"Los judíos crearon internet"

Sebastián de la Obra
Sebastián de la Obra

Asegura que en esta ciudad «es mejor estar callado» y critica a aquellos que les ridiculizaron durante el acto que se celebró en defensa de los moriscos, simplemente, por el hecho de ir vestidos de blanco.

Ha convertido su vida en un ejercicio de la memoria. El director de la Casa Sefarad, Sebastián de la Obra, defiende la cultura judía y critica a la Alianza de Civilizaciones.

-¿Cuántos judíos viven en Córdoba?

-Unas 15 ó 20 personas; unos viven desde hace tiempo y otras son gente pasajera, que no se identifican porque eso forma parte de una larga tradición.

-¿Se puede hablar de su herencia sefardí?

-No soy ninguna herencia de nada. He hecho una apuesta por hacer visible una memoria, pero soy una persona absolutamente laica. Los dioses únicos nunca me han gustado y creo que son absolutamente celosos y harían lo imposible porque no existiera otro. Mi cercanía, mi adopción, mi enamoramiento de la tradición judeoespañola es una elección, pero no una creencia.

-Se habla del culto musulmán en la Mezquita. ¿No puede reivindicarse de paso alguna capilla para hacer de ella una sinagoga?

-No. La sinagoga nunca ha sido un templo y es, en su etimología el lugar de encuentro y de reunión. Se hacen transacciones comerciales, se lee, se duerme, se discute y supongo que esas cosas, aunque se hagan en la Mezquita-Catedral, no es lo oficial, por tanto no habría hueco allí para la sinagoga. Recuerdo a las abuelas decir que iban a misa de ocho a la Mezquita y no pasaba nada; hoy eso es imposible en esta ciudad.

-¿Usted sabe algo de la conspiración judeomasónica?

-Sí, que internet lo crearon los judíos. El concepto de red es un concepto de diáspora. La diáspora histórica es la judía, una red de todo tipo de cosas, bondadosas y nefastas, de autoayuda en circunstancias excepcionales o nefastas. Como los últimos 2.000 años las circunstancias han sido excepcionales, la red, lo que se entiende ahora por ella, la montaron los judíos.

-¿O sea que Franco tenía razón?

-Franco siempre tenía razón en casi todo.

-¿Qué es eso de la Alianza de Civilizaciones?

-Es un programa gubernamental para desarrollar un programa político y no creo en ella porque consiste fundamentalmente en comer y beber, aunque con gente diferente. Conozco gente radical en su forma de expresarse y en su pensamiento que serían incapaz de ningún acto de agresión y también conozco gente moderada, que se expresa muy bien y, que en un momento determinado firmarían una sentencia de muerte. Por ejemplo, el otro día la reivindicación que hicimos a favor de los moriscos junto a la Mezquita, un acto pacífico realizado por un grupo de gente donde se mostró la diversidad de colores de gente de otros orígenes, de otras creencias o de ninguna y que pretendía hacer algo simbólico, frente al 11-S que celebra el mundo como el día de la barbarie, nosotros lo celebramos, sin apoyo de los poderes públicos de la ciudad, reivindicamos a los moriscos; eso puede ser observado ridiculizándonos porque todos íbamos vestidos de blanco, como de hecho ocurrió en un periódico de esta capital. Acepto que alguien ridiculice que vamos vestidos de blanco, pero esa capacidad para ridiculizar se debería tener también con todo lo demás, con el frufrú de las sotanas o con los abanicos de las señoras o con las chaquetas cruzadas de los conservadores. Nosotros simplemente hicimos un ejercicio de ciudadanía y se nos debe reconocer porque la ciudadanía no es una condición jurídica; ejercer de ciudadano es tomar iniciativas. Córdoba salió en todos los medios de comunicación y no haciendo el ridículo. Cuando esta candidatura de los moriscos al Premio Príncipe de Asturias es apoyada por el Parlamento de Andalucía, cuando la Embajada estadounidense nos comunica que Barack Obama está de acuerdo con esta proposición, cuando Amin Maalouf apoya, cuando cientos de catedráticos apoyan el acto… Nosotros podremos estar haciendo el ridículo, pero toda esta gente que tiene el saber detrás de sí, ¿también? ¿por qué se nos critica ?, ¿por qué vamos vestidos de blanco?, ¿por qué somos el punto más frágil?.

-¿Su vida en gran parte está dedicada a la memoria de los olvidados?

-La memoria es tramposa. A mí me tiene obsesionado porque he convertido mi vida en un ejercicio de memoria. A mí se me han muerto amigos con Sida, amigos en patera, amigos en la cárcel antes de poder sacarlos y toda esa memoria, la atesoro. Mi vida está dedicada a los olvidados de carácter histórico y también a los olvidados de carne y hueso, sin buscar un valor moral en ello, simplemente porque me ha dado la gana. Y me ha llevado a ello mi experiencia con Diamantino García, cura andaluz, en Derechos Humanos del que fui fundador y luego presidente cuando él murió en 1995. También ha contribuido mi experiencia con el Defensor del Pueblo, José Chamizo. He dedicado muchas horas del día a visitar todas las cárceles andaluzas, a conocer las asociaciones de madres andaluzas de enfermos mentales, a visitar todas las comisarías de Policía que detienen inmigrantes en las calles, a visitar a las asociaciones de enfermos de Sida. Gran parte de mi vida ha sido un recuerdo a mi mejor amiga que falleció muy joven y tengo la sensación de que la memoria es lo que te permite vivir. En el momento en el que el olvido se instala, deja de existir la gente que quieres. Descubrí hace muchos años que la mejor parte de mi está en otra gente.

