Desempolvando vestigios de la Inquisición por Rifka Cook, Universidad Northwestern, USA

Cuando oímos hablar de la inquisición nos parece un evento muy lejano. El proceso de “auto de fe, instituido por el inquisidor general, Torquemada, hace más de quinientos años; y aún escucho el eco sórdido de aquellas voces inocentes de mujeres y hombres que fueron carbonizados en las hogueras del llamando “Santo Oficio”, por el simple hecho de seguir la religión judía. Cuando pregunto a algunos rabinos y académicos del por qué no se habla de la Inquisición, la respuesta que recibo es la misma: “Eso ocurrió hace muchos años”. Mi sangre hierve cuando siento esas palabras en mis oídos, y me pregunto en silencio: “En unos quinientos años, el Holocausto no será tema de conversación, o de una cátedra porque … “hace mucho tiempo que ocurrió”.

El mes pasado, tuve el privilegio de viajar a Belmonte y dictar una charla sobre un extraordinario personaje: “Doña Gracia Mendes”. Y ¿qué tiene de extraordinario esta mujer? En lo que, a mí, personalmente respecta, es que ella se mantuvo fiel a su religión pese a las persecuciones, acusaciones y encarcelamiento que experimentó. Su posición económica, la ayudó a escapar cada vez que se veía acorralada y perseguida. Pero el hecho de mantenerse fiel a la religión judía, es algo admirable, no solo en aquella época, sino hoy en día. Y he aquí el objetivo que persigo al escribir este artículo, que espero atraiga la atención de muchos lectores de conocer un poco más sobre el tesoro escondido que guarda Belmonte, un hermoso barrio del distrito Castelo Branco, en Portugal. Sus excelentes museos, su vista panorámica y en especial su gente hacen de este lugar una atracción turística muy especial.

Cuando hablo sobre los Anusim, palabra en hebreo que remite a los Cripto-Judíos, muchas personas me preguntan quiénes son, y cuando les digo que son los que muchos conocen con el nombre de “marranos” , (palabra que no me gusta usar) entonces sí saben de qué estoy hablando. Esta última palabra es horrible y peyorativa, pero lamentablemente es la que usan en España (en el Nuevo Mundo nunca se usó), y la verdad es que me irrita mucho y “monto en cólera” cada vez que llegan a mis oídos como sinónimo de la palabra Cripto-Judíos. Esta palabra es usada no solo para referirse al animal, sino también para designar a una persona “de poco confiar”. Y me imagino que es por eso que a los sefardíes del siglo XV-XVI se les daba ese nombre. Y ¿por qué? Simplemente porque fingían ser cristianos, cuando “a escondidas” mantenían su fe judaica. Los Cripto-Judíos remite a aquellos sefardíes que fueron forzados a convertirse al cristianismo, porque no quisieron abandonar la tierra que los acogió por más de diez siglos. La tierra que amaron como suya, la tierra donde echaron raíces, la tierra donde nacieron grandes filósofos, médicos, poetas, artesanos, y otros. La tierra que vio nacer al primer poeta que escribió en lengua española el Rabbi Yehuda HaLevi. Los sefardíes hasta crearon su propia lengua, basada en la lengua española de Nebrija y de Cervantes. Una vez escuché que la primera gramática de la lengua española, publicada en 1492 y escrita por Nebrija, tiene su fundamento en la gramática hebrea. Y sobre este tema, podemos hablar en otra oportunidad, por ahora quiero enfocarme en nuestra tema de hoy: Los Cripto-Judíos.

