras, junto con alcahuetes que pregonaban que el arcipreste de Sibiglia, estaba en camino para bautizar a todos los sefarditas, radicados en esa judería valenciana.

Lo anterior, quedo consignado en los informes que luego recibiría el Rey el catorce de julio de ese año. Por su parte el Infante Martín, quien se encontraba hospedado en el Palacio Real, fue informado de la revuelta, ordenando a un conjunto de sus tropas, disolver a los amotinados que para ese entonces, se encontraban armados con cuchillos y machetes. 

Sin embargo, debido a la gran furia que expresaba el pueblo contra los judíos y por un temor más que fundado, los hebreos valencianos no quisieron abrir las puertas de “Les Figueres”. Culminando el caos imperante en una serie de hechos, atizados por los mismos frailes, escuderos, artesanos y hombres de linaje, quienes en ese momento, saldarían sus deudas económicas, asesinando y quemando a sus prestamistas judíos que para ese entonces, por orden expresa de la misma Corona española, eran los encargados de administrar todo tipo de finanzas en esa ciudad.

Esto fue relatado por el abogado Pere de Luca, judío converso y delegado para la toma de declaraciones, quien expuso que una de la víctimas cerró la puerta de su casa y tres horas después, más de veinte hombres todos ellos armados con cuchillos y espadas, derribaron la misma, llevándose una pequeña caja de marfil en donde se encontraban los albaranes que eran las cartas de deudas, valorados en más de 30.000 florines de oro.

Por otra parte, también se describe que Lisa, esposa de Isaac Lobin, fue violada en la revuelta, iniciándose así una masacre y saqueo masivo en cada una de las viviendas, comercios y sinagogas. A su vez, cuando los sefarditas pedían auxilio a sus vecinos, estos les apedreaban y golpeaban con maderos y ni siquiera la propia Corona, junto a las tropas acompañadas en el Grao o en el Consell de Valencia, lograron impedir la matanza aquel día oscuro de julio. 

Este pogromo, no tuvo castigo concreto, debido a que años después los verdaderos culpables y asesinos de la judería, no fueron encarcelados, solo un puñado conformado por 20 detenidos, respondieron por los crímenes de más de 231 judíos. Porque al fin de cuentas, solo se impartió justicia a cinco de los detenidos, quedando el resto en libertad. 

Incluso el propio Rey, escribe a su hermano Jaime de Aragón, quien era en esa época el Obispo de Valencia, para que éste no se inmiscuya en los procesos judiciales, abiertos contra los asesinos de los judíos, para luego aprovecharse y transformar a la Sinagoga Mayor en la nueva iglesia de San Cristóbal, dejando este hecho casi oculto en la historia valenciana…

(Especial para la Revista eSefarad de Argentina.)
Agosto 2019.

Marisol Chévez Hidalgo
Licenciada en Filosofía
Universidad de Costa Rica

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2 comments

  1. Sergio Estrada Paiz

    Para la gran familia Paiz internacional, siendo que somos descendientes de sefardíes llegados del Fregenal Badajoz Extremadura España, nos parece muy interesantes los documentales sefarditas.

  2. Muchas gracias Sergio.
    La diáspora Sefardita tiene muchas aristas. Por ello, es muy importante conocerlas.
    Shabat Shalom.
    Marisol Chévez.

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