-¿Cree que algún día se dejará de hablar del judío Maimónides y del árabe Averroes y se hablará del cordobés Maimónides y del cordobés Averroes?

-En esta ciudad creo que no. Tendrá que pasar mucho tiempo. Córdoba es una ciudad que vive de un pasado de ruina y de un presente de constructoras ruinosas. Es una ciudad terrible y hermosísima al mismo tiempo. Indolente, pero que ha aprendido lo peor de la modernidad; lo mismo te hablan por las calles de Córdoba del médico judío Averroes, que del pensador Maimónides. No se nos puede exigir tener conocimiento e ingenio, pero una de las dos cosas sí. Y, en esta ciudad o hay gente muy ingeniosa y dañina o gente con mucho conocimiento en silencio. Averroes y Maimónides se estudian en todas las universidades alemanas y en todas las universidades británicas; en el Capitolio de Washington están grabados en piedra los nombres de las figuras de la humanidad que han dejado su huella en el campo del pensamiento o la legislación y el único cordobés es Maimónides. Y aquí, salvo cuatro congresos de especialistas de lo que podemos presumir, no presumimos. Lo nuestro es una modernidad que bebe del experimento, de la técnica y no bebe en la experiencia. Y eso es de necios.

-¿Y si hubiesen sido los cristianos Averroes y Maimónides?

-Naturalmente habría ya una ruta para todos ellos. En este caso, hay un estigma insuperable. No en vano esta es una ciudad en la que la Inquisición quema gente desde 1483 hasta 1732. Eso tiene un peso. Éste es el segundo tribunal de la Inquisición que se crea en la Península y el que tiene los procesos más brutales, más sangrientos, donde más gente se quema, y eso es parte de nuestra historia. Recuerdo cuando hicimos una actividad que nos dijo una persona conocida de la ciudad «cuánto daño le estáis haciendo a Córdoba» y yo le dije: «lamento si te está haciendo daño y te pido disculpas, pero yo tengo necesidad de hacer esto, sacando nombres y oficios de todos los que quemó la Inquisición: hilanderas, costureras, panaderos, esclavos, morsiscos, protestantes, judíos, blasfemos; todo el mundo era sospechoso». Cuando viajas por otros países la gente te mira con curiosidad y aquí todas las miradas son de sospecha.

-Maimónides en la Guía de Perplejos escribe que «el hombre se aficiona a las opiniones que le son familiares y siente repulsión hacia las opuestas».

-No hemos cambiado nada. Porque la construcción del enemigo se hace a través de la primera mirada. Como te veo eres, se dice y, eso no es cierto. Es como si nos hacen una foto en un momento de nuestra existencia, por ejemplo, estando borracho y eres conocido toda tu vida por esa foto. Eres como te conozco, no como te veo. No hay reconocimiento del yo si no es en el otro rostro.

-¿Se habrá reído cuando un consejero del Deutsche Bank apellidado Sarrazin (Sarraceno) ha clamado contra la ‘invasión’ musulmana de Alemana?

-Es lo mismo que Sarkozy, que define a los inmigrantes de tercera generación cuando él lo es de primera pues su padre era húngaro. ¿Qué es Alemania hoy sin los turcos, sin los albaneses y sin los griegos? Alemania tiene una enorme virtud porque su gente joven es la más libre de toda Europa y un enorme peso porque tiene la herencia de haber sido la sociedad a más avanzada y más terrible de Europa al mismo tiempo. Pero lo el Holocausto empezó aquí, cuando en 1492 le planteamos a las minorías que si querían vivir con nosotros tenían que dejar de ser ellos mismos o marcharse. Y esa historia terminó en Alemania en la década de los 40 cuando ya no era si queréis vivir con nosotros debéis cambiar, sino directamente tenéis que dejar de existir. Es el final de esa narración.

-¿Van muchos cordobeses a visitar la Casa de Sefarad?

-Los fines de semana. Empezamos hace tres años con dificultades, sin subvenciones, con esfuerzo y recursos propios. Se fue estabilizando al año y, ahora es un centro imprescindible en la ciudad, para el de fuera y para el cordobés. Es un centro con una excelente biblioteca, con actividades como reuniones, presentación de libros, con gentes de todas las creencias. Para mí, vivir en Córdoba es un lujo y para los cordobeses tener la Casa de Sefarad también lo es.

-Se asocia a los judíos con el dinero, ¿por qué?

-Alfonso X dictó una reglamentación por la que se prohibía a los judíos, que dependían del rey, tener bienes muebles , como una casa, ni tierra. Lo saben los historiadores, pero nadie parece darse cuenta de que ese es el origen de uno de los estereotipos de la atribución de la posesión del dinero a los judíos. Lo único que podía tener el judío era dinero, la liquidez, lo que permitía dar préstamos y contribuir al comercio. Ese es el origen del mito, una ley contra los judíos.

-Ha confesado que el acto a favor de los moriscos sirvió para que algunos lo criticaran. ¿En esta ciudad, es mejor estar callado?

-Sin lugar a dudas. Si alguien molesta le pido disculpas pero yo hago uso de la palabra porque es el mejor tesoro.

Fuente: El Diario de Cordoba del 3/10/2010

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