Las velas de mi Janukía

Las velas de mi Janukía

Marisol Chévez Hidalgo
Licenciada en Filosofía
Universidad de Costa Rica
San José, 28 de diciembre, 2014

janukaEl pasado 24 de Kislev o 16 de diciembre, todos los judíos alrededor del mundo estuvieron unidos en una misma celebración al encender las velas de la festividad de Januká, fiesta judía de las luminarias que duró hasta el 2 de Tevet o 24 de diciembre, encendiendo una vela cada noche, recitando oraciones, cantando  hermosas canciones tradicionales sefardies como las 8 candelicas, comiendo alimentos fritos en aceite de oliva, buñuelos con semillas de anís o hinojo y almibar caliente, típicos de la comida sefardí, los pastelicos de patata y calabacín con queso, el crujiente de miel, al igual que otros derivados de la leche. También los niños jugaron con la perinola, una pequeña peonza de 4 caras en la que se hace referencia a que “Un Milagro Ocurrió Aquí.”

Así, a lo largo de los 8 días que dura la celebración de Januká se van encendiendo las velas en la Janukía, un candelabro de 8 brazos alineado a un soporte que contiene otra vela, empleada para encender a las demás, a la cual se le llama shamash.

De esta forma la festividad de Januká recuerda un hecho histórico que tuvo lugar en el siglo II a.c., en donde los judíos se rebelaron contra el régimen griego Seleucida que trató de obligarlos a adoptar costumbres totalmente diferentes a las leyes del judaísmo, siendo el peor decreto de todos el del Rey Antíoco IV Epífanes, en el que se ordenó que se instalara una estatua en el Templo Sagrado de Jerusalén.

Debido a ello, en el año 167 a.c. los judíos se rebelaron contra los griegos en la revuelta dirigida por los Asmoneos o Macabeos que eran los hijos de Matatías, el Sumo Sacerdote.

Bajo el liderazgo de Judas Macabeo, la revuelta culminó con la liberación del  Templo Sagrado de  Jerusalén del mandato extranjero en el año 164 a.c.

Además se estableció según la tradición que durante los 8 días se conmemorara la celebración que marcó la purificación y reconsagración del Templo Sagrado y  el milagro del aceite, el cual fue encontrado en un frasco que no contenía la cantidad suficiente para encender el candelabro del Templo, pero aun así se produjo el milagro que lo hizo arder durante todo ese tiempo.

Entonces, Januká no solo recuerda el heroísmo de los Macabeos contra los griegos que además era un ejército de muchos, sino también que estos fueron sometidos por unos pocos, además del simbolismo de la luz frente a la oscuridad.

Estos sucesos fueron documentados en fuentes históricas de la tradición judía, escritas a finales del siglo II d.c. y son conocidos prácticamente por todos los judíos alrededor del mundo.

En Costa Rica, la celebración de Januká tuvo sus propios matices. Así durante 8 días se celebró por toda la comunidad judía con sus diferentes propuestas y actividades. Los sefardíes conmemoramos de esta forma el milagro de Januká, encendiendo las velas de nuestras Janukías en el hogar, siguiendo las tradiciones que nos enseñaron nuestros padres.

Por mi parte, tuve la oportunidad de compartir esta fiesta tan hermosa e importante en Little Israel, ese lugar de encuentro para todos los judíos residentes en el país, donde pueden gozar de una buena conversación y de la calidez humana que se desprende de las experiencias y anécdotas de Gil, su propietario y sus padres, Pinina y Moshe Aharoni, familia de sobrevivientes del Holocausto. No solo se disfrutó de los buñuelos que con mucho amor preparó Pinina, sino también de exquisitos  manjares que fueron el deleite de chicos y grandes.

Los niños jugaron con su perinola y las monedas de chocolate, al igual que uno que otro adulto también. Fue muy interesante para mí ver como se produjo un encuentro entre judíos de diferentes tradiciones que dialogaron sobre la festividad y su significado cuando llegaban buscando las velas para sus Janukías, los regalos para sus niños y los dulces tradicionales.

Januká se vivió de una manera muy especial, sin diferencias en la expresión de la fe común y universal, desde nuestras propias y particulares identidades.

Así las velas de Januká ardieron durante 8 días, no solo en nuestras Janukías sino también en nuestros corazones, iluminándonos a todos con su luz.

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3 comments

  1. Felicitaciones por el artículo me recordo esa canción tan tierna y hermosa de las ocho candelicas para Hanukkah mi Ima siempre la escuchaba. Jag Samej

  2. Marisol Chévez:
    Hashem es uno para todos los judios: Sefardíes, Eskenazi…
    Esto es lo más relevante que se extrae del artículo.
    SHALOM.

  3. Saludos a Marisol y a todos los judíos sefardiés en Costa Rica. Somos muchos, hace falta reunirnos, a ver si a través de esefarad podemos contactarnos.
    Shabua tov.

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