En Belmonte conocí a varias personas de esta comunidad de judíos. Ellos se sienten muy orgullosos de serlo, y cuando digo, quiero conocer a descendientes de Cripto-Judíos me dicen, “aquí no hay Cripto-Judíos, somos judíos”. Una delicada sonrisa, llena de satisfacción, se refleja en mi rostro. No obstante, cuando se presentan dice: “Mi nombre cristiano es Joao, Diogo, o Cristina”, y es solo en el recinto de la sinagoga Beit Eliyahu descubrí cuál es su nombre “hebraico” como dicen ellos: “Yohanan, Efraim, Judith”, respectivamente. ¿Por qué dirán “mi nombre cristiano es…”?, en lugar de decir “mi nombre en español/portugués/inglés es…”, sólo usan la palabra “cristiano”. No me atreví apreguntarles. Otra cosa que me llamó la atención es que algunas casas tienen el símbolo “que identifica a familias descendientes de Cripto judíos”.

Como lo vemos en esta foto

Otra cosa que me llamó la atención, es que algunas personas colocan la Mezuza dentro de la casa y no fuera como se acostumbra a colocarla.

Un momento especial, que se grabó en mi memoria para siempre, es el Festejo de Shabbat en la sinagoga Beit Eliayu, lo cual fue una de las experiencias más emotivas y conmovedoras que he tenido en mi vida. Uno de los miembros de la comunidad, era un pequeño de diez años, hijo de Pedro (Efraim) y Cristina (Judith) Diogo. Cuyo nombre es Rafael. Él entonaba las zemirot de Shabbat antes de iniciarse oficialmente el servicio de ese día. Su voz hacía estremecer mi torrente sanguíneo y al mismo tiempo yo sentía como si gritara tácitamente: “Señores, inquisidores, ustedes quemaron a mis ancestros, pero jamás lograrán apagar mi llama por el judaísmo, es la llama interna que seguirá ardiendo mientras viva”. Escucharlo a él fue lo más hermoso que pude haber esperado experimentar aquel viernes por la noche. Algunas de las zemirot se sintonizaron con la conocida melodía Carlebiana (de Shlomo Carlebach) y algunos de nosotros no pudimos permanecer callados sin acompañar a Rafael (el niño). Fue un momento contagioso: todos los presentes estábamos conmovidos escuchando esta voz etérea. Al final del servicio religioso, me acerqué a Rafael y lo felicité por su extraordinaria voz y su dedicación. A lo que respondió: “mi sueño es convertirme en rabino”. ¡Sé que hará su sueño realidad!

Aún cuando tal vez el estigma de la Inquisición sigua arraigado, mudamente o escondido, en muchos descendientes de los Cripto Judío del mundo, tanto ellos como todos nosotros los que mantenemos nuestra herencia judía somos como el Fénix, el ave mítica que fue consumida por las llamas cada 500 años, pero que luego resurgió y resucitó de sus propias cenizas . Cada uno de nosotros tiene la libertad de seguir siendo judío, de mantener las tradiciones y la cultura de nuestro gran pueblo y religión. Muchos, incluida yo misma, hemos experimentado antisemitismo, discriminación, odio que atentan para que adquiramos nuevas perspectivas en la sociedad, y dejemos de lado nuestro judaísmo. Pero, como se expresa en uno de los versos del Eclesiastés, también tenemos la libertad de abstenernos de elegir cualquier camino dictado por la desesperación. La historia nos ha enseñado, y al resto del mundo, que nuestras comunidades nunca dejarán de existir por completo, siempre habrá alguien que escape de esta o aquella situación, como los descendientes de los sefardíes que viven en Belmonte. Y esto es lo que nos mantiene vivos para regar nuestras raíces sagradas y garantizar que nuestra comunidad sobrevivirá, ante cualquier obstáculo, sin importar cuán “formidable” ante los ojos de los demás … pueda ser. Simplemente, debemos buscar, en lo más profundo de nuestro corazón, mente y alma, estos vestigios preciosos de nuestra herencia, y desempolvarlos, para que puedan brillar nuevamente. Debemos nosotros mismos, surgir de las «cenizas» de destrucción y olvido, y ser como el Fénix.

Rifka Cook
Northwestern University

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One comment

  1. Mis antepasados también fueron carbonizados por las llamas de la Inquisición española. Sus hijos huyeron a Brasil y aquí estamos, vivos pero incompletos. Estas llamas, el tiempo no las extingue. No es posible.